EN EL MUSEO PROVINCIAL DE BELLAS ARTES
Pinturas del Premio Banco Central
EN EL MUSEO PROVINCIAL DE BELLAS ARTES
Pinturas del Premio Banco Central

Primer premio adquisición a Diana Dowek por su obra “Paisaje urbano”.
El jueves quedarán inauguradas dos propuestas de excelente nivel: por un lado el V Premio Nacional de Pintura Banco Central 2011; y por otro una muestra homenaje de Fernando Espino.
De la redacción de El Litoral
Este jueves a las 20, en el Complejo de Salas San Martín del Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, tendrán lugar dos inauguraciones: la exhibición que reúne las obras del V Premio Nacional de Pintura Banco Central 2011, y la muestra homenaje a Fernando Espino “Gracias Maestro”. La primera propuesta recibió en esa convocatoria alrededor de 1.500 obras de 476 artistas de todo el país, de las cuales el Jurado de Selección ha elegido las 33 obras finalistas que integran la muestra, de ellas diez en la categoría de menores de 35 años. En la diversidad de tendencias estéticas y generacionales, el conjunto seleccionado es, así, un valioso exponente de la plástica argentina actual.
El Jurado del Gran Premio Homenaje ha distinguido “por su trayectoria y exquisito talento” al artista León Ferrari, cuya producción, a un tiempo conceptual y sensual, se proyecta hacia horizontes no transitados.
El carácter itinerante, distintivo federal de este premio, marca la clara orientación de contribuir a la difusión del arte nacional, exhibiendo obras de artistas de diversas regiones como una manera de estimular el contacto con el público en múltiples espacios culturales del país.
De este modo, el BCRA se propone como un legítimo puente intercultural entre los artistas y la sociedad en su conjunto, promoviendo una expresión diversa del arte, que contribuye a la integración e identidad nacionales.
AL MAESTRO
Esta muestra homenaje a Fernando Espino se presentó oportunamente en las Salas Federales del CFI en el marco del ciclo “Gracias Maestro”, con la curaduría de Osvaldo Mastremauro. Se trata de una excelente oportunidad para aproximarse a la obra de este notable artista rosarino, quien además fuera miembro de esta institución por más de diez años y falleció en 1991. Ambas exposiciones podrán visitarse en los días y horarios habituales del museo: martes a viernes de 8 a 12 y de 17 a 20. Sábados, domingos y feriados de 17 a 20.
/// análisis
El tacto que sensibiliza la materia
Por Juan B. Walpen
Fernando Espino es un artista cuya obra se torna obligatoria al momento de abordar la historia del arte santafesino. La producción de Espino es realmente singular. Por un lado, habita en ella una multiplicidad de lenguajes estéticos que el artista maneja a la perfección. Hay claras referencias desde el expresionismo abstracto hasta el poor art. Asimismo, ésta se torna disruptiva respecto de las corrientes estéticas que primaban en Santa Fe desde finales de los ‘50 hasta principios de los ‘80. Un lenguaje “litoraleño” permeaba las obras y daba origen al Grupo Litoral en Rosario, encabezado por Gambartes y Grela, y al grupo Setúbal en Santa Fe (con referencia a la Laguna que bordea el este de la ciudad) donde confluían Supisiche, Molinas y muchos más. En “Demian”, de Herman Hesse, se lee: “ No estábamos separados de la mayoría de los hombres por frontera ninguna, sino por una visión distinta”. Espino posee una visión distinta del manejo de la materia y de la forma, sus composiciones son una nueva forma de sugerir.
No es necesario mencionar que la crítica de arte se vale de ciencias auxiliares para lograr un análisis complejo y lo más extenso posible. Se vale de la semiótica, la historia social, la sociología de la cultura, también del psicoanálisis. Sin tener la necesidad de ser psicoanalista, la obra de Espino desnuda el lado intimista e introvertido de su personalidad. Manejaba a la perfección los formatos pequeños, una obra de Espino se reconoce a la distancia. Hay intimidad, mucha. Hay mucho de él en cada trabajo, hay momentos en donde su obra traslada a aquellos estados elementales el ser humano. En lo personal, existen obras de Espino que me remiten a las primeras expresiones artísticas de la humanidad. A esos momentos en donde ésta intentaba darse respuestas a sus primeras preguntas existenciales, a ese primer contacto con la metafísica, con la magia y con las primeras religiones. Antoni Tàpies afirma: “Me falta la huella de la mano del artista, el ‘milagro’ del tacto que sensibiliza la materia”. Creo que Espino ha encontrado la forma milagrosa de lograrlo.

Segundo premio adquisición a Carolina Antoniadis por “Bis a bis”.
+ información
Para solicitar visitas guiadas o informes, dirigirse al (0342) 4573577 o a [email protected].

Obra de Fernando Espino. Fotos: GENTILEZA MPBA
/// análisis
Gran Premio Homenaje BCRA
Alberto Giudici / Curador
La vida y la obra de León Ferrari, uno de los más importantes artistas contemporáneos y que este año recibe el Premio Homenaje del BCRA, es un notable ejemplo de compromiso con el tiempo que le toca vivir y a la vez, en absoluta sintonía, la de un buceador infatigable de nuevos lenguajes y recursos expresivos.
Si hacemos nuestra la expresión de Luis Felipe Noé “todo es pintura”, la producción de Ferrari es el mejor exponente de un universo de formas que hoy no está restringido a determinado soporte ni a límites canonizados. Ferrari “pinta” con la escritura entrecruzando significados y significantes, problematizando las propias fronteras del arte. En este sentido, su arte es esencialmente conceptual y, a la vez, poderosamente sensual.
Hace justo medio siglo, en 1961, comenzó a experimentar con distintas grafías, lo que él mismo denominó escritos ininteligibles; sus palabras escritas sobre maniquíes; sus “escritos en el aire”; sus Torres de Babel, de acero, que en su entramado actúan como criptogramas; las Cartas a un general y las “palabras ajenas”; los poemas de Borges o los textos de Breton escritos en braille y sobreimpresos en fotos de cuerpos desnudos; los Rulos multicolores sobre vidrio; sus Birimbau de barras verticales realizados, son sus palabras, para “dibujar sonidos”, “todo es pintura”, en la vasta producción de León Ferrari todo es escritura.
La obra elegida por el Jurado para integrar el patrimonio del BCRA, una pintura sobre tela, sin título, del año 2009, es parte de estos senderos que Ferrari transita una y otra vez. Una criptografía que como un continuum se interrumpe dejando parte de la tela en blanco para retomar esa suerte de código enigmático, que en su sin sentido visible rinde tributo a la línea como una estela inasible del pensamiento.
/// análisis
Fernando Espino
Por Osvaldo Mastromauro
Entrar en el mundo de Fernando Espino no es sencillo. Estamos hablando de un creador de particular lenguaje, que reconoce orígenes e influencias en Torres García y Gambartes, pero que alcanza rápidamente su propia identidad con particular fuerza.
Espino es un artista que pudo desprenderse de la inmediatez y llegar a la esencia de su visión, de elementos cada vez más sencillos, cada vez más austeros y despojados, para sumarlos en construcciones de exquisita simpleza, pero a su vez, valga la paradoja, de intrincado camino, no fácilmente accesible. Observar a Espino es saber limpiar la mirada para poder llegar a la sutileza de esos gestos mínimos, perfectos, a la suma de dos, tres elementos que se apoyan en atmósferas plenas, rotundas, pero sutiles, para invitarnos a la reflexión más intimista.
Obras como “Pintura 7” o “La iglesia”, nos remiten a construcciones de trama equilibrada, perfecta, de negro, blanco, siena, rojo, y nada más.
Austeridad de elementos, de colores para lograr abrir un universo de infinitas visiones.
Sus últimos trabajos se tornan más sencillos en apariencia, pero ahí destaca la perfección de su manejo en la búsqueda de propuestas sólidas y respuestas que lo dicen todo con casi nada.
Espino es el pintor mágico de Santa Fe, la ciudad de los ríos y los bajos, de los arenales costeros, de las soledades infinitas, de la angustia que fue acumulando en sus cuatro siglos de historia. Espino retrata como pocos esa esencia. También la de su propia soledad y grandeza.