Ideas creativas que cambiaron la humanidad

Una muestra de inventos y patentes de la UNL -que se puede visitar hasta fin de mes en el Industrial- destaca las grandes invenciones de la humanidad y reivindica anécdotas relacionadas con ellas. Pero también señala la importancia de la propiedad intelectual dentro del proceso de investigación y desarrollo.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. GUILLERMO DI SALVOTORE Y GENTILEZA MUSEO HISTÓRICO UNL.

Ideas creativas que cambiaron la humanidad

¿Quién iba a pensar que un invento tan sencillo como el alambre de púas fue ideado por un estadounidense que, cansado de los reproches de su esposa porque el perro le rompía las plantas, desarrolló en su pequeño taller este simple dispositivo? El resultado: plantas hermosas y fin del conflicto con su señora.

Pero -más allá de esta anécdota- se trató de un aporte a la humanidad, ya que el alambre de púas permitió -y lo sigue haciendo en la actualidad- organizar el sistema de división de parcelas y la tenencia de animales bajo determinadas condiciones de seguridad.

Imaginemos la desilusión que vivió la francesa que -en la época de los tranvías- inventó el limpia parabrisas. Ocurre que su invento no fue aceptado inmediatamente porque aquel moderno sistema que hacía escurrir el agua de lluvia del vidrio frontal permitía mejorar la visibilidad de los conductores pero terminaba distrayéndolos, convirtiendo a este medio de locomoción en un vehículo peligroso.

Sin embargo, esta historia tiene un final feliz: varios años después, Henry Ford conoció este desarrollo y todos sus autos empezaron a salir de fábrica con limpia parabrisas de serie, incluso eran automáticos, a diferencia del manual que había propuesto la francesa.

Atrás de cada invento -como los mencionados- hay personas distintas y anécdotas o historias que justifican la creación de estos elementos que sirvieron para mejorar la calidad de vida de la gente.

Son personas que tuvieron mayor o menor éxito con lo que hicieron, según el caso, de diferentes nacionalidades (no sólo norteamericanos) y no fueron sólo hombres los que pensaron en algo original que solucionara de manera creativa un problema técnico cotidiano.

Para contar algunas de estas historias, destacar a sus mentores y remarcar la importancia de la propiedad intelectual dentro del proceso de investigación y desarrollo de sus inventos, la Secretaría de Vinculación Tecnológica y el Museo Histórico “Marta Samatán” de la Universidad Nacional del Litoral organizaron la Muestra Itinerante “Descubriendo al inventor y su invento: las patentes”, que se puede visitar hasta fin de mes en el hall de la Escuela Industrial Superior, Junín al 2800.

Se trata de una exposición gráfica de afiches de carácter didáctico que muestran inventos y patentes de diferentes épocas de la historia universal, que se complementa con una variada colección de objetos antiguos. Pretende comunicar la importancia de la protección de los desarrollos tecnológicos y, en algunos casos, aclarar ciertas cuestiones conceptuales.

DISTINTAS MODALIDADES

Rubén Romano, coordinador del Área de Propiedad Intelectual del CETRI Litoral (oficina que administra todas las creaciones intelectuales de la UNL y protege sus marcas y patentes, entre otras acciones), explicó a Nosotros la importancia de esta iniciativa.

Recordó que la muestra fue desarrollada hace cuatro años por la Universidad Nacional del Litoral y actualmente tiene alrededor de 60 posters. Sin embargo, a través de un sistema de pedidos a la UNL ha ido acompañando distintos eventos, como aniversarios de escuelas (como el Industrial), actividades científico-tecnológicas o sociales, y adecuándose en cantidad de posters y temas a cada lugar.

En sus inicios, aclaró, era una sola muestra pero posteriormente se triplicó (hay tres reproducciones) y fue exhibida en otros países, como Panamá, Chile, Venezuela y Perú, aunque también en el Ministerio de Ciencia y Técnica de la Nación, en oportunidad de Tecnópolis. Incluso, aseguró que la muestra está viva porque “a partir de que vamos descubriendo en distintas actividades algunos inventos que nos interesan vamos haciendo nuevos posters”.

Romano agregó que “la muestra también se ha miniaturizado: se generaron ejemplares pequeños con formato de postales, coleccionables. De esta manera, el visitante puede llevarse una reproducción del poster que le guste o interese. Por ejemplo, reprodujimos en su totalidad la patente de los hermanos Wright y la gente se puede llevar una postal del documento que tramitaron en la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos”.

ESFUERZO CREATIVO

Además, planteó que -a diferencia de otras iniciativas similares- esta muestra de inventos y patentes pretende “resaltar algunas cuestiones de la vida del invento o del inventor o de anécdotas relacionadas al invento y su llegada al mercado. Hay una selección de inventos y tiene un recorte comunicacional. Pero la idea es no mostrar la patente sola sino en un entorno gráfico más ameno, con una interfaz a público general, ya que la patente es un documento muy técnico. Se hizo un esfuerzo gráfico y comunicacional para que fuera masiva”.

“En la universidad somos muy respetuosos y admiramos mucho la creatividad, la impronta personal, el esfuerzo creativo, el sacrificio por lograr resultados. La vida de los inventores, aunque mucho de ellos no han sido universitarios, tiene esta esencia. En un ambiente universitario esto es muy importante y con la muestra queremos hacer un homenaje a ese esfuerzo creativo que, en el ámbito privado o público, le ha dado a la humanidad calidad de vida”, agregó.

Y también destacó que “la UNL pudo hacer esta muestra salteando el problema del acceso al material a comunicar, ya que conseguir la patente no es tan fácil. Cuenta con un grupo especializado (el Servicio de Información Tecnológica) en la búsqueda y rescate de documentos de patentes en bases de datos internacionales, que fueron el insumo de la gente de Comunicación y Diseño para poder armar cada poster”.

MITOS Y REALIDADES

La muestra hace referencia a la historia de la creación de objetos muy simples (como el alfiler de gancho, el alambre de púas, la birome o los patines) hasta otros más complejos o relevantes como el proceso de la pasteurización, el automóvil, los motores, el ascensor, el aire acondicionado, la dinamita, el avión o la bicicleta.

La muestra, según Romano, pretende demostrar las siguientes premisas:

- La creatividad no es propia de personas de un sólo país: Marconi (inventó el dispositivo de captación y reproducción de las ondas de la radio) era italiano, Nobel (el inventor de la dinamita) era belga, Diesel (inventor del motor que lleva su nombre) era franco-alemán.

- Los inventores -en el momento de la creación- no tienen una dimensión real del invento que están produciendo, ya sea para bien o para mal. Por ejemplo, la dinamita ha servido para grandes obras de ingeniería pero también para que mucha gente muera.

- La partenidad de algunos inventos está discutida: por ejemplo, los americanos siempre dijeron que la aviación había empezado con los hermanos Wright, pero los brasileños aseguran que el primer vuelo y el primer dispositivo para volar no fue de aquellos sino de Dupont, ciudadano brasileño que estaba viviendo en París, Francia.

- Los inventores no siempre son hombres: hay inventos muy representativos de la historia generados por mujeres, como el limpia parabrisas, creación de una francesa.

- Muchos inventores no fueron considerados genios por su creación. En algunos casos, a estas personas se las tildó de enfermas o no normales, o bien muchas fracasaron varias veces antes de conseguir el resultado de lo que finalmente querían crear.

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La exposición permite saber los orígenes de los patines, el teléfono, el CD o el aire acondicionado, entre otros inventos.

Estimular el espíritu inventivo

Jorgelina Centurión es coordinadora del Museo Histórico de la UNL, institución que aportó objetos antiguos para complementar los posters que muestran el origen de inventos y patentes.

Explicó que estos objetos “son el aporte que hace el Museo, ya que pretendemos que -a medida que circule la muestra por instituciones o escuelas- se vayan llevando algunos objetos para cada lugar, en función de los requerimientos de cada uno”.

Por eso -justificó- en la Escuela Industrial nos pareció interesante trabajar la ciencia y la tecnología aplicadas, de manera de estimular la curiosidad y el espíritu de invención en los chicos, que sabemos que existe. Pero advertimos que hay objetos cotidianos actuales que tienen su origen en la inventiva y eso queremos motivar. Lo bueno es que puedan ver el objeto de la vida cotidiana y tener información sobre ese invento.

Un antiguo teléfono, con dial y de baquelita se exhibe en una vitrina lateral. “La idea es que pensemos que ahora los chicos ni tienen teclas en sus teléfonos, cuando a principio de siglo teníamos estos aparatos”, remarcó Jorgelina Centurión. Y dio otro ejemplo: “Exhibimos también una vieja máquina de escribir. Los chicos están acostumbrados a otro tipo de máquinas y queremos que interactúen con el sonido de la máquina anterior para que vean la diferencia con el teclado de sus computadoras”.

Por último, mencionó que la vitrina exhibe -entre otros objetos- un ejemplar de la colección titulada “El mundo científico, inventos modernos”, que donara la Prof. María Rosa Loyarte, docente de artes visuales, cuyo papá y abuelo trabajaron en esta escuela, cuando era sólo un taller, los orígenes del Industrial.

Y recordó que “desde 2006 trabajamos en el Industrial con una puesta en valor no sólo a nivel edilicio sino de rescate patrimonial, buscando donantes de objetos que identifiquen a la institución. En 2008 armamos la Sala Museística, donde hay una muestra permanente, en la que trabajó toda la comunidad educativa. Por ejemplo, los docentes de los talleres restauraron los muebles y muchas donaciones fueron conseguidas por la asociación de graduados de esta escuela”.

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Thomas Alba Edison aseguraba que “la gente no es recordada por las veces que fracasa sino por las que tuvo éxito”.


Los no patentables

La patente es el número de registro de un invento, siempre y cuando éste cumpla con los requerimientos necesarios para ser patentable, ya que hay inventos que no lo son.

Los requisitos son: novedad (en el mundo no debe existir la solución que se propone o no debe haber sido divulgada), altura inventiva (el invento debe proponer un salto cualitativo más allá del esperado) y aplicación industrial (el producto tiene que ser realizable y aplicable por la industria y su proceso; no se busca la masividad).

Una de las creaciones argentinas más relevantes de la historia médica, el by-pass, desarrollado por el Dr. René Favaloro, es un invento no patentable. Ocurre que -según explicó Romano- “nadie puede negar la importancia que tiene esa creación intelectual como tal, las vidas que ha salvado, pero la Ley de Patentes prohibe patentar las técnicas quirúrgicas y terapéuticas. Sin embargo, en la muestra nos permite explicar estas excepciones. El derecho no quiere que un médico esté condicionado jurídicamente al momento de aplicar una técnica en un quirófano, ya que tendría que haber abogados en el acto médico viendo qué técnica se usa, para cobrar un canon. El acto médico debe estar lo menos condicionado posible”.

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la patente de un invento permite a su dueño apropiarse de la manera creativa en que resolvió un problema técnico.

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Historias de objetos cotidianos

En la Muestra Itinerante de Patentes e Inventos se pueden apreciar los posters de los siguientes inventos y patentes, entre otros, que se complementan con objetos antiguos que son exhibidos en una vitrina lateral, pertenecientes al Museo Histórico de la UNL.

La birome: 1928, inventado por Ladislao Biró, de nacionalidad húngara, quien en 1940 emigró a nuestro país.

La máquina de afeitar: 1904, por King Camp Gillette, estadounidense.

La brocha comunicada con dispositivo para jabón líquido: 1927, Ovidio Roque Podestá, argentino.

La calculadora: 1888, William Burroughs, estadounidense.

El teléfono: 1876, Alexander Grahan Bell, estadounidense.

El telégrafo: 1833, Samuel Morse, estadounidense.

La aspirina: 1900, Felix Hoffmann, alemán.

El código de barras: 1952, Norman Woodland y Bernard Silver, estadounidenses.

El CD: 1979, Joob Sinjou y Tosi Tada Doi, holandés y japonés.

La lamparita eléctrica: 1880, Thomas Alba Edison, estadounidense.

El alfiler de gancho: 1849, Walter Hunt, estadounidense.

El ascensor: 1954, Elisha Graves Otis, estadounidense.

El refinado del petróleo: 1967, Edith Flanigen, estadounidense.

El helicóptero: 1932, Igor Sikorsky, ruso.

Los patines: 1819, Monsieur Petit Bled, francés.

El avión: 1903, Wilbur y Orville Wright, estadounidenses.

La máquina de escribir: 1868, Christopher Sholes, Carlos Gliddem y Samuel Soule, estadounidenses.

La radio: 1897, Guglielmo Marconi, italiano.

El by-pass: 1967, método no patentable, creado en Argentina.

El submarino: 1897, Simon Lake, estadounidense.

El automóvil: 1885, Carl Benz, alemán.

La bicicleta: 1866, Pierre Lallement, francés.

El nuevo motor a combustión: 1893, Rudolf Diesel, franco-alemán.

El aire acondicionado: 1906, Willies Haviland Carrier, estadounidense.

El fonógrafo: 1878, Thomas Alba Edison, estadounidense.