Historias escritas sobre el ring

La noche en que Baldomir rompió los pronósticos

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El 7 de enero de 2006, Carlos Manuel Baldomir sorprendió a propios y extraños, venciendo al afamado Zab Judah en Nueva York. Ilustración: Lucas Cejas

Sergio Ferrer

Mañana se cumplirán seis años de la obtención del campeonato mundial welter del CMB por parte de Carlos Manuel Baldomir, quien accedió al deseado cinturón tras ganarle por puntos en el Madison Square Garden de Nueva York y en sorpresiva decisión unánime, al gran favorito: el estadounidense Zabdiel “Super” Judah, el zurdo y hábil peleador anfitrión, que en aquel tiempo acumulaba, además del mencionado, los cetros ecuménicos de la FIB y la AMB.

Así, de la mano de José Lino Lemos (su innegable conductor, director técnico y guía) y don Amílcar Oreste Brusa (de importantísima y loable labor a su lado en Estados Unidos, en el gimnasio de La Brea Boxing Academy de Javier J. Zapata, manager mexicano), para sorpresa de muchos y después de un interminable peregrinar, “Tata” Baldomir llegaba a ser campeón del mundo, consiguiendo una verdadera proeza pugilística, superior a la de cualquier otro peleador argentino en muchísimos años.

Incluso, dentro de los campeones nacidos en la provincia de Santa Fe, sólo comparable con la mítica y legendaria coronación de Carlos Monzón en Roma.

Rival “entrometido”

Desde el estricto punto de vista boxístico, se podría decir que la consagración de Baldomir contra Judah fue un perfecto “golpe a la cátedra”, porque no era para nada oculto que los principales medios especializados ya estaban gastando a cuenta y preferían analizar la futura pelea del entonces múltiple monarca de las 147 libras (66,678 kilogramos) contra Floyd Mayweather Jr., en vez de centrar su opinión en lo que pudiera pasar con el pupilo de Lemos, a quien no tenían ni siquiera mínimamente en cuenta.

De allí que, una vez consagrado, se agigantó la imagen de Carlos como nuevo “Hombre Cenicienta” del boxeo universal, en homenaje a la historia del ex campeón mundial pesado James J. Braddock, recreada para el cine en 2005 a través del filme “Cinderella Man” de Ron Howard (con Russell Crowe en el papel protagónico).

Lo peor del caso para Baldomir fue que hasta último momento lo quisieron quitar del medio, pero a esa altura de los acontecimientos “Tata” ya contaba con el respaldo de una empresa promotora seria, pujante y combativa, la Sycuan Ring Side Promotions.

A los referentes de estos últimos, tanto él como su equipo los llamaban cariñosamente “La Tribu” o “Los Indios”, en honor a que era dirigida por miembros de la reserva indígena de los sycuans, grupo étnico perteneciente a la Nación Kumeyaay-Diegueño y con asentamiento en la zona de El Cajón, en las cercanías de San Diego (California), lugar donde regentean un casino y realizan actividades conexas.

Ojo por ojo....

“Al principio, yo quería la chance para demostrarme a mí mismo que podía llegar a medirme con el campeón; después me dí cuenta de que hasta podía ganar y ahora estoy convencido de que voy a ganarle. He pensado en cómo puede darse este combate decenas de veces; lo tengo bien estudiado y sé que si logro meterle una o dos derechas bien a fondo no me va aguantar; lo presiento”, nos confió “Tata”, horas antes de la pelea y teléfono de por medio.

Su única preocupación era, si no podía “sacar” a Judah antes del límite, arribar a un fallo justo. “Qué sabés de las mujeres que completan la terna del jurado (Melvina Lathan y Julie Lederman); del italiano (Guido Cavalleri) no me preocupo, porque hablé con Mauro Betti y me aseguró que es serio y confiable”, nos indagaba en dicha conversación.

Finalmente, el veredicto a su favor llegó a través de un fallo que no dejó dudas: 115-113 (Cavalleri), 115-112 (Lathan) y 114-113 (Lederman).

“Ayer, en el pesaje, cuando Judah me hizo con la mano la seña de que me iba a degollar, yo no me quedé atrás, le hice el mismo gesto y lo señalé con el dedo a él, diciéndole: a vos te voy a arrancar la cabeza; te puedo asegurar que se sorprendió y se puso nervioso; para mí que está asustado”, analizaba el santafesino a la distancia.

Su imagen exponiendo la barbilla a “Super” Judah y ofreciéndole el mentón para que cumpla con sus amenazas fue todo un símbolo de esta proeza deportiva. Ese gesto tuvo su razón de ser y aunque luego lo repetiría contra otros oponentes, fue en esa histórica jornada neoyorquina y contra el afamado moreno de Brooklyn donde estuvo más justificado que nunca, porque Baldomir, tocado en su orgullo y en su amor propio, le estaba devolviendo a Zab sus gesticulaciones y palabras de más. Como decimos en el barrio, quien las hace, las paga. Ojo por ojo, diente por diente.

Es algo que necesitaba: un pupilo que sea campeón del mundo. Les decía a todos los santafesinos que tuvieran confianza en Baldomir, porque estaba en condiciones de dar la sorpresa. Santa Fe debe festejar a pleno”.

José Lemos

el 7 de enero de 2006

El mérito es de Lemos, de Artucio, del mismísimo Baldomir; mi participación ha sido pequeña. A Baldomir eran muy pocos los que le tenían confianza, pero nosotros lo entrenamos para ganar y así fue”.

Amílcar Brusa

El 7 de enero de 2006.

Del descrédito a la ilusión

En la edición del 7 de enero de 2006, bajo el título “El último paso”, El Litoral publicó un comentario de nuestra autoría en el que analizábamos las chances de Baldomir ante Judah, situándonos muy lejos de aquel 16 a 1 en contra que avizoraban las apuestas en Estados Unidos.

“Sería bueno recordar, que mientras Judah cree que ya ganó, Carlos piensa y está convencido de que puede ganar; ambas son expresiones parecidas, pero en su significado encierran dos posturas muy diferentes, algo que puede convertirse en la clave del resultado de esta noche”, escribíamos.

Judah que ya había firmado un compromiso para pelear por una bolsa de 3 millones y medio de dólares con Floyd Mayweather Jr.- se sumó nefasta e insidiosamente a quienes subestimaban al argentino.

“Algunas declaraciones hechas por el norteamericano indican que ha ignorado al santafesino como rival de fuste; fanfarrón, talentoso y dúctil, Judah se siente la figura del combate y se ha comportado como tal”, agregábamos entonces.