La Cámara Argentina del Libro, ante las restricciones a las importaciones

“Tenemos que producir

más libros en Argentina”

Isaac Rubinzal dijo que en el primer bimestre de este año se importaron libros por la misma cantidad de dólares que hace un año. Y pidió aprovechar las ventajas comparativas de nuestro país para fortalecer la industria y ganar mercados en el mundo.

“Tenemos que producir más libros en Argentina”

Isaac Rubinzal pidió acuerdos entre los distintos sectores que integran la industria gráfica argentina. Foto: Luis Cetraro

Gabriel Rossini

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El presidente de la Cámara Argentina del Libro, Isaac Rubinzal, explicó la posición de la Cámara Argentina del Libro sobre las medidas tomadas por la Secretaría de Comercio Interior sobre la importación de libros y dijo que el objetivo de la industria gráfica editorial argentina debe ser la de “agrandar la torta, incrementar nuestras exportaciones para de esa manera poder ampliar las importaciones en el sector”.

En diálogo con El Litoral, Rubinzal dijo que las restricciones a la importación de libros comenzaron en septiembre del año pasado. “No se podían retirar los libros de la aduana. Ante esta situación, acordamos entre todos -editores y gobierno- buscar una solución para evitar que los libros quedaran retenidos. Nos reunimos con funcionarios de la Secretaría de Comercio de la Nación, quienes nos dijeron cuál iba a ser la política del gobierno para el sector: por cada dólar que importamos tenemos que exportar un dólar, es decir compensar las importaciones con las exportaciones por la misma cantidad de divisas”, apuntó.

A partir de ésta situación, Rubinzal explicó que en la Cámara “acordamos que soluciones individuales no había, como las que pueden alcanzar las empresas grandes. La Cámara Argentina del Libro tiene 530 socios, casi todas pymes, poco más grande poco más chicas, pero todas con limitaciones. Por esta razón, el camino que acordamos tomar fue el de las soluciones colectivas y le propusimos al secretario Guillermo Moreno hacer una compensación entre importaciones y exportaciones para que el resultado final estuviera equilibrado, tomando a toda la Cámara como una cuenta única”.

En esta operatoria hay 105 editores dentro de los 530 socios que tiene la Cámara compensando ya hace cinco meses. Hasta hora funciona equilibrado. Se va controlando con la información de la aduana. Nada distinto a lo que le pidieron a los demás sectores de la economía pero con una diferencia a nuestro favor: no salimos a comprar créditos de ningún exportador sino que armamos un mecanismo de compensación interno dentro del mismo sector. En concreto, en enero y febrero de 2012 entraron la misma cantidad de dólares que en el mismo bimestre de 2011. Esto quiere decir que si funciona coordinado, no deberían estar faltando libros en el mercado local”, explicó Rubinzal.

A futuro

Con respecto a la industria editorial, Rubinzal explicó que en el sector hay dos tipos de importaciones. Una es la del libro terminado y la otra la del servicio gráfico. “Nosotros creemos que por el cuidado de las divisas y para favorecer el comercio, el servicio gráfico tiene que hacerse en el país. El año pasado le planteamos a la Secretaría de Comercio una reunión entre los tres actores del sector: gráficos, papeleros y editores. Empezamos a conversar pero el tema quedó ahí. Nosotros queremos retomarlo”.

“Entendemos que se deben generar las condiciones para que se imprima en el país, salvo alguna cuestión muy excepcional. Por eso la discusión debe darse dentro de la cadena de valor. El tema acá es el del papel, que es un mercado oligopólico que manejan dos o tres empresas, que esta mas caro que en el exterior y nos quita competitividad. Este es el camino que nosotros creemos que hay que transitar: imprimir en el país y en base a esto, tratar de evitar que salgan divisas por impresión en el exterior”, dijo.

El dirigente de la cámara enfatizó: “Somos una industria cultural. Yo dije que no había que haber restricciones y efectivamente es así. Pero con un manejo racional. Hay cosas que queremos que sean de determinadas maneras pero si no tenemos la plata no lo podemos hacer. Por eso nuestra idea es que hay que agrandar la torta y eso se hace exportando más. ¿Cómo exporto más? Tengo que contar con dos elementos fundamentales: nivel autoral, que en el país lo tenemos, y competitividad en los productos que fabricamos. A esto último lo tenemos que alcanzar y para eso necesitamos acordar los tres sectores que integran la cadena de valor”.

“No puede ser arbitrario el corte de la importación ni se puede pedir lo que no estamos generando. Esto se ha transformado en un circuito cerrado donde para comprar algo tengo que generar los recursos para poder pagarlo. Nosotros creemos que el libro tiene que circular libremente en el mundo. Si a mí me interesa un libro de México el libro tiene que estar en Argentina. Pero el mexicano tiene que tener el libro nuestro. Y para eso se tienen que generar las condiciones. Porque, es obvio: nos puede interesar mucho un libro pero si no lo podemos pagar no lo vamos a comprar. Este es el esquema básico de funcionamiento y la postura que tiene la Cámara”.

Límites por la tinta

“Esta medida vigente respecto a la cantidad de plomo que deben tener las tintas que imprimen un libro es una cuestión ecológica y sanitaria que muchos países tienen. Podemos o no estar de acuerdo, pero no afecta al núcleo de como se está operando, porque en ultima instancia son mayores medidas de control. Podemos tener distintos tipos de opinión. Lo que no podemos perder de vista es por dónde esta pasando el eje central de la cuestión que es la de producir más libros en el país”, dijo Rubinzal.

“El tema por resolver ahora es el de quienes importaban libros en pequeñas cantidades y por correo. En éste sentido, para importar libremente los límites eran hasta 1.000 dólares y hasta 50 kilos. Si ahora a estas operatorias las traban en la aduana, no ayuda. Porque además no es un volumen significativo, son monedas. Esto es lo que tenemos que conversar con la aduana y ver cómo lo podemos resolver”.