De nacionalidad norteamericana

Juzgan a hombre acusado de matar a su familia

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Lilian, junto a Brian y Rocío fueron las víctimas de un crimen que causó conmoción en Morón. Foto: Agencia Télam

Télam

Un hombre estadounidense comenzará a ser juzgado a fin de mes como acusado de haber asesinado a su mujer embarazada de ocho meses y a sus hijos de 4 y 6 años, quienes fueron degollados en su casa de la localidad bonaerense de Morón en 2009.

El debate estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de Morón y el único imputado es Antonio Orlando Cajal (29), quien llega al juicio en libertad por un fallo a su favor dictado en 2010 por la Cámara de Apelaciones de ese distrito, informó a Télam Miguel Racanelli, abogado de la familia de las víctimas.

Cajal está acusado del “triple homicidio agravado por el vínculo” de su esposa Lilian Fuño Rodríguez (26) y sus hijos Brian (6) y Rocío (4), cometido el 2 de noviembre de 2009 en General Juan José Valle 540 de Morón.

Durante el juicio, que comenzará el 28 de febrero y se extenderá durante cuatro jornadas, declararán familiares de Fuño Rodríguez, quienes aportarán detalles de la relación de la pareja, que aparentemente era mala, así como policías y peritos.

El debate estará a cargo de los jueces Carlos Torti (presidente), Rodolfo Castañares y Pedro Rodríguez (vocales), en tanto que el fiscal será Hernán Alarcón.

Los sucesos

La masacre se descubrió cuando el propio Cajal le pidió a un vecino permiso para saltar desde su propiedad a su casa porque, según dijo por entonces, volvía de trabajar, no tenía llaves y no lo atendía nadie.

Con el vecino de testigo, Cajal levantó dos persianas de su vivienda hasta que logró ingresar y al instante salió por la puerta delantera y le dijo: “Llamemos a la Policía, que algo malo le pasó a mi familia”.

En el hall de la puerta de entrada de la casa estaba el cadáver de su hijo Brian; en la cocina, el de Lilian, que estaba embarazada de ocho meses y medio; y en una habitación de la planta alta, su hija menor, Rocío.

Todos presentaban fuertes golpes en la cabeza con un objeto contundente y los niños habían sido degollados mientras jugaban, ya que a su lado se hallaron varios juguetes.

“En la casa estaba todo ordenado y solamente faltaba un equipo de música sin parlantes. Nadie comete un homicidio semejante para llevarse eso. El acusado limpió la escena del crimen, se bañó y después salió, pero cometió una serie de errores que van a surgir en el juicio”, sostuvo Racanelli.

Cajal, quien por entonces trabajaba como pintor y albañil, le dijo a la Policía que se retiró de su casa a las 10 para ir a trabajar a una obra y cuando volvió a la noche no pudo entrar porque no llevaba llaves y porque nadie respondía a sus llamados. Precisó que esperó hasta que, en presencia de un vecino, ingresó por la fuerza a su propiedad y encontró los cadáveres.

Los peritajes

El hombre fue detenido en base a distintas pruebas, entre ellas que la pericia de Luminol -reactivo que detecta sangre lavada- indicó que el asesino trapeó la escena del crimen en algunos sectores como la escalera.

Además, se detectó sangre en la bañadera, la cortina de la ducha y el lavatorio de uno de los baños.

Los investigadores descartaron de inmediato el robo, ya que entendieron que, en ese caso, la familia hubiera sido reunida en un mismo lugar y no se la hubiese asesinada por la espalda, como fue en este caso.

Cajal, quien nació en la ciudad estadounidense de Atlanta pero desde 1991 reside en la Argentina, estuvo preso por el hecho hasta septiembre de 2010, cuando la Cámara de Apelaciones de Morón le concedió la libertad.

Según Racanelli, poco antes el imputado declaró por primera vez en la causa y sostuvo que su familia había sido víctima de un robo y que en ese momento él se encontraba en una obra en construcción, dato que ratificó un matrimonio.

“El tribunal se va a dar cuenta de que él miente y con todas las pruebas que van a surgir en el juicio, estaremos en condiciones de que lo condenen a prisión perpetua”, agregó el abogado.