Y para colmo hay que jugar de visitante con los colombianos...

Un equipo acostumbrado a irse insultado y silbado

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Esperan por él. Después del decepcionante empate ante Bolivia, todos apuntan a Sergio Agüero como el salvador en el ataque y el socio que Messi busca. No está confirmada su presencia por la lesión que arrastra. Foto: EFE

“Tenemos pesimismo y desconfianza”, dijo Nicolás Burdisso. Y esta frase resume el sentir de una Selección que ya genera un rechazo preocupante en el hincha.

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Barranquilla, Colombia)

Cuando Nicolás Burdisso habla de pesimismo y desconfianza, no sólo está instalando una peligrosa voz de alerta sino que lo está haciendo con una cruel lectura de la realidad. Hoy, el análisis de la Selección no sólo se dirige a los aspectos técnicos y tácticos, o a por qué Messi no juega acá como lo hace en el Barcelona (pregunta que ya cansa), sino a lo matemático, a hacer cuentas para saber si se podrá o no llegar a Brasil, lo cual, ya de pensarlo, parece una utopía que no sea así. ¿Usted se imagina a Argentina afuera del Mundial de Brasil?, ¿se imagina el Mundial de Brasil sin Messi? Yo no, retrotraigo el pensamiento a lo que pasaba antes del Mundial de Estados Unidos con Argentina y Maradona, y a la vez creo que en algún momento tendrá que aparecer la jerarquía argentina. El tema es cuándo. Y además, la preocupación se agiganta cuando se observa que de los últimos seis puntos se consiguió sumar uno y que los rivales fueron Venezuela y Bolivia.

Cuesta creer que Venezuela haya conseguido la primera victoria ante Argentina y que Bolivia, en los dos partidos que se jugaron (oficiales ambos) en este año, tanto por Copa América como por Eliminatorias, haya ido en ganancia y con chances firmes de quedarse con los tres puntos.

Podrán asistirle razones a Sabella cuando el viernes dijo que la Selección mereció ganar. Pero en este nivel cuesta creer que existan tantas dificultades para darle justicia al resultado cuando el trámite del partido se dio tan claro y previsible. ¿O acaso hubo alguien que imaginó un partido distinto al que se dio?

Falta de identidad

Argentina tuvo muchas mutaciones en el último año y medio. Arrancó con aquella falta de sentido colectivo del juego que tuvo con Maradona, cuando uno observaba un equipo largo, sin salida por los laterales ante la ausencia de marcadores de punta, abierto en el medio y con la sola gravitación de las individualidades arriba. Con Otamendi y Heinze por afuera no se podía pretender una salida ordenada, Mascherano solo para debatirse en el medio y con dos volantes que jugaban abiertos, más un bloque ofensivo que muchas veces quedó excesivamente aislado.

Después vino Batista y sus nuevos intentos: los tres “5”, la lentitud exasperante y exenta de sorpresas en el medio, la búsqueda de un socio para Messi (dijo en algún momento que debía ser Pastore pero no lo puso) y una Copa América que terminó en rotundo fracaso y despedida para el entrenador.

Ahora, Sabella volvió a los cambios y a las búsquedas que se vienen haciendo repetitivas en los últimos tiempos. El 4-4-2 del partido con los chilenos se convirtió en un 5-3-2 ante los venezolanos y luego en un 4-3-3 frente a los bolivianos. Pero más allá de lo táctico, la preocupación está centrada en algunas cuestiones del juego y de la elección de los jugadores que no se terminan de entender.

La defensa, ¿tiene arreglo?

Carlos Bianchi, en sus columnas, escribió más de una vez que todo equipo debe tener referentes en las distintas líneas. Sobre todo se refirió al arquero, a un referente en la defensa y a otro en el ataque. Seguramente, Córdoba y Bermúdez atrás, más Palermo o Riquelme arriba, fueron los suyos. Pero cualquier equipo relativamente exitoso que se busque, siempre tendrá en el fondo a un jugador que se convierta en ese “patrón” que Argentina adolece.

Demichelis no es el jugador que se necesita para ordenar una defensa y Burdisso es una buena compañía y nada más. Así, la pretendida solidez defensiva será imposible de conseguir. Pero el razonamiento va más allá y acá está lo preocupante: ¿hay alguien que pueda “cargarse” la defensa a sus “hombros”?

Voy a poner, salvando las distancias, el caso de los equipos de Santa Fe. Algunas veces bien y otras no tanto, Unión y Colón tienen dos referentes atrás. En Unión es Avendaño y en Colón es Pellegrino. Los dos muy bien respaldados por Bologna y por Pozo, respectivamente. Si lo trasladamos a la Selección, ¿lo encontramos? la respuesta es negativa y no se avizora en el horizonte algún jugador de esas características, por lo cual el funcionamiento defensivo es un gran signo de interrogación para el futuro.

¿De qué juegan?

Ya Mascherano no tiene el mismo nivel de eficacia, jugando de “5”, que tenía hace un tiempo. Si la gente aplaude a Clemente y lo reconoce como el de mayor entrega, es porque algo está fallando en Mascherano. Porque esos aplausos para Clemente Rodríguez, anteriormente eran para él.

Después, no se termina de entender qué es lo que aporta Zabaleta, tampoco lo de Ricky Alvarez y Pastore ante Bolivia, jugando ambos por el mismo sector y casi tropezándose y chocando, además de quitarle espacios a la subida de Clemente.

Sabella dijo después del partido que la idea era que metieran diagonales, pero Pastore no es un jugador para encajonarlo por el costado sino para liberarlo y que juegue cerca de Messi y del punta. Lo buscó en algún pasaje del partido, pero sin convertirse en ese tan ansiado “compadre” para Messi.

Es evidente que Sabella está en la búsqueda de todo, de un funcionamiento, de la elección más acertada y menos equivocada de los intérpretes y de una mística que a la Selección le viene faltando desde hace tiempo. Pero mientras esto ocurre, nos quedamos con las manos vacías con Venezuela y con un punto que no sirve casi de nada ante los bolivianos y en el mismísimo Monumental. Por eso, la preocupación aumenta.

Habría que elegir un esquema, un sistema, una estrategia y trabajarla. El técnico de la Selección es el único que puede elegir los jugadores a partir de una idea de juego. Por eso, Sabella debiera empezar a buscar a aquellos jugadores que mejor pueden interpretar lo que él pretende, con ese plus invalorable que le brinda el hecho de contar con el mejor jugador del mundo a su disposición.

La pregunta de cómo rodearlo es la que más se hizo en el mundo del fútbol desde el mismo momento en que Messi se convirtió en un jugador indiscutido para la Selección. Pero la realidad indica que ni él pudo hacer todo lo que puede ni tampoco los sucesivos entrenadores entendieron de qué manera se lo puede respaldar.

Es posible que aquella idea original de Sabella, cuando se habló de las convocatorias de Verón y Riquelme, hayan tenido como punto de partida el hallazgo de dos estrategas que hagan brillar a Messi. Pero ni Verón ni Riquelme están hoy para jugar en la Selección y no se puede vivir del pasado ni de las añoranzas. Son otros (Pastore, Sosa, la dupla con Higuaín que funcionó bien con Chile, Di María) los que tienen que darse cuenta de la gran posibilidad que les asignó el destino, que es ni más ni menos que la misma que en su momento tuvieron los que fueron contemporáneos de Pelé y Maradona.

A Sabella se le debe dar tiempo para trabajar, eso está claro, pero él tiene que ir encontrando respuestas inmediatas. Acá hay jugadores que no han demostrado poseer un nivel suficiente para que las convocatorias se repitan, pero siguen estando. Es hora de que el técnico empiece a darse cuenta y tome nota de todo esto, antes de que sea demasiado tarde.

Los silbidos y las críticas son consecuencias, no son el problema; lo que no me deja dormir a la noche es el funcionamiento del equipo que no aparece. La situación es de pesimismo y desconfianza. Pero lo tenemos que cambiar, sin miedo. Depende de nosotros. Tenemos que mejorar muchísimo y ganar en Colombia”.

Nicolás Burdisso

Defensor de la Selección Argentina

Los interrogantes que tiene Sabella

El cuerpo técnico del Seleccionado argentino sigue de cerca la evolución de la lesión que padece el delantero Sergio Agüero, para saber si podrá contar con él en el cotejo del martes próximo ante Colombia.

El ex atacante de Independiente, hoy goleador en el Manchester City inglés, se perdió el encuentro del viernes último con Bolivia (1-1) en el estadio Monumental de River Plate, a causa de una molestia en los aductores.

“Kun” Agüero se entrenó ayer por la mañana en forma liviana, en el predio que la AFA posee en Ezeiza. La intención del técnico Alejandro Sabella es “no sobrecargar al jugador”, según confió a Télam una fuente cercana al seleccionado, para ver si puede estar desde el arranque en el partido del martes en Barranquilla. En caso de que Agüero se recupere y llegue en óptimas condiciones, Javier Pastore dejará la cancha y el entrenador, casi con seguridad, armará otro esquema táctico, con Lionel Messi, tal vez, más retrasado.

Pero hay otras eventuales modificaciones que sobrevuelan en el seno del Seleccionado albiceleste. ¿Tendrá chance de repetir en el equipo principal Martín Demichelis, después del yerro que cometió y posibilitó el gol boliviano? ¿Seguirá jugando Fernando Gago en la mitad de la cancha? ¿Gozará el juvenil Ricardo Álvarez de una segunda oportunidad? Por el momento, todas asoman como conjeturas.

Lo cierto es que, tras la sorpresiva igualdad en cancha de River y en virtud del potencial que arrastra el próximo rival, el técnico argentino tiene previsto moverse con cautela. Entonces, algunas variantes asoman como posibles, aunque no hay certezas al respecto.

El plantel practicó ayer en forma liviana en Ezeiza y hoy repitió la rutina en el mismo escenario, para luego partir, a las 15, rumbo a Colombia.