Consagrada por la crítica

“El precio”, de Arthur Miller, se

verá en la escena del Municipal

“El precio”, de Arthur Miller, se verá en la escena del Municipal

La puesta es dirigida por la talentosa Helena Tritek y es considerada una de las mejores producciones de la actual cartelera teatral argentina. Invita la Municipalidad de Santa Fe. Foto: Gentileza producción

La multipremiada obra protagonizada por Arturo Puig, Antonio Grimau, Pepe Novoa y Selva Alemán se presentará el sábado 21, a las 22, y el domingo 22, a las 20.

 

De la redacción de El Litoral

El próximo fin de semana, Arturo Puig, Selva Alemán, Antonio Grimau y Pepe Novoa protagonizarán dos funciones de “El precio”, del brillante dramaturgo norteamericano Arthur Miller, en el Teatro Municipal 1º de Mayo. Dirigidas por Helena Tritek, las presentaciones se concretarán el sábado a las 22 y el domingo a las 20, siempre en la Sala Mayor del Teatro Municipal, ubicado en San Martín 2020. Considerada por la crítica especializada como una de las mejores puestas en escena del momento, “El precio” ganó el Premio Estrella de Mar a la mejor obra dramática de la temporada de verano 2012 y, además, recibió cuatro galardones de la Asociación de Cronistas del Espectáculo (ACE).

En su relato se reafirma que la condición humana permanece inalterable a través de los siglos y, mediante el enfrentamiento entre dos hermanos, Miller habla de la frustración, de los resentimientos y del libre albedrío que le permite al hombre ser artífice de su propio destino a partir de las decisiones, afortunadas o no, que pueden marcar su vida. En síntesis, la obra hace referencia al legado del pasado y al precio que todos pagamos por las elecciones que tomamos en esta vida. Las entradas pueden conseguirse de forma anticipada en la boletería del Teatro Municipal. El precio de los pases varía según la ubicación elegida: plateas y palcos numerados, 150 pesos; tertulias numeradas, 130 pesos; tertulias sin numeración, 110 pesos; generales, 100 pesos.

La puesta en escena

Con un cuarteto de exquisitos intérpretes, que dan cuenta de su extensa trayectoria y nivel, los hechos tienen lugar en el desván de una vieja casa en Manhattan, que denota un pasado próspero antes de la debacle económica de 1929 -que afectó igualmente en la vida real a la familia de Miller-, y que pronto será demolida para dejar paso al mal llamado progreso y asegurar la frágil estabilidad económica de algunos de los herederos que quedaron.

En ese ámbito claustrofóbico -constituido por una exquisita y paradójica escenografía de trastos viejos, de Eugenio Zanetti (ganador de un premio Oscar por “Restauración”)-, donde nadie toca el timbre para entrar, refulge el texto de Miller y la elaboración de personajes y situaciones.

Arturo Puig y Antonio Grimau, en el papel de Víctor y Walter Franz respectivamente, son los dos hermanos que se reencuentran, después de 16 años de resentimientos y enconos, para poner el precio a los muebles y objetos amontonados en el altillo de la vieja casa. Víctor (Puig), es el hermano que abandonó su carrera universitaria para cuidar a su padre y se mantuvo con el magro empleo de policía. Walter (Grimau) es un médico de renombre -aunque rodeado de la más absoluta soledad- que nunca estuvo ligado al padre como Víctor y convivió sólo con su éxito profesional.

Esther (Selva Aleman) es la esposa alcohólica de Víctor (Puig), que intenta sostener a su marido y remediar una frustración de años. Por último aparece el personaje de Gregorio Solomon (Pepe Novoa, que reemplaza a Pepe Soriano) un oportunista tasador que no ha perdido el afán especulativo pero que, al mismo tiempo, muestra su conmiseración por las divergencias familiares.

Si bien Solomon discutirá los precios, el título se refiere a otro precio que está más escondido en esa trama de temores, tensiones y fracasos, que es el que Miller señala como consecuencia de cada acto humano, el valor que todos debemos pagar por las elecciones que tomamos en esta vida. “El precio” es una de las obras más fascinantes y entretenidas que ha escrito Arthur Miller y la crítica la ha considerado un soberbio y aún exuberante ejercicio teatral, que cumple con las clásicas unidades de tiempo, lugar y acción.