Tras adquirir la patente en Estados Unidos

La Javiyú se posiciona en el mercado internacional

Es la cosechadora de algodón de arrastre inventada por el organismo nacional. Este paso -la obtención de esta patente- es clave para evitar que el modelo pueda ser copiado y fabricado sin autorización.

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La cosechadora integral de algodón posee un sistema de extracción del algodón “despojador” (stripper), con plataforma de dedos inclinados, estáticos, de montaje flexible. Foto: Archivo el litoral.

Agencia Reconquista

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La cosechadora de algodón de arrastre inventada por el ingeniero del Inta Reconquista, Orlando Pilatti -hoy retirado de la actividad-, fue reconocida en Estados Unidos mediante el otorgamiento en ese país de la titularidad de la patente internacional por ser “novedad mundial, actividad inventiva y aplicación industrial”. El proceso de registración se inició en 2006 cuando asesores del Inta solicitaron la patente argentina referida a “una máquina cosechadora de algodón de arrastre accionada mediante una unidad motriz independiente”.

Este desarrollo, denominado comercialmente como Javiyú (voz guaraní que significa capullo), tras una licitación pública, fue registrado como marca en Argentina y luego licenciado a la empresa Dolbi SA, de Avellaneda, para su fabricación y comercialización. Al mismo tiempo, la misma patente fue solicitada en varios de los principales países productores de algodón: Brasil, Paraguay, India, China, Venezuela y los Estados Unidos de Norteamérica.

Hasta el momento, luego de atravesar todas las evaluaciones que realizan las oficinas de patentes nacionales para ver si el invento cumple con los requisitos de patentabilidad (novedad mundial, actividad inventiva y aplicación industrial), la misma “ha sido otorgada en Argentina y en Estados Unidos. En el resto de los países continúa el trámite de patentamiento, quedando el derecho en expectativa”, se informó desde la sede central del Inta en Buenos Aires.

En términos de mensurar el alcance de la novedad, vale decir que “para los países en los que se obtiene la patente, existe un derecho de impedir que terceros, por fuera del titular y el licenciatario, puedan fabricar, usar, vender, poner a la venta o importar el desarrollo protegido”.

De esta forma, el Inta se asegura que la empresa licenciataria pueda “recuperar el dinero invertido a riesgo en una investigación pública y posibilitando la reinversión en nuevos desarrollos”.

A su vez, al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria le permite “premiar a los investigadores que logran resultados de investigación con impacto en los sistemas productivos y generar recursos extrapresupuestarios para reforzar sus planes de investigación”.

Inicio y características

El origen de la iniciativa que derivó en la invención de la cosechadora única en su tipo estuvo basada en la relevada incidencia en nuestro país del costo de la cosecha con respecto al valor del algodón y las limitaciones en alternativas mecánicas, manuales y mixtas. Éstos demandan renovados aportes técnicos, legales y prácticos que contribuyen a restablecer la producción algodonera.

Fue así que en marzo de 2005, la Coordinación del Proyecto Nacional del Algodón y técnicos de la Estación Experimental del Inta en Reconquista, propuso desarrollar una cosechadora experimental que reuniera las características básicas conocidas, del tipo stripper, pero sin montarla en una unidad automotriz preexistente, sino del tipo de “arrastre y accionamiento mediante un tractor agrícola común y un acoplado jaula remolcado en tándem, que reciba el algodón cosechado”.

La cosechadora diseñada por el Ing. Pilatti adquirió de esta manera sus características básicas que la identifican y que fueron esenciales en la evaluación de la oficina de patentes del país del norte.

La Javiyú es una cosechadora integral de algodón, de arrastre y accionamiento mediante un tractor agrícola común, con TDF y acoples hidráulicos; posee un sistema de extracción del algodón “despojador” (stripper), con plataforma de dedos inclinados, estáticos, de montaje flexible.

Además, lleva un equipo limpiador del algodón, integrado con la unidad de cosecha, y el acoplado tolva de almacenaje del algodón es independiente, de enganche posterior.

Es apta para cosechar cultivos con distintas distancias entre líneos a condición que el suelo sea plano, en particular para cultivos en surcos estrechos, conducidos con las técnicas más actuales (alta densidad de plantas; de porte mediano a pequeño y con apertura de capullos concentrados para realizar una única cosecha).

Asimismo, la calidad intrínseca de la fibra no es afectada y el grado de limpieza es adecuado, facilitando el proceso de desmote. En condiciones adecuadas de cultivo, cosecha más del 95 % del algodón presente en las plantas.

Alentador

La noticia del patentamiento en EE.UU. de la Javiyú fue tomada con gran satisfacción en el Inta Reconquista donde sus autoridades la calificaron como “un hecho auspicioso” y que abre una gran expectativa para el producto en el exterior. Desde la puesta en el mercado de la nueva cosechadora siempre estuvo presente la intranquilidad de que empresarios chinos, sobre todo, pudieran copiar el modelo para fabricarlo en serie en ese país sin que por el “plagio industrial” pudieran realizarse mayores reclamos. Ahora y a pesar de que en el gigante asiático aún no fue reconocido oficial y legalmente el invento argentino, el panorama es superlativamente más alentador a la luz de que una vez que EE.UU. registra una patente, China hace lo propio casi de manera inercial, automática.

El inventor

El Ing. Agr. Orlando Pilatti, en uno de tantos reportajes donde explicó las bondades de su creación, precisó que con la Javiyú “lo que buscamos es el sostenimiento de la actividad agrícola e industrial del algodón”, afirmó.

“Lo que yo puedo asegurar es que la calidad de la fibra cosechada con la máquina stripper no es afectada sino todo lo contrario, la preserva totalmente. El resultado es un algodón que se puede procesar, que pasa muy bien por las torres secadoras, por los limpiadores inclinados, por los descascaradores, por los despalilladores y llega a las sierras limpio y sin impurezas en la fibra”, destacó el inventor.