Gobernantes preocupados por el avance de los cárteles

Los narcos apuntan a Centroamérica

Es la mayor amenaza de la región, la segunda más violenta del mundo. Se estima que murieron 145 mil personas en la última década.

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1.000 paquetes de cocaína, de un kilogramo aproximadamente cada uno, son confiscados en el Aeropuerto de La Romana, en el este de República Dominicana. Foto: EFE

Gabriela Selser y Ernesto Ramírez -DPA

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Wilson Molina zarpa en su bote a medianoche sobre las olas del Caribe de Nicaragua y regresa de mañana con su red llena de pescados. A veces no trae pargos ni langostas, sino un saco de cocaína dejado por alguna narco-lancha en fuga.

En su rancho en la aldea indígena de Sandy Bay no hay luz eléctrica ni agua potable, pero él tiene dos refrigeradoras, un equipo de sonido y un televisor plasma que enciende utilizando una planta eléctrica. Todo eso comprado gracias a “la bendición que viene del mar”.

El narcotráfico se ha convertido en la mayor amenaza para la paz en Centroamérica, que ya es la segunda región más violenta del mundo después del Medio Oriente, afirma Francisco Bautista Lara, ex jefe de Policía de Nicaragua y experto en temas de seguridad ciudadana.

Se estima que más de 145.000 personas fueron asesinadas en los países centroamericanos desde el año 2000 hasta hoy, lo que arroja una tasa de 34 homicidios por cada 100.000 habitantes.

Con casi el 70 de su población viviendo en pobreza (18 por ciento en miseria), los países centroamericanos son presa fácil de los cárteles de narcotraficantes mexicanos y colombianos. Se estima que unas 1.000 toneladas de cocaína cruzan anualmente Centroamérica por tierra y mar sin ser detectadas por las autoridades.

Hace pocas semanas, frente al litoral caribeño de Honduras se encontraron dos submarinos abandonados por narcos. Y en Nicaragua la Policía halló 700 kilos de cocaína escondidos dentro de un autobús que circulaba en las afueras de la capital. La presidenta costarricense, Laura Chinchilla, afirmó que Centroamérica “está perdiendo la batalla” contra el narcotráfico. Según el gobierno, el 30 por ciento de las muertes violentas ocurridas este año en Costa Rica fueron producto del crimen organizado.

A El Salvador, el país más pequeño de América, un estudio auspiciado por Naciones Unidas lo catalogó como el país más violento del mundo, con una tasa de 62 homicidios por cada 100.000 habitantes.

Guatemala no se queda atrás. Datos oficiales indican las autoridades le decomisó al narcotráfico 13.000 millones de dólares en bienes. Pero las mafias siguen operando, en complicidad con jueces, policías y militares.

Durante una cumbre celebrada hace pocas semanas en el estado mexicano de Yucatán, los presidentes de México y Centroamérica urgieron a Estados Unidos y Europa a “frenar o regular” el consumo de drogas en esos países, para reducir el narcotráfico en el área.

También los instaron a detener el trasiego de armas hacia grupos del crimen organizado asentados en Centroamérica, su puente favorito para enviar loscargamentos de droga de sur a norte.

Según la ONG guatemalteca Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), existe un verdadero arsenal en manos de la sociedad civil centroamericana, donde Honduras, El Salvador y Guatemala figuran como los países con mayor violencia e inseguridad ciudadana en la región.

Se calcula que circulan más de dos millones de armas ligeras y de mano, debido a que no existen controles que restrinjan la compra-venta de armamento. Tras la firma de los tratados de paz centroamericanos de 1987, el número de armas de fuego en lugar de reducirse se ha triplicado, abonando la expansión del narcotráfico y el crimen organizado, indica Luis Alberto Cordero, Director Ejecutivo de la Fundación Arias de Costa Rica.

Por otro lado, el tema de la militarización de la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado es un asunto que preocupa a sectores vinculados a la defensa de los derechos humanos.

Durante una reciente visita a Costa Rica, la directora ejecutiva del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), Viviana Krsticevic, alertó sobre esta tendencia en algunos países del área, como es el caso de varios países, como Guatemala, Nicaragua y El Salvador, en algunos puestos claves han sido designados militares.