Se subastó el primer lote de soja

Por enésima vez pidieron recomponer el mercado

Esta semana se llevó a cabo el tradicional acto que indica el inicio simbólico de la comercialización de la nueva cosecha. Se escucharon las mismas demandas ignoradas en los últimos 6 años.

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Amuchástegui. Pidió -una vez más- recomponer el mercado para trigo y maíz. Así habría mayor oferta e ingreso de divisas y se permitiría al productor rotar sus cultivos. Foto: Gentileza BCR

Juan Manuel Fernández

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Se sabe que el acto de subasta del primer lote de soja de la campaña es el momento propicio para que la cadena de producción y comercialización de granos haga oir sus reclamos. Lo que parece evidente también es que esas demandas siempre caen en saco roto, a la luz de los pedidos hechos en los últimos años y los resultados conseguidos.

Esta semana, el miércoles 11, el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Cristian Amuchástegui, pidió -una vez más- por la recomposición del mercado de trigo y maíz. Sostuvo que se requiere introducir cambios en el sistema comercial de manera que permitan la competencia y la transparencia en la formación de precios en el mercado. “Así -explicó- se logrará un mayor oferta, un mayor ingreso de divisas, se permitirá al productor rotar sus cultivos y mejorar su técnica productiva, haciendo posible que esa liquidez de mercado actúe como moderadora de los precios de los alimentos, dada la mayor oferta en competencia”.

En el estrado lo escuchaban las máximas autoridades santafesinas y rosarinas, con el gobernador Antonio Bonfatti como figura destacada en compañía del Ministro de la Producción, Carlos Fascendini, y la intendente Mónica Fein. Por la Nación, pese que es tradición la presencia de la máxima autoridad agropecuaria (el ex Ministro de Agricultura, Julián Domínguez, participó en las dos ediciones anteriores) sólo asistieron funcionarios de tercera línea como el Subsecretario de Agricultura, Oscar Solís, y el de Agregado de Valor y Nuevas Tecnologías, Marcelo Yasky.

Mientras tanto Amuchástegui insistía y remarcaba que “las dificultades que desde 2006 se observan en los mercados de estos cereales”, razón por la cual hubo “una menor superficie sembrada, con menor uso de tecnología, sin lograr el resultado perseguido de limitar el precio de los alimentos que derivan de estos productos”.

Casi un año antes, en la misma ceremonia pero de la cosecha anterior, realizada el 13 de abril de 2011, el titular de la Bolsa había pedido que se mantengan “abiertos los registros de exportación a lo largo del año, sin perder de vista la posibilidad de cerrarlos cuando fuere necesario para asegurar el abastecimiento interno, y evitando favorecer a sectores en detrimento de otros que cumplen similares funciones”. Esa vez lo escuchaba Domínguez en representación del gobierno central y Hermes Binner como máxima autoridad santafesina.

Incluso yendo más atrás en el calendario, en el acto de lanzamiento de la cosecha 2009/10 se escuchó lo mismo, o parecido, del mismo dirigente y frente a los mismos funcionarios. “La existencia de mercados formadores de precios tuvo un rol fundamental en el crecimiento de la actividad agrícola ya que hizo posible que las cosechas se comercializaran a valores transparentes. Esta ha sido históricamente una ventaja competitiva de la Argentina respecto de otros países que nos disputan los mercados internacionales”, había dicho Amuchástegui el 14 de abril de 2010. En esa oportunidad pidió considerar al mercado como “un bien público, que es necesario preservar por el valor social que representa”.

En el inicio comercial de la campaña 2008/09, durante la ceremonia del 16 de abril de 2009, el vocero de la Bolsa había sido su vicepresidente primero, Víctor A. Cabanellas, quien no había dicho algo distinto. “Como Bolsa nos inquieta que con diferentes medidas adoptadas en este último tiempo se resienten los contratos de futuros y opciones, los negocios forward y otras modalidades operativas desarrolladas a lo largo del tiempo. En la medida que nuestro mercado pierda volumen, la representatividad y transparencia de sus cotizaciones pueden verse alteradas, afectando a la comunidad de negocios que actúa en la Bolsa, a toda la cadena de comercialización y, particularmente, a los productores”.

No hay duda de que cada uno de estos reclamos fue necesario, por aquel principio de que no se consigue lo que no se gestiona. Lamentablemente, la experiencia de los últimos años podría servir también para refutar esa otra máxima de la cultura popular por la cual “el que no llora no mama”.

Otros temas: seguros, puertos e importación de soja paraguaya

Durante su discurso, el presidente de la BCR también hizo referencia a las dificultades con las que inició esta campaña agrícola por la fuerte sequía que castigó grandes zonas productoras, así como a la cuestión de los seguros agrícolas y la intención oficial de generalizar los seguros multirriesgo. “Si bien coincidimos en que el seguro es un instrumento de suma importancia para el desarrollo de la agricultura, entendemos que un proyecto de tales características debe ser profundamente analizado y debatido”, señaló.

Además, Amuchástegui habló sobre los recientes conflictos en los puertos que preocupan a la actividad agroindustrial e instó a “encauzar su resolución a través de un diálogo maduro, evitando caer en la intolerancia o la imposición de la razón por la fuerza”.

Incluso sugirió que “en esta campaña -en que la producción de soja caerá significativamente- sería una medida oportuna habilitar el régimen de importación temporaria de granos de soja de nuestros vecinos que hoy bajan por la hidrovía con destino a otros países, para su procesamiento y posterior reexportación con valor agregado local”. De ese modo, indicó, podría optimizarse la capacidad instalada de la industria aceitera y de biocombustibles.

El trigo, una estafa de 4.500 millones

El Movimiento CREA dio a conocer esta semana un trabajo técnico que cuantifica la cantidad de dólares que, producto de los descuentos que se producen con el mercado intervenido, no llegaron a los productores trigueros en los últimos siete años. Luego de multiplicar las rebajas promedio de cada año por las toneladas producidas, concluye que u$s4.500 millones fueron a parar a otras manos. Medido en dólares por hectárea, el desvío ronda los u$s155, cercano al 50% de los gastos de implantación y producción.

El trabajo también destaca que a mediados de abril los productores percibieron el 47% del precio internacional y menciona la “comodidad” que tiene la molinería, que no tiene que competir con la exportación por hacerse de mercadería, para pagar a su gusto.

Sobre el último acuerdo impulsado por el gobierno para que el productor cobre el FAS Teórico, firmado el 5 de enero, denuncia una treta para eludirlo: comprar forward y desligarse de la obligación de respetar el precio lleno. “Con este proceder, según la calidad, los descuentos practicados han sido del orden de 180 $/t para la mercadería en Condiciones Cámara y de alrededor de 100 $/t para trigos con altos contenidos de proteína”.

Como conclusiones, el documento indica que las idas y vueltas permanentes (apertura y cierre de exportaciones; acuerdo varios) “no resolvieron las anormalidades visibles en la comercialización del trigo” sino todo lo contrario: empeoró el financiamiento de los productores, que sólo pueden celebrar contratos forward a 90 días. También que, con un mercado “sobreofertado en forma artificial”, la demanda opera a sus anchas y a la producción “sólo le queda aceptar quitas importantes en el precio de venta”. Reitera, además, que sigue habiendo una importante trasferencia de los productores; y que esta situación “afectará negativamente las intenciones de siembra de la campaña 2012/13”, ya que ni siquiera puede “cumplir la función de alivio financiero estival”.

Siempre AFA

El precio pagado por el primer lote de soja de la actual campaña, el miércoles pasado, fue de $3.810 por tonelada y lo adquirió Agricultores Federados Argentinos. Eran 28.040 kilos producidos en la localidad de Colonia Elisa (Chaco) que arribaron el 22 de diciembre a la planta Vicentín SAIC de Ricardone.

El de la campaña 2010/11 también lo compró AFA por $3.250 la tonelada.

El año anterior, el primer camión de la cosecha 2009/10 lo pagó la misma cooperativa por $3.050 la tonelada.

Y el mismo valor ($3.050) había pagado AFA en la subasta del inicio comercial del ciclo 2008/09.