Fue ayer y es hoy

Malvinas: una causa pendiente y permanente

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El socialista Alfredo Palacios, siendo senador nacional, llevó por primera vez al Congreso Nacional el problema de la soberanía argentina en Malvinas en 1934. Foto: Archivo El Litoral

Prof. Teresa Sandoz

Con motivo de la reunión del Consejo Ejecutivo de la Internacional Socialista que comenzó en Costa Rica el 23 de enero pasado, los dirigentes Ricardo Alfonsín y Hermes Binner presentaron un documento que adhiere a la posición del gobierno nacional por la soberanía de las Islas Malvinas. Expresan que el texto “alude a fortalecer la presión internacional en el sentido de exigir al Reino Unido que acate la resolución de la ONU que obliga a establecer una mesa de diálogo para resolver el conflicto por la soberanía de las Islas”.

Los Dres. Alfonsín y Binner en su planteo no hacen más que proseguir una línea histórica que arranca con los orígenes mismos de sus respectivos partidos políticos. Releyendo la “Crónica documentada de las Malvinas”, dirigida por Hugo Gambini y escrita por excelentes investigadores e historiadores, hay un capítulo de Víctor O. García Costa que hace referencia explícita a los aportes y defensas intelectuales y políticas de socialistas y radicales en el tema Malvinas y que marcan una continuidad histórica digna de mención. El autor aclara que ya en “junio de 1896 los hombres que fundaron el Partido Socialista se preocuparon seriamente por el caso Malvinas”, mencionando a uno de sus fundadores que concurrió al Congreso Constituyente del Partido Obrero Socialista Argentino, como se llamó en sus orígenes, representante de Tucumán, el socialista Roberto Jorge Payró, el gran escritor que “dejó profunda huella de aquella preocupación en la literatura argentina”.

Payró, periodista y cronista viajero escribe “La Australia Argentina”, editada en 1898, donde se refiere a la Patagonia, la Tierra del Fuego y la Isla de los Estados. En la 5º edición se expresa que al libro deben “leerlo todos los argentinos y sobre todo los hombres de gobierno”. En él hay una refirencia explícita a la usurpación británica del 3 de enero de 1833, lamentando la existencia de una nomenclatura inglesa en una geografía usurpada.

García Costa destaca especialmente la actuación del socialista Alfredo L. Palacios, quien siendo senador nacional en 1934, llevó por primera vez al Congreso Nacional el problema de la soberanía argentina en Malvinas. “El proyecto del senador socialista se convirtió en Ley 11.904 que mandó a difundir en español la obra del francés Paul Groussac ‘Les Iles Malouines’, editadas en francés por Coni en 1910, aclarando Palacios que era necesario que todos los habitantes de la República sepan que las Islas Malvinas son argentinas y que Gran Bretaña, sin título de soberanía, se apoderó de ellas por un abuso de fuerza, y para ello encomendó a la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares -presidida entonces por Juan Pablo Echagüe- un compendio destinado a ser distribuido en todas las escuelas de país”.

Es de destacar que Palacios fue el autor del primer libro argentino que trató el tema: “Las Islas Malvinas. Archipiélago argentino”, editado en Buenos Aires en 1934 y reeditado en 1946 y 1958.

En el prólogo de la 2º edición, decía Palacios: “El fracaso del usurpador está en nuestro reclamo constante. Ya contestó Groussac. No hay que dejar decir que los esfuerzos fueron nulos porque el detentador conserve la posesión ilegítima sin obstáculos. La resistencia obstinada al hecho cumplido, que persiste siempre, no es estéril. He proporcionado en primer término un modelo y una lección para la enseñanza de la cátedra y el libro y he incorporado al derecho de gentes actual esta idea esencial: que la cuestión de las Malvinas es una cuestión pendiente... ¡Que los jóvenes mantengan encendido su idealismo y no entre en sus corazones ni la claudicación ni la cobardía”.

Premonición admirable y de trágico futuro, cuando se piensa en los centenares de jóvenes que dejaron su vida en la guerra que debió evitarse.

Palacios volvió sobre el tema en numerosas ocasiones y, según el texto de García Costa, en 1964 pocos meses antes de morir “insistió en reclamar los derechos argentinos en las Islas Malvinas al proporcionar instrucciones para la delegación argentina en la conferencia de la OEA. Por su obra al servicio de la soberanía territorial argentina, el nombre de Alfredo L. Palacios deberá figurar el día de la recuperación definitiva en la nomenclatura más importante de las Islas Malvinas”.

Más tarde, el Congreso Nacional volverá a tratar este importante tema y así en el período 1946-1955, durante el primer gobierno peronista encontramos en la Cámara de Diputados a representantes de los partidos radical, socialista, comunista y demócrata progresista, que aunque eran minoría se transformaron “en uno de los escasos foros donde la oposición al peronismo encontró representantes permanentes fogueados en la crítica verbal, entre otros Ricardo Balbín, Arturo Frondizi, Gabriel del Mazo, Emilio Ravigniani, Ernesto Sammartino” (1).

En la sesión del 5 de julio de 1946 de la Cámara de Diputados de la Nación, se debatió un proyecto radical de declaración solicitando al Poder Ejecutivo Nacional que se dirigiera a la ONU afirmando los derechos de soberanía en las Islas Malvinas y reclamando la devolución del archipiélago. Fue el radical Ernesto Sammartino quien pronunció un histórico discurso aplaudido por toda la Cámara, con su mayoría peronista.

Sammartino expresó, entre otros conceptos, que “este proyecto de resolución que presenta la minoría fortalecerá la posición del Poder Ejecutivo para llevar este pleito al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, porque producirá en todas partes la certidumbre de que interpreta la voluntad unánime de la Nación (...) Los hechos son más fuertes que los deseos y que las palabras... Inglaterra no puede retener ya, en el actual estado de conciencia de la humanidad, nuestras Malvinas”. Y termina: “Si el Poder Ejecutivo, velando en forma efectiva por nuestra soberanía, radica en tan altos estrados (ONU), tendrá la seguridad de interpretar al pueblo argentino en sus más hondos afanes de soberanía y de justicia”.

Más adelante fue otro representante radical quien nuevamente abordó el tema Malvinas en la Cámara de Diputados de la Nación, el diputado radical Alfredo Roque Vítolo. En la sesión del 15 de julio de 1950 expresó, entre otros conceptos, lo siguiente: “nosotros tenemos que señalar que será una mentira el panamericanismo, carecerá de sentido el ideal americano de justicia, de paz, de soberanía, mientras en América, en todos los aspectos, los países americanos no estén unidos unánimemente alrededor del problema fundamental de la liberación política y económica de los Estados Americanos. Nuestra posición (la radical) es clara con respecto a la conferencia de Río de Janeiro y a todos los aspectos internacionales. No negamos nuestro apoyo -no podemos negarlo- a la causa de América. Estoy seguro que los hombres del radicalismo, como todos los argentinos frente a cualquier agresión injustificada, frente al conculcamiento de cualquier derecho fundamental de las Naciones ofrecerán su decidido apoyo... Este de Malvinas es un problema fundamental que nosotros debemos comprender. La República Argentina tiene derecho a la solidaridad de los Estados Unidos y de todos los países americanos, y también tiene derecho a la comprensión del mundo alrededor de un aspecto en que el derecho a la soberanía argentina es indiscutible... Pero así como hemos comprendido la necesidad de nuestro apoyo a una causa que era justa, esos países poderosos que son los Estados Unidos e Inglaterra, que se levantan como personeros de una causa de civilización, de democracia y de justicia, debieran comprender que la sinceridad de sus propósitos y la limpieza de su causa está también en el reconocimiento de los derechos de otros pueblos, tal vez menos fuertes y poderosos, pero con legítimos títulos a la solución de sus problemas de soberanía, como éste de las Malvinas, de las Orcadas y del sector antártico argentino”.

Esperemos que una inteligente diplomacia pueda lograr finalmente solución a la controversia argentina - británica y es justo recordar aquí a Lucio García del Solar, diplomático experto en el tema que fue delegado argentino en las Naciones Unidas y gestor principal de la ya mencionada Resolución 206 que después de tantos años “vuelve a cobrar vigencia ante la intrasigencia del gobierno británico a sentarse a negociar con la Argentina” (diario Página 12, 29/01/2012) .

Lucio García del Solar fue embajador en los Estados Unidos, la Unión Soviética y la UNESCO y representante especial para la normalización de las relaciones bilaterales con el Reino Unido después de la guerra de 1982. Este gran experto en el tema Malvinas expresó en 1996 lo siguiente: “Uno de los puntos fuertes que tiene Argentina es haber reclamado siempre desde que las Islas fueron despojadas”, y en otra ocasión: “Las Malvinas son el tema de política exterior más hondamente enraizado en el espíritu del hombre argentino. Sin embargo, nuestro Congreso no debate sobre el tema como sí lo hace el Parlamento inglés. Lo que pasa es que en la Argentina no hay discusión, en general, sobre política exterior”. A esto lo expresó en 2010, poco tiempo antes de fallecer en un reportaje realizado por el diario La Nación.

Este embajador argentino logró que se utilizara el nombre de Malvinas, en castellano, en toda la documentación de las Naciones Unidas, mencionadas como Falkland en los informes del Reino Unido, justificando el nombre de Malvinas por numerosos antecedentes históricos vastamente conocidos y que no se pueden tergiversar ni destruir.

(1) Ciriad Alberto, “La Argentina dividida - peronistas antiperonistas” Polémica, págs. 113/114