Expediciones

África suya

La misión comercial a Angola que encabezará Guillermo Moreno revela la improvisación del gobierno ante un cuadro energético cada vez más acuciante.

África suya

Sergio Serrichio

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Guillermo Moreno es el principal funcionario de Cristina Kirchner. El que mejor refleja el espíritu de su gobierno y el que tiene más áreas y decisiones a su cargo. La misión comercial que el secretario de Comercio encabezará del 4 al 8 de marzo en Angola refleja, además, la desesperación oficial por conseguir energía sin resignar, en lo posible, los cada vez más escasos dólares de la balanza comercial.

Angola es uno de los países con más baja expectativa de vida del planeta (39 años) y el 60 por ciento de su población vive en la pobreza. En cuanto a su sistema político, en 2011 Transparencia Internacional lo ubicó entre los 20 más corruptos del mundo. Y en diciembre pasado Human Rights Watch, una ONG internacional de defensa de los derechos humanos, denunció la “desaparición” de nada menos de 32.000 millones de dólares de las arcas del Estado, principalmente a través de Sonangol, la empresa estatal de energía.

Precisamente, el principal objetivo de Moreno es hacerse de energía y aumentar la venta de alimentos argentinos. Angola es el segundo productor petrolero de África, sólo superado por Nigeria, e importa el 80 por ciento de los alimentos que consume. El boom petrolero que vive, tras dejar atrás 27 años de guerra civil (1975-2002) lo convirtió en uno los países de mayor crecimiento del mundo.

Itinerario

Que el hilo conductor del acercamiento es la energía salta a la vista al repasar la secuencia de “soluciones” que fue pergeñando el kirchnerismo a medida que la caída de la producción y las reservas domésticas de petróleo y de gas y la reversión de la “balanza comercial energética” dejó al desnudo la insustentabilidad de la política oficial.

- A fines de 2005, Néstor Kirchner y Hugo Chávez anunciaron, en una cumbre del Mercosur, la construcción de un “gran gasoducto sudamericano” que, partiendo de Venezuela, llegaría hasta la Argentina. Una obra faraónica, de 10.000 kilómetros de extensión, que atravesaría el Amazonas. De lengua, arrancó rápido. Tras la primera reunión “técnica” sobre la obra, en las oficinas del Enargas en Buenos Aires, el entonces titular del organismo regulador, Fulvio Madaro (que años después debió renunciar por el escándalo Skanska) declaró que habían solucionado “el 90 % de las cuestiones técnicas”. Con el tiempo, el gran gasoducto sudamericano desapareció hasta de los discursos.

- En 2006, Néstor Kirchner firmó con el presidente de Bolivia, Evo Morales, un acuerdo para llevar la provisión de gas boliviano a la Argentina de poco más de 7 millones de metros cúbicos por año a casi 28 millones en 2011. La acrecida oferta alimentaría el Gasoducto del Norte Argentino. Distintos acuerdos se sucedieron durante el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Los hechos están lejos de las promesas. El gasoducto ni siquiera se comenzó a construir. La provisión boliviana a la Argentina sigue estancada en torno de los 7 millones de metros cúbicos anuales.

- En febrero de 2008, por gestión del ministro de Planificación, Julio de Vido, llegó a Buenos Aires en visita “de Estado” el presidente de Guinea Ecuatorial, Theodore Obiang. El interés de De Vido era claro: Guinea Ecuatorial es el tercer productor petrolero de África (después de Nigeria y Angola). Pero entre la “cena de gala” con la que Cristina homenajeó a Obiang y un acto de firma de acuerdos en la Rosada, la presidenta se enteró por la prensa que Obiang no sólo era el dictador más antiguo de Africa, sino también uno de los más sanguinarios. Y le expresó, a micrófono abierto, su “honda preocupación” por los derechos humanos en Guinea. Obiang se fue ofendido. Los acuerdos quedaron en letra muerta.

Interrogantes

- Entre 2009 y 2011, la solución pasó a llamarse Qatar. El Emir de ese país y su esposa la jequesa, a quien un asesor informal de De Vido describió como una “Evita qatarí”, visitaron la Argentina, y en enero de 2011 Cristina retribuyó con una visita a Doha, la capital del emirato. Con el aval kirchnerista y el “Fútbol para Todos” en su bolsillo, Julio Grondona, el “don” de la AFA, gestionó que la Fifa aprobara la realización del mundial de fútbol 2022 en Qatar (donde en verano la temperatura suele sobrepasar los 45 grados) y Enarsa, la empresa estatal de energía argentina (creada en 2005, idea de Guillermo Moreno), firmó un preacuerdo con QatarGas para la provisión de 20 millones de toneladas de gas licuado. Pese a varios pedidos de informes sobre ese negocio, que orillaría los 50.000 millones de dólares, el gobierno sigue sin dar precisiones. El gas licuado es muy costoso, en especial si proviene de un lugar tan lejano. El gobierno argentino fantaseó con compensar las multimillonarias compras con provisión de alimentos, pero Qatar, aunque detenta el tercer PIB por habitante del mundo, tiene menos de dos millones de habitantes, ya bien provistos. Difícil que el contrato llegue a buen puerto. Es carísimo. Y los dólares escasean.

- En mayo de 2011, cuando el gobierno se llevaba de maravillas con la “argentinizada” YPF y en particular con sus socios argentinos, los Eskenazi (dueños de los bancos de Santa Cruz, Santa Fe y Entre Ríos y cuyas inauditas tasas de interés “justificaron” parte del astronómico enriquecimiento de los Kirchner) la presidenta anunció desde la Casa Rosada un gran descubrimiento de YPF de reservas “no convencionales” de gas y petróleo en Neuquén. Pero en los últimos meses, cuando constató el exponencial aumento de las importaciones y el déficit de la balanza energética, YPF pasó a ser el villano del relato oficial. El desarrollo de los combustibles “no convencionales llevará, en el mejor de los casos, varios años. Y si la agresividad ambiental de la minería metalífera a cielo abierto (por el uso del agua, la contaminación con cianuro, las detonaciones, la voladura de cerros y regiones enteras) generó las reacciones sociales que se están viendo en La Rioja, Catamarca, Tucumán, ¿qué pasará cuando se conozcan las características y efectos del “fracking” (o fractura hidráulica) el agresivísimo método con el que las petroleras extraen, eventualmente, gas y petróleo “no convencionales”.

Anclaje

Y así llegamos a Angola, donde Moreno encabezará una comitiva de 250 personas, incluidos más de 200 empresarios. La preocupación que en 2008 llevó a Cristina a retar a Obiang, el dictador de Guinea, parece haber quedado atrás. De hecho, Dos Santos, el presidente de Angola, es el segundo mandamás más antiguo de Africa, detrás de Obiang, quien lo aventaja por unos pocos meses. Y en 2010, hizo algo que podría interesar al cristinismo: una reforma constitucional que empezará a regir este año y que le permitirá, eventualmente, prolongar su poder hasta 2022, mediante un sistema “parlamentario”.

Por estos días, Dos Santos cavila si el candidato de su partido será él o su delfín, Manuel Vicente, recientemente integrado al gabinete y hasta hace poco presidente de Sonangol, la petrolera estatal a través de la cual se evaporó el grueso de los 32.000 millones de dólares denunciados por Human Rights Watch, sobre la base de informes propios y del FMI.

¡Tanto que aprender!

Experiencia

Que un operador clave de la misión sea el empresario Carlos Spadone, quien renunció a su cargo en el gobierno de Carlos Menem a raíz del escándalo por la venta de leche podrida a un programa materno-infantil y en 2001 cambió el nombre de sus Bodegas (antes Saúl Menem e Hijos, ahora San Huberto), no sugiere que la misión tenga gran preparación previa. La experiencia de Spadone en ese mercado, consignó el periodista Francisco Olivera en La Nación, sería una venta de 40 cajas de vino, por menos de mil dólares.