GALERÍA ZURBARÁN

Homenaje a Eduardo Audivert

El 9 de diciembre está prevista una noche de “Arte y vino”.

Homenaje a Eduardo Audivert

Audivert se inició en el Arte como grabador y en la última década de su vida, encontró en la acuarela, su técnica definitiva.

Foto: GENTILEZA PRODUCCIÓN

De la redacción de El Litoral

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El próximo viernes, de 21 a 23, en la Galería Zurbarán -casa de Gabriela Garrote- en el Club de Campo El Paso tendrá lugar una noche de arte y vino con un homenaje a Eduardo Audivert. En la oportunidad, estará presente la viuda del artista, Victoria Martín.

Ignacio Gutiérrez Zaldívar escribió sobre el artista que nació en Buenos Aires en 1931. “Su padre Pompeyo Audivert fue un eximio grabador, que le enseñó el oficio y el amor por el arte. Desde muy chico concurrió al taller de Demetrio Urruchúa y completó su formación en Tucumán donde fue discípulo nada menos que de Lino Eneas Spilimbergo.

“Se inició en el Arte como grabador y en la última década de su vida, encontró en la acuarela, su técnica definitiva. La transparencia del color, su luminosidad le resultan adecuadas para expresar su admiración y su amor por la naturaleza. Al contrario de lo que muchos creen, la acuarela es una técnica para virtuosos, la luz está dada por el blanco del papel y allí radica su dificultad, pues cuando el blanco se mancha ya no hay retorno y es necesario volver a empezar. Relegada hasta mediados del siglo XVII a los croquis de los cartógrafos y a los dibujos preparatorios de los grabadores, fueron los maestros ingleses los que la jerarquizaron, desde los menos difundidos como Cozens, hasta las figuras monumentales de Turner y Constable. Y Audivert es digno de estos antecesores. Creo que es el más grande acuarelista argentino, junto con Martín Malharro y Guillermo Roux”.

LUZ Y COLOR

“Desde la década del ‘50 expone en nuestro país y en el exterior. Entre 1992 y ‘94 sus obras se presentaron en las principales ciudades de los Estados Unidos y en 1995 expuso en Suecia y en Noruega. Ganador de innumerables premios entre los que recordamos el Primer Premio de la Bienal Latinoamericana de Grabado (1979) y el Primer Premio Concurso de Murales para la ciudad Benson and Hedges (1983); realizó una importante tarea docente y durante diez años llevó adelante una brillante gestión al frente de la Escuela Superior de Bellas Artes, Ernesto de la Cárcova.

“Tenía su casa y su taller en La Boca, que compartía con su gran compañera, Victoria. Yo tuve el privilegio de ser su amigo durante dos décadas y representarlo.

“Le encantaba pintar niños, animales, desnudos femeninos y fue un magnífico pintor de flores. Pero sin duda, lo que más le atrajo es el paisaje. Prefiere los bosques y los jardines y solía ir al Rosedal de Palermo, a tomar apuntes. Dijo el artista: ‘A través del paisaje, busco expresar situaciones de luz y color, crear un lenguaje propio, y lo logro algunas veces con más felicidad que otras. Al contrario del común de los acuarelistas trabajo muy lentamente, superponiendo capas y transparencias hasta que de la reiteración, surgen las formas. Los apuntes me ayudan pero son sólo el inicio para una libre recreación donde las vivencias y la imaginación llevan las riendas. No soy un pintor de panoramas, prefiero los fragmentos, los pequeños detalles; ante un bosque me detengo en la copa de un árbol. Pero más allá del paisaje observado, hallar mi paisaje interior es definitivamente, mi preocupación’.

“En 1995 Audivert visitó París, y en el museo de L’Orangerie redescubrió Las Ninfeas de Claude Monet. De inmediato sintió la necesidad de conocer Giverny, el pequeño pueblo donde el gran maestro del impresionismo realizó esas obras. Enamorado del lugar tomó numerosos apuntes, y a su regreso se puso a trabajar en una serie de acuarelas en las que recrea el paisaje de Giverny, y que seguramente complacerían al maestro Monet ya que tienen un protagonista indiscutido: el color.

Falleció en Buenos Aires, en 1998”.