La chica que soñaba con globos de texto

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El personaje de Lisbeth Salander se convirtió en el ícono excluyente de la interrumpida trilogía Milennium y de sus versiones cinematográficas.

Lisbeth Salander es el personaje más atractivo de la exitosa saga editorial “Millenium”, llevada al cine sueco y estadounidense, y ahora también al cómic (dibujada por un argentino). Y parece destinada a sobrevivir a la memoria de la saga original, y a una polémica que está lejos de terminar.

TEXTOS. EMERIO AGRETTI

La irrupción de Stieg Larsson en el mundo editorial fue avasalladora, y sus efectos continuarán durante unos cuantos años más. Y así será cuando, seguramente, el nombre del periodista y escritor sueco que falleció antes de ver publicada su primera novela, y de cuya herencia sus familiares sanguíneos despojaron a la mujer que fue su pareja durante años -y que ahora publica sus propios libros para intentar resarcirse- se haya terminado de borrar de la memoria colectiva, reemplazado tal vez definitivamente por el de sus creaciones. Y, principalmente, el de la casi excluyente Lisbeth Salander.

Porque, hay que decir que la saga Milennium -que quedó sólo como trilogía por el prematuro fallecimiento de su autor- es muchas, quizás demasiadas cosas: novela negra cargada de erotismo, trhiller político con importante dosis de morbo, descripción literaria de algunas facetas del capitalismo más descarnado, estudio sobre el poder y sus abusos, intriga conspirativa, crítica social y panfleto sobre la liberalidad sexual, fuerte denuncia contra la violencia de género, exploración de las formas y dilemas del periodismo, mezcla de paisajes bucólicos e internet. Pero más allá de las variaciones y efectos resultantes de esa mezcla es, en buena medida, una historia de personajes. Muchos, y la mayoría buenos. Aunque, acaso más por peso propio que por decisión deliberada del escritor, termina siendo uno, que también es síntesis de multiplicidad: la hacker-punk bisexual, trágica e implacable, durísima pero menos impenetrable de lo que ella quisiera, que a fuerza de carisma gana terreno frente a ese Mikael Blomkvist que muchas veces parece un alter ego del autor y que es básicamente el protagonista de la primera novela. Sin embargo, y no casualmente, la versión americana del primer libro cambia el original “Los hombres que no amaban a las mujeres” por el más ganchero “La chica del dragón tatuado”, que pone el foco en Lisbeth Salander y le reconoce el sitio que ya se ganó en la galería de grandes personajes de la literatura. La duda es si los nuevos filmes respetarán -o modificarán- el nombre de los libros, o serán “La chica del dragón tatuado II y III”. Por lo pronto, para la primera secuela se habla de “La chica que jugó con fuego”.

TRÍPTICO RENDIDOR

Cuando en 2005 -el año siguiente al fallecimiento de Larsson- apareció “Los hombres que no amaban a las mujeres” , se inició un inesperado boom editorial, que sumando “La chica que soñaba con un fósforo y un bidón de gasolina” y “La reina en el palacio de las corrientes de aire” a la fecha suma 60 millones de copias vendidas en todo el mundo, y propinó un inestimable espaldarazo para la producción literaria sueca, sobre todo en el rubro policiales.

El cine de ese país no tardó en producir la versión cinematográfica, en tres filmes que ya se estrenaron en Argentina -excepto el tercero, curiosamente- y circulan en DVD. En tanto, llegó a las salas argentinas la adaptación made in USA del primer libro, que afortunadamente cayó en manos del experto David Fincher, con un elenco cuidadosamente elegido. En primer lugar, Daniel Craig -el actual James Bond que, luego de batallar con espíritus y entre cowboys y aliens, no tuvo problemas en asumir una nueva saga-, y luego la ascendente Rooney Mara, cuya actuación no sólo resultó un hallazgo, sino que incluyó extravagancias tales como hacerse piercings en diversas partes del cuerpo.

La novedad es que la retorcida trama imaginada por Larsson llegará también al formato del cómic, en dos o tres adaptaciones: una norteamericana, otra belga y, probablemente, un manga japonés.

VERSIONES EN CUADRITOS

La norteamericana tendrá lugar bajo el sello Vértigo, donde DC -la editorial de Batman y Superman- publica sus trabajos orientados a un público adulto. Cada novela de la trilogía será adaptada en dos tomos y tendrá una periodicidad semestral. Así, para 2014 todos los libros se encontrarán disponibles en este formato.

“Los complejos personajes e historias creadas por Larsson en la Trilogía Millennium son un complemento perfecto para el formato de novela gráfica, donde podemos traer a Lisbeth Salander a la vida en completamente nuevas y atractivas formas visuales”, expresó Dan DiDio, co-editor de DC Entertainment; para quienes un “gran honor” trabajar con la historia.

El otro dato aguardado con impaciencia por los fans de la trilogía y del cómic -que coinciden en muchos casos- es el equipo creativo. Finalmente se supo que está integrado por la novelista escocesa Denise Mina y el ilustrador argentino Leonardo Manco -graciosos abstenerse- , conocido por los lectores argentinos de la vieja Skorpio por la serie “Hache” y dibujante durante varios años de “John Constantine Hellblazer”, serie que también pertenece al subsello Vértigo, que también en su momento contó con guiones de Mina.

Aunque todavía no se conocen los diseños de personajes de Manco, la novelista ya terminó de adaptar la primera novela e hizo comentarios al diario británico The Guardian. “Larsson escribió una historia fantástica. Entendía perfectamente lo que estaba haciendo cuando decidió escribir una novela negra feminista”. En esa cuerda, anticipó alguna variación con respecto al original: “Creo que para muchas mujeres hay aspectos problemáticos en la historia... Lisbeth Salander es un personaje brillante, es lo que más me atrae de la historia, pero ella ha sobrevivido a abusos sexuales y creo que a veces (Larsson] no se da cuenta de lo asustada que está la mayor parte del tiempo. Simplemente quería resaltarlo”.

DC Comics editará los dos libros restantes de la trilogía Millennium en 2013 y 2014, respectivamente. Pero si el éxito los acompaña, no habría que descartar nuevas historias de la particular anti-heroína (es de esperar que ahora no “superheroína”), en su nueva encarnación como personaje de historieta.

Pero, en principio, quien más jugo prevé sacarle a los libros es la editora belga Dupuis, que hará nada menos que tres álbumes por cada uno, con lo que totalizará nueve. El primero de ellos se conocerá a fin de año, y los autores tienen menos puntos de referencia para los lectores argentinos: los guiones estarán a cargo de Sylvain Runberg, mientras que las ilustraciones serán de un catalán, José Homs. “Tengo claro que voy a huir de las versiones cinematográficas, no quiero que las imágenes parezcan una adaptación de las películas ni que los actores se parezcan. La idea es basarnos más en los libros”, adelantó el artista.

CONFLICTO DE INTERESES

En tanto, el salto a la historieta de los protagonistas de Millenium -e indudablemente la posibilidad de seguir vendiendo nuevos libros, aunque el creador ya no esté para escribirlos-, no resulta para nada chocante a los familiares de Larsson. “A Stieg siempre le gustaron los cómics y estaría encantado de saber que sus personajes se pasarán a ese formato”, aseguró Joaqkim, su hermano menor (aunque a juzgar por la manera en que trataron a la ex mujer del difunto, Eva Gabrielsson, no parece que la opinión de éste les importe mucho).

Gabrielsson, sin embargo, sí tiene objeciones, fundadas en la irrefrenable tendencia norteamericana a explotar productos culturales de la manera en que sea posible. En este caso, el merchadising alcanzó a la venta de derechos de imagen para objetos varios, entre ellos ropa inspirada en Lisbeth Salander.

“Stieg estaba interesado en denunciar con la trilogía Millennium el maltrato a las mujeres y otros tabúes sociales y políticos, nada que ver con vender cosas ajenas al espíritu de su obra”, disparó, en una embestida que también incluyó el cambio de nombre del libro original para hacerlo más comercial, y alcanzó a la actriz Rooney Mara, a quien tachó de “ignorante” por afirmar que para ella “Lisbeth no es un símbolo feminista ni contracultural”.

En este marco, parece obvio que el juego de paradojas se agrega a las diversas líneas de lectura que atraviesan a la menos controvertida que exitosa trilogía Millenium. Y, con la polémica servida y la curiosamente seductora imagen de Lisbeth Salander como estandarte, habrá negocio durante muchos años más. Incluso, cuando ya nadie recuerde quién fue Stieg Larsson, ni la mayoría sepa muy bien lo que quiso hacer con sus libros.

BIENVENIDA

“Como todas las grandes historias de justicieros que pueblan la literatura, esta trilogía nos conforta secretamente haciéndonos pensar que tal vez no todo esté perdido en este mundo imperfecto y mentiroso que nos tocó, porque, acaso, allá, entre la ‘muchedumbre municipal y espesa’, haya todavía algunos quijotes modernos, que, inconspicuos o disfrazados de fantoches, otean su entorno con ojos inquisitivos y el alma en un puño, en pos de víctimas a las que vengar, daños que reparar y malvados que castigar. ¡Bienvenida a la inmortalidad de la ficción, Lisbeth Salander!”

Mario Vargas Llosa, “Lisbeth Salander debe vivir” (en “El País”, 6/9/2009, extracto).

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John Constantine (Hellblazer), en el trazo del argentino Leonardo Manco, que dibujará las novelas gráficas de Millenium.

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Stieg Larsson, creador de la saga que lo convirtió en best-seller mundial post-mortem, y centro de una disputa legal en perjuicio de su mujer.

El juego de las diferencias

Noomi Rapace le puso su rostro a la primera Lisbeth Salander del cine, en la trilogía fílmica sueca. La actriz se abre camino ahora en Hollywood, en “Sherlock Holmes, juego de sombras” y “Prometheus”, de Ridley Scott.

Rooney Mara fue la elegida para encarnar a la protagonista en la versión norteamericana. Antes, fue “la chica” de “Red Social” (también bajo las órdenes de David Fincher) y estuvo en la remake de “Pesadilla” y en “Amigos con beneficios”. A fin de año filmará con Terrence Malick.

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La escritora Denise Mina desarrolla los guiones de la adaptación al cómic.

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Salander (Noomí Rapace) y Mikael Blomkvist (Mikael Nyqvist), en un afiche promocional sueco.

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Daniel Craig y Rooney Mara en la imagen promocional -variante púdica- de “La chica del dragón tatuado”, denominación hollywoodense de “Los hombres que no amaban a las mujeres”.

La otra saga

La “‘viuda” de Larsson no estaban casados, pero convivieron los últimos 32 años de vida del escritor, Eva Gabrielsson, acaba de publicar el libro “Stieg y yo”, escrito en colaboración con la periodista Marie-Françoise Colombani y tiene en su poder un manuscrito de 320 páginas del cuarto volumen de Milennium, que estaría dispuesta a terminar y publicar alrededor de 2015.

En el prólogo de “Stieg y yo”, Colombani sintetiza el estado actual del litigio entre Gabrielsson y los herederos legales del autor, su padre y su hermano (con quienes en vida él ya no tenía ninguna relación): si éstos otorgan a Eva el control sobre la obra del autor no los beneficios económicos ella entregará el inacabado cuarto volumen de Millennium, titulado “La venganza de Dios”.

Hoy por hoy, Gabrielsson ha sido privada de todo derecho sobre la millonaria herencia de su compañero sentimental, merced a la ley sueca. En Stieg y yo, se lamenta de la creación de una “industria Stieg Larsson” que ha eclipsado al que ella considera “el verdadero Larsson”, militante por causas nobles, tierno, feminista, periodista y autodidacta de vasta cultura.

Lo que pide Gabrielsson es poder decidir qué editorial edita los libros en cada país, ver si se debe hacer una película o no y en qué condiciones, poder prohibir que se haga merchandising o establecer que los textos políticos queden fuera del negocio. “El habría detestado lo que se está haciendo con su obra”, dice, pues la ve convertida en una fuente de beneficio empresarial, cuando la crítica al sistema económico-político y sus injusticias era un elemento básico de su personalidad.

En el libro que Larsson dejó inacabado -según palabras de Gabrielsson-, la protagonista “se libera poco a poco de sus fantasmas y sus enemigos. Cada vez que consigue vengarse de una persona que le ha hecho daño, física o psicológicamente, se hace borrar el tatuaje que encarna en ella a esa persona. Los tatuajes son para ella una pintura de guerra. Bajo diversos aspectos, la joven se comporta como una indígena en la jungla urbana. Reacciona como un animal, instintivamente, pero también anticipando las situaciones y el peligro”.

En tanto, la historia del litigio daría muy buen material para un quinto tomo. Gabrielsson cuenta que inicialmente Joakim Larsson le dijo que “lo arreglarían todo” como si ellos hubieran estado casados. Pero “la noche del funeral de Stieg, alguien le dijo a mi hermana Britt: ‘Vigila, estos dos han hablado ya de quedárselo todo’. Britt intentó hablar con el padre de Stieg. Él le dijo que yo era una enferma mental. ¿La prueba? ¡Que yo quería dar dinero a Expo y a una fundación por la memoria de Stieg! (...) Conclusión: Stieg debía ser un enfermo mental, pues ésa era su voluntad”.

Otro día, Eva se encontró con Erland y Joakim: “Erland comienza a explicarme que el problema es que yo podría casarme con otra persona y que eso era un riesgo para ellos. ‘Es con Stieg con quien yo quería casarme’, respondí. Joakim propuso que me casara con su padre y así la herencia compartida ya no presentaría ningún problema. Me quedé paralizada. Entonces añadió que, por supuesto, se trataría de un ‘matrimonio blanco’ ”.