En Colombia se acerca el invierno, pero Barranquilla no tomó nota

Se va el caimán pero viene el mejor jugador del mundo

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Partido especial. Leonel Álvarez le da indicaciones a sus dirigidos. Colombia sabe que, sin Brasil en las eliminatorias, el gran rival de todos es Argentina. Barranquilla ya vive a pleno el duelo y tiene fe en la Selección cafetera. Foto: EFE

Más de 33 grados de temperatura y una humedad digna de esos días de enero para la locura en Santa Fe. La Puerta de Oro de Colombia es la que todos llaman “la casa de la Selección”.

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Barranquilla, Colombia)

“Aquí estamos entrando en el invierno, pero esto es así todo el año. Vivir en Barranquilla significa hacerlo con 33 grados en el invierno y con más de 40 en el verano. Y hay mucha humedad. La gente está acostumbrada, pero el que llega se enfada mucho. ¿Ustedes, que son argentinos, se imaginan vivir con aire acondicionado en el mes de julio o agosto? Acá no se puede respirar todo el año”, dice el barranquillero, hincha del Junior como casi todos en esta ciudad.

Barranquilla es conocida como la Puerta de Oro y sus calles tienen mucho ruido. Ciudad portuaria desde la antigüedad, tiene un cartel de presentación que se llama Soledad, una especie de pequeño pueblo lindero con la ciudad propiamente dicha. Quien entra a Barranquilla lo hace sabiendo que el clima será caliente siempre. Y que se encontrará con ómnibus viejos y hasta con una vetusta Renoleta que todavía mantiene vigencia para un pueblo que, en muchos casos, se las arregla como puede para subsistir.

Aman la cumbia y hay todavía un recuerdo que genera emoción y esa sensación entrañable que dejó alguien que se fue para siempre, como Joe Arroyo. Si bien surgió en Cartagena, este cultor de la cumbia colombiana nacido en 1955 y fallecido el 26 de julio de este año en Barranquilla, es uno de los artistas más queridos por los lugareños, a pesar de que aquí nació Shakira. “Los barranquilleros la queremos, por supuesto, pero ella vive en Miami”, cuentan, como dando la sensación de que hay una distancia que marcó la caribeña cuando su música y su éxito traspasó largamente la frontera de este país.

Un pueblo futbolero

El estadio Metropolitano Roberto Meléndez es el escenario en el que se va a jugar el partido de pasado mañana. El nombre del estadio se debe a un ex jugador que se destacó como delantero cuando en Colombia todavía no había fútbol profesional. Meléndez participó de los torneos de Copa América de 1945 y 1947, recibiendo en aquel entonces el mejor de los homenajes, que fue ponerle al estadio su nombre, inmortalizándolo para todos los tiempos.

El colega Oscar Montes cuenta que “los colombianos tenemos extraños comportamientos porque somos los únicos que nos vamos de una fiesta cuando estamos más amañados. ¿Qué quiero decir con esto?, que cuando más estamos disfrutando del momento, resolvemos irnos. Esto lo decía un ex presidente, Alfonso López Michelsen, pero viene a cuento para entender lo que pasa con la Selección y Barranquilla”.

¿Adónde apunta Montes?, a que Barranquilla ha sido desde siempre “la casa de la Selección”. Mientras se jugó en esta ciudad, el equipo se hizo fuerte y clasificó para tres mundiales en forma consecutiva. Cuando se decidió dejar Barranquilla para jugar en otra ciudad, arreciaron los problemas para conseguir la clasificación. Y está claro que el factor climático incide sobremanera. Por ejemplo, cuando Argentina y Colombia se enfrenten el martes en esta ciudad, habrá unos 40 grados de temperatura, aproximadamente. A esa misma hora, pero en Bogotá, la temperatura apenas trepará a los 20 grados en el horario de mayor calidez del día, descendiendo a 10 grados a la noche”.

Alguna vez, Francisco Maturana, aquel que inmortalizó la frase de la “falta de sentido de pertenencia” con el que definió el momento vivido en Colón durante su breve estancia en Santa Fe, fue el mismo que señaló las bondades de Barranquilla para que juegue la Selección colombiana. “En ninguna ciudad del país, la Selección recibió tanto respaldo como en Barranquilla”, dijo Maturana cuando le preguntaron las razones del éxito de aquel equipo que en la previa al Mundial de Estados Unidos, en 1993, nos propinó la goleada más dura e inolvidable que hayamos podido recibir a nivel de selecciones.

No es cuestión de entrar en comparaciones que podrían resultar odiosas y hasta desacertadas. Colombia juega en Barranquilla porque es una ciudad con una estirpe futbolera que se hace notar en el aliento sostenido de su gente hacia la Selección nacional. Importa más hacerlo en Barranquilla que en Cali, en Bogotá o en Medellín, mucho más a esta altura del año en el que las temperaturas son tan dispares en este país. Y también porque en Barranquilla se nota un calor popular que no hay en otras partes de Colombia.

Es decir, las dos grandes verdades por las cuales Colombia elige a Barranquilla son el aliento de la gente y las altas temperaturas. Seguramente, jugarle a Argentina con casi 40 grados y una altísima temperatura puede tener el mismo significado que hacerlo en los más de 3.500 metros de altura de La Paz. Con el agravante de que Argentina ya sabe lo que es cambiar de contexto: lo sufrió cuando pasó de la “frescura” de aquella noche ante Chile en el Monumental, a disputar con un calor canicular el encuentro ante los venezolanos en la fatídica noche de Puerto La Cruz, que marcó la primera derrota en toda la historia de la Selección argentina ante la de Venezuela.

El caimán y el ron

Cuando El Litoral esté en las manos de nuestros lectores, Argentina ya estará pisando o por pisar el suelo de Barranquilla. El mismo terruño del hombre nacido en el pueblo de Abolato que se volvió caimán y que es digno de admiración porque “come queso, come pan y toma tragos de ron”, la bebida preferida y por excelencia de los barranquilleros.

La cerveza bien helada (algunos la toman con limón y sal en el borde del vaso), el ron, los mariscos y otros productos del mar componen la bebida y cocina por excelencia en esta tierra ganadera, donde el arroz también se ha transformado en uno de los productos con nombre propio.

“Se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla”. Y daría la impresión de que es así, que no sólo vino “él” sino que el mundo futbolero deposita los ojos en esta ciudad que asfixia por el calor y la humedad, pero que el martes sabe que tiene otra cita de honor con el fútbol.

Los cafeteros, con cambios y caras nuevas

El entrenador del Seleccionado colombiano, Leonel Álvarez, convocó ayer al mediocampista Rafael Robayo, de Millonarios de la liga local, para el partido del próximo martes ante Argentina, tras las lesiones de Fredy Guarín y Carlos Sánchez.

Robayo llegó a última hora de la tarde de ayer desde Bogotá al hotel Dann Carlton de Barranquilla, donde la Selección colombiana concentra para el partido frente a Argentina del próximo martes, a las 18 de Buenos Aires, por la cuarta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas.

El mediocampista Guarín, autor de un golazo en el empate ante Venezuela 1 a 1 en el estadio Metropolitano, sufrió un desgarro en la pierna derecha, mientras que Carlos Sánchez, del Valenciennes francés, directamente no jugó por una lesión en la rodilla antes de ese cotejo y también está descartado para el próximo juego.

El reemplazante de Guarín sería Abel Aguilar, del Hércules de la segunda división española, junto a Gustavo Bolívar en la función de pareja de mediocampistas centrales.

Otra de las nuevas caras que tendrá Álvarez será el lateral derecho Camilo Zúñiga, del Nápoli de Italia, quien recién se sumó ayer al grupo procedente de Europa, tras haber sido padre el pasado jueves, por lo que seguramente reemplazará a Gerardo Vallejos. Además, Álvarez confirmó que el reemplazante de Perea, quien juega en el Atlético Madrid de España, será Aquivaldo Mosquera, que se desempeña en el América de México.

Sin embargo, esas modificaciones no serían las únicas que presentaría Colombia, ya que se especula con el ingreso de Dayro Moreno por Dorlan Pabón por una razón táctica y algunos hasta ponen en duda la continuidad de Teófilo Gutiérrez, algo poco probable por la idolatría que hay con el delantero de Racing Club en su Barranquilla natal.

Entonces, una probable formación para el cotejo del martes sería con David Ospina; Camilo Zúñiga, Aquivaldo Mosquera, Mario Yepes y Pablo Armero; Dorlan Pabón o Dayro Moreno, Gustavo Bolívar, Abel Aguilar y James Rodríguez; Teófilo Gutiérrez y Jackson Martínez.