Homicidio y cremación
Homicidio y cremación
Un testigo dijo que el cuerpo tenía una cinta en la frente
Télam
Un amigo de la infancia del hombre asesinado en Avellaneda presuntamente por su mujer, que intentó cremarlo, contó hoy que cuando estuvo en el velatorio vio que el cuerpo tenía una pequeña cinta en la frente y que la ahora acusada le dijo que el perro lo había lastimado.
El testigo agregó que, a simple vista, el cadáver no parecía golpeado, por lo que quedó en “estado de shock” cuando le dijeron que su amigo había sido asesinado.
“No lo puedo creer, en mi vida viví una cosa tan terrible como esta”, expresó Juan Carlos en diálogo con Télam, al recordar la situación en la que se vio involucrado el pasado fin de semana, tras la muerte de su amigo Julio César Caprarulo (58).
Servicio de emergencias
El testigo recordó que todo comenzó el sábado cerca de las 13.30 cuando recibió un llamado de la pareja de su amigo, la ahora detenida Mariana Alexopoulos (57), quien le dijo que Julio había muerto aparentemente a raíz de un infarto.
“Le pregunté: ‘¿llamaste al médico o al 911, no sabés si está muerto o pueden reanimarlo’, y me contestó que sólo había llamado al médico de la obra social, que estaba en camino”, recordó Juan Carlos.
El amigo de la víctima explicó que, tras recibir la noticia, llamó a dos parejas de amigos, a una de las cuales pasó a buscar por su casa del barrio porteño de Coghlan, y todos fueron a la casa de Julio, en Dardo Rocha al 500, de Avellaneda.
Al llegar, recordó, que estaban la mujer de su fallecido amigo, la madre, un sobrino y amigas de ésta, aunque no su hija -de una pareja anterior- a la que no llamó “para no preocuparla porque está embarazada”.
“Entramos a la habitación donde estaba el cadáver, a simple vista no tenía nada, estaba sobre la cama, tapado hasta el cuello y con la cabeza sobre la almohada”, recordó Juan Carlos.
El hombre agregó que todos los presentes salieron a un patio, donde la ahora acusada les sirvió gaseosas y facturas. “No estaba compungida ni triste, más bien parecía preocupada”, detalló al referirse a la mujer.
Para ese momento, y antes de que él llegara, había ya pasado el médico de la obra social, que había “confirmado el óbito” aunque sin explicitar los motivos.
Juan Carlos recordó que, viéndolo en retrospectiva, hubo un momento extraño, cuando Mariana le pidió a una amiga que la acompañara a la habitación donde estaba el cuerpo, ya que quería “cambiarle la ropa”.
“Cuando salen de la habitación ella (la acusada) llevaba la ropa de él en la mano y comenta que el perro se había subido a la cama y lo había lastimado en la ceja izquierda y en la oreja derecha”, recordó.
“Ahí volvimos a entrar a la habitación y vimos que el cadáver tenía una cinta adhesiva sobre ceja izquierda, que antes no habíamos visto”, agregó el amigo.
Antes de cremación
Juan Carlos dijo que cerca de las 18.30 se retiró junto a otros amigos de la vivienda y que quedaron en encontrarse al día siguiente a las 8 en la misma casa para acompañar el féretro al cementerio Parque Iraola, de Berazategui, para la cremación.
Al llegar al cementerio y, después de pasar por la capilla, donde la mujer sí se mostró dolida y un cura dijo unas palabras, se trasladó el féretro al crematorio.
“Mientras esperábamos en el salón, salen unos empleados y dicen que el cuerpo no se puede cremar porque hay una denuncia”, recordó Juan Carlos, quien dijo que al rato llegó al lugar la policía.
“La mujer de Julio le pide a sus familiares que se retiren, que ella iba a arreglar todo y nos pide a nosotros que nos quedemos para acompañarla. Cuando llegó la policía nos comenta que el cuerpo presentaba golpes, que por eso no se lo había cremado y nos piden a todos que vayamos a la comisaría”, recordó el testigo.
Luego de permanecer varias horas en la seccional cuarta de Hudson, llegó el jefe de la dependencia, quien les contó que la muerte de Julio había sido violenta, según la autopsia que le habían practicado.
“En ese momento no podíamos creer lo que estábamos escuchando”, expresó Juan Carlos, quien dijo que, según le manifestaron en la comisaría, el cuerpo de su amigo había sido probablemente preparado y maquillado y por eso no habían advertido las lesiones al verlo.
“Nos tomaron declaración a todos y ella, Mariana, quedó detenida”, añadió el testigo.
Juan Carlos se mostró preocupado a raíz de la divulgación en algunos medios de fotografías de su grupo de amigos y aclaró que algunas de las que se publicaron bajo el nombre de la acusada no son de ella sino de otras amigas del grupo.