Antes de la trigésimo novena edición

Retazos de una historia atrapante

Retazos de una historia atrapante

Petar Stoychev, en el centro, abrazado con Rodolfo Valenti y Andrea Volpini. Fue en la llegada del año pasado, en ocasión del sexto triunfo del búlgaro. Los italianos son candidatos al podio en la competición de mañana. Foto: Pablo Aguirre.

A través de cinco décadas de vigencia, la tradicional competición disfrutó no sólo de grandes especialistas en larga distancia, sino también de nadadores que poseyeron la capacidad para adecuarse a las exigencias de la modalidad.

 

César Miño

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El historial del Maratón del Río Coronda data de 51 años atrás, ya que comenzó a gestarse en 1961, merced a la inclaudicable tarea desempeñada por el santafesino Carlos Larriera, quien alcanzó la satisfacción de organizar en su propio terruño, una competición similar a las que estaba acostumbrado a participar en diversos sitios del mundo, junto a un grupo de intrépidos amantes de la natación de larga distancia.

Como si esto fuese poco, Larriera ganó aquella edición primigenia y repitió en la subsiguiente. En 1963 se impuso el holandés Herman Willemse y en 1964, el egipcio Abou Heiff, protagonistas de no pocas anécdotas y/o fábulas de la prueba.

En 1965 prevaleció el argentino Horacio Iglesias, quien repetiría en las ediciones de 1967 y 1970, siendo interrumpida su racha por el italiano Giuglio Travaglio (uno de los más “mimados” de la afición local), en 1966.

Entre 1974 y 1977 llegaron las cuatro victorias consecutivas del notable rosarino Claudio Plit; mientras que en las tres ediciones posteriores hubo triunfos de grandes nadadores estadounidenses: John Kinsella, Bill Heiss y James Kegley, en 1978, 1979 y 1987, respectivamente.

En 1988 llegó el turno del santafesino Diego Walter Degano, que completaría su inolvidable paso con los éxitos alcanzados en 1990, 1992 y 1993, compartido en este último caso con el alemán Christof Wandrascht.

La década de oro

La continuidad del repaso histórico nos ubica en 1994 y 1995, ocasión en la que ganó el sorprendente canadiense Gregory Streppel, quien -nadie debe dudarlo- de haber continuado participando, seguramente hubiese engrosado su historial personal.

Luego, en 1996 se impuso el francés Stephane Lecat, quien un año después compartió las mieles del triunfo con el argentino Gabriel Chaillou. El plausible “delfín parisino” repitió en 1999 y en 2000, mientras que nuestro connacional lo hizo en 2002.

En 1998 y en 2001 el vencedor fue el español David Meca Medina, otro de los extranjeros que dejó una huella indeleble, pese a su escueta participación en estas latitudes.

Luego, en 2003 llegó el turno del último santafesino en subirse a lo más alto del podio corondino: Rafael Pérez.

Finalmente, llega el turno de señalar los triunfos alcanzados por el francés Stephane Gomez, en 2004 y 2005; a los que sucederían el incomparable reinado del búlgaro Petar Stoychev, ganador de seis ediciones consecutivas: 2006, 2007, 2008, 2009, 2010 y 2011, erigiéndose en el más grande de la historia del “Maratón más lindo del mundo”.

Justamente, el brillante especialista búlgaro mañana no estará presente, dejando un vacío imposible de llenar. Pero a su vez, abriendo un abanico de posibilidades que se extiende -como pocas veces - a un número apreciable de candidatos.