Dos poemas

Por Héctor Martín Rotger

No llueve en esta cita.

Puede que llueva en otras,

no en ésta; ni siquiera

la lluvia metafórica

del llanto, aquí no hay lágrimas,

de haberlas estarían

secas como las hojas

desprendidas del árbol.

Pero tampoco hay árbol

para hojas desprendidas

merodeando

alrededor del banco

(si lo hubiera).

Banco, árbol, hojas, lluvia,

no estando, hacen la cita.

Hay sonidos

de difícil oír.

Sé de ellos

porque en los audibles

la música no suena.

Sintonizarlos

no exige menos que elegirse sordo

y educarse

en las voces perdidas,

esas que todavía son más últimas

que las filas del fondo.

Muy por detrás de ellas,

aun de espaldas a ellas

todo uno en pie,

de pie,

es posible aguardar que cruce el himno

de la música entera.

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Fotos: de Miguel Grattier.