ESTARÁ EN LAS JORNADAS DE EDUCACIÓN ESTÉTICA EN LA INFANCIA

El sembradío de Graciela Borthwick

La artista santafesina dictará un taller para docentes en educación artística.

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“No hay recetas para la educación artística, hay situaciones, cada una con sus propias características”, dice la artista. Fotos:GENTILEZA PRODUCCIÓN

De la redacción de El Litoral

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Para Graciela Borthwick, el docente de arte debe tener básicamente sensibilidad, “sensibilidad para observar, para acompañar, para motivar, para poder decir ‘éste es el momento que tenemos que dar una vuelta’, sentir y acompañar a sentir al otro”; para la artista santafesina (y porteña a la vez) el educador en disciplinas artísticas debe “más que dar, sacar del otro. Es una relación con la expresión creadora del otro”.

Brothwick estará en las III Jornadas de Educación Estética en la Infancia, que se desarrollarán en la ciudad, del 11 al 13 de este mes y están organizadas por la Escuela de Expresión Estética Infantil del Liceo Municipal Antonio Fuentes del Arco. El fin: generar un espacio de reflexión sobre esta enseñanza específica en la infancia.

Dice que, cuando le llegó la invitación, la llenó de emoción, “todo lo que tiene que ver con Santa Fe tiene que ver con mi infancia, amigos, familia, la escuela donde me formé y con mi geografía”.

Graciela adelantó que hablará desde sus propias experiencias. “Yo soy una artista docente que, desde hace muchos años -empecé en el ‘57 en el Club de Niños Pintores de San Carlos Centro-, produce su obra y acompaña al que la quiere producir”.

Para las Jornadas, preparó un video sobre las experiencias que fue concretando en distintos momentos de su vida y especialmente sobre las modalidades de trabajo. Lo llamó “El sembradío”.

Un privilegio

Dice que la mayoría de los docentes que concurren a seminarios y cursos buscan recetas. “Si hay algo que no tiene la educación artística es receta, porque pasa por el vínculo de sensibilidad entre un docente y un grupo de alumnos que necesita expresarse, que siente expresarse. No hay recetas, hay situaciones, cada una con sus propias características que se dan con determinados grupos. Ser docente es un privilegio, porque la posibilidad de estar con otros, de ayudar a crecer a otros y que los otros nos ayuden a crecer es maravilloso”.

“Es muy difícil que un docente no aprenda con el otro -sigue-, lo que el otro produce te da una visión muy integradora de la propia obra. Yo he aprendido mucho con los niños chiquitos, la libertad del niño chiquito. El docente está preocupado por la técnica que le va a enseñar, que me parece fundamental, porque si yo no tengo instrumentos en la mano: cómo hago para generar esta situación de aprendizaje que genera el arte. El arte te ayuda a aprender del mundo, la historia, los sentimientos, la ciencias, el arte te da esta apertura, entonces el docente que pierde esta oportunidad de ser y de ser cada vez más artista a través de la docencia es una lástima porque la oportunidad la tiene con la vida y es una sola vez’’.

Actualmente, Borthwick está trabajando en gofrados. “Como vengo de la escultura yo necesito que la bidimensionalidad tenga algo de volumen porque si no, siento un vacío más grande que el que tengo yo misma. Estoy haciendo gofrados en volumen y está muy destacada la posibilidad del volumen y los estoy ensamblando con papeles... yo hice grabado en mi formación, lo importante es que uno se pueda dar cuenta de que es un recurso que uno tiene. Hay que hacer todo lo que uno siente que tiene que hacer”.

—Y en esas formas, encontrás decir lo que querés.

—Creo que sí, cada trabajo es una historia nueva, siempre le digo a mi hermana Georgina (Cánaves) que vive haciendo historias y narrando historias, que es una gran hacedora de historias, a mí me pasa lo mismo con el trabajo artístico, cada propuesta la voy a desarrollar aquí y ahora.


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