SEÑAL DE AJUSTE

Ganó el bien

La nota

“Herederos de una venganza” llegó a su final. Foto: Gentileza Artear

Roberto Maurer

“Herederos de una venganza” cumplió con su misión y se retiró: durante una semana hizo el aguante de “Lobo”, la nueva ficción de El Trece, arrastrando al campo de la licantropía a su gran audiencia. Ahora, el lobo cachorro se las arregla solo, destetado ya por la tira en cuyo último capítulo se produjo, tal como se había anunciado, modestamente, la batalla definitiva entre el Bien y el Mal. En su avance hacia lo apocalíptico, y con la colaboración de las bolas de fuego que arrasaron Vidisterra (1), “Herederos de una venganza” fue acumulando tal cantidad de víctimas que, en la información contenida en Wikipedia, con fines orientativos figura una lista encabezada por la palabra “Muertos” donde se enumeran todas las bajas (2), y otra titulada “Continúan vivos’’, con los nombres de quienes fueron llegando trabajosamente al desenlace sufriendo las doce maldiciones.

Los villanos caen

Las bajas no aumentaron en el último episodio, ya que predominó el clima festivo: los sufridos habitantes de Vidisterra necesitaban un desahogo. Eso sí, primero hubo que resolver la incómoda situación de Antonio, crucificado y desangrándose, seguida por un incendio provocado por Benicio (3) para asegurarse su muerte y luego por una gran explosión. En el momento que llega Mercedes -a los gritos-, Antonio sale vivo entre las llamas y la abraza. Ambos necesitan una ducha.

Al mismo tiempo Rafael ha llevado a Lucas al bosque para matarlo, pero es Emilia la que aparece por atrás y le dispara al villano. Como se sabe, sin parar, las voces en off de los protagonistas acompañan la acción con insistentes frases pronunciadas con gravedad bíblica, como “el amor fue lo único que nos salvó en esta historia de odio y venganza’’ y otras del mismo estilo. Fue un remate breve pero intenso y luego empezó la fiesta.

De fiesta

Tras un letrero que indicó que había transcurrido un año, el pueblo ha sido reconstruido y ha vuelto la vendimia. Muchos de los peones consecheros parecen seleccionados de un musical de Pepito Cibrián: en el territorio fantástico de “Herederos de una venganza’’ los detalles no son importantes, ya que su contexto no responde a un realismo enfermizo. Así, se permitieron extravagancias como la de los nazis fundadores de la secta que llegaron disfrazados de inmigrantes italianos. No es novedad que después de la guerra se hayan desparramado alemanes en fuga del Reich, pero resulta un poco inverosímil que los que se refugiaron en Vidisterra se hicieran pasar por colonos piamonteses sin que nadie lo percibiera. La familia Kleidel se convirtió en Capogreco, los Kampf en Piave, los Herrstatt en Ferrero y los Der Vorstatz en Tedeschi.

Antonio y Mercedes se casan al aire libre, los novios se propinan largos discursos (“te amo porque sos un hombre justo, noble que nunca me soltó la mano”, etc.), los villanos son condenados a perpetua por genocidas y sin beneficios penitenciarios, Betiana Blum es consagrada intendenta y se reinagura el hospital destruido por los meteoritos. En las calles del pueblo vitivinícola se festeja y los pobladores beben en botas de vino (4) y bailan música celta (5), sin coreografía muy precisa: son expresiones de la extraordinaria fusión cultural de Vidisterra.

(1) Fue la última maldición, la número doce. Las once anteriores incluyeron peste, fuego, tormentas eléctricas, pérdida de embarazos, temblores, frío intenso, inundaciones, conversión del agua en sangre, desmayos, noche eterna y sacrificios masivos. Todo eso.

(2) En la lista figura un homónimo de Marcos Camino, el director de Los Palmeras. Con el mismo nombre en la tira vivió un comisario entre los capítulos 200 y 207.

(3) Es el personaje interpretado por Benjamín Vicuña. Al principio, el villano principal era Daniel Kuzniecka, pero fue reemplazado porque abandonó la tira cuando lo llamó Alicia Zanca para sumarse a un elenco teatral que montó “La pulga en la oreja’’. Fue inesperado ya que se suponía que iba a formar parte hasta lo último del fin del mundo que figuraba en los planes originales. Además de villano, traidor.

(4) Otra rareza de esta comunidad. El antiguo recipiente ya aparece en Homero, la Biblia y el Quijote.

(5) Más licencias. La música celta no existe, es una invención del mercado. Nadie sabe cómo era la música de los antiguos pueblos celtas, no hay registros, es un enigma. Y aún más misterioso es cómo llegó a Vidisterra.