Voluntades solidarias

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Sebastián Iparraguirre

Este joven estudiante de Veterinaria viajó a Puerto Madryn a colaborar con una organización internacional que se encarga de estudiar la causa de muerte de las ballenas francas australes (en su mayoría, ballenatos), que llegan a esa zona para reproducirse y cuidar a sus crías.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. GENTILEZA SEBASTIÁN IPARRAGUIRRE.

ESTUDIANTE Y VOLUNTARIO. “Estoy cursando el último año de Veterinaria, en Esperanza, y me dedico a la parte de fauna, una rama totalmente diferente a lo que en mi facultad enseñan. A raíz de eso, me convocó un veterinario de la facultad que trabaja para una organización de Estados Unidos, la WCS (Wildlife Conservation Society), que lleva adelante el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral. Esta institución trabaja en todo el mundo y, en nuestro país, en Puerto Madryn, con las ballenas francas australes, buscando la causa de su muerte. Sabía que me gustaba esto y que tenía cierta experiencia por haber hecho cursos sobre el tema. Estuve allá en septiembre del año pasado, que es cuando más muertes se producen. Estuve alojado en la Facultad de Biología Marina de Puerto Madryn, trabajando día y noche, en el momento en que las ballenas varaban”.

MUEREN LAS CRÍAS. “Es frecuente encontrar ballenas muertas en septiembre porque es el mes en que las madres están con las crías. En mayo llegan a Puerto Madryn las madres solas y permanecen hasta julio; a partir de agosto empiezan a nacer las crías y en septiembre están las madres con las crías. Es cuando mayor cantidad de ballenas hay. El año pasado hubo 5.000 ballenas con crías en septiembre, la mayor cifra de estos últimos años. Muchos turistas llegan para los avistajes y no saben que hay cada vez menos ballenas porque están muriendo. Es el único lugar de la Argentina adonde las ballenas van a reproducirse y a criar a sus hijos. La gente de la fundación nos proveyó del instrumental necesario para el trabajo y nos pagó los gastos de la avioneta con la que hacíamos un viaje por mes por toda la Península”.

EL CALENTAMIENTO GLOBAL. “En 2003, este programa internacional comenzó a trabajar porque veía que morían muchas ballenas en Península Valdés. A principios de 2010 hubo un congreso organizado por la Comisión Ballenera Internacional y que convocó a prestigiosos especialistas mundiales, durante el cual surgieron tres hipótesis de causas de muerte, motivo por el cual el trabajo se está orientado a ellas. La más fuerte es el calentamiento global. Ocurre que cuando las madres van a buscar alimento a la Antártida en el verano no lo consiguen en cantidad porque las aguas están más calientes. Eso hace que lleguen más desnutridas a la zona de Península, que paran a sus crías más débiles o tengan menos leche para mantenerlas, en el caso de que ya lleguen con ellas. Por eso, las crías están más débiles y terminan muriendo al mes o mes y medio de vida. En 2011, hubo 60 varamientos y 59 fueron de crías, al que se sumó un juvenil (que había nacido el año anterior y que seguía lactando con su madre). Tenemos que pensar qué podemos hacer todos por este tema, pero si las potencias mundiales no ayudan es muy difícil que se pueda hacer algo. Otras causas de muerte son la marea roja (una toxina de los moluscos bivalvos) o enfermedades infecciosas (estamos haciendo tomas de muestras para ver cuáles serían)”.

LAS GAVIOTAS. “Otra amenaza son las gaviotas: algunas -denominadas cocineras- se alimentan de la ballena franca austral y les comen la piel y la grasa, lo que antes no ocurría. Según parece, al acumularse basura y restos de las empresas pesqueras en la costa hubo tanta comida disponible para estas aves que aumentaron en su número muchísimo. Las gaviotas atacan principalmente a las madres y, sobre todo, a sus ballenatos porque pasan mucho tiempo en la superficie. Para escapar de las gaviotas, las ballenas gastan mucha energía. Entonces, las madres descuidan a sus crías y éstas se alejan de ellas, descansan menos, no se alimentan lo suficiente y terminan muriendo en las costas. Cuando quedan varadas, tienen el dorso picoteado, lastimado. En los últimos años hay menos ballenas en Argentina y más en Brasil, por ejemplo, como consecuencia de las gaviotas en la zona de Península”.

UNA DIFÍCIL TAREA. “Debido a las características topográficas y oceanográficas de las playas de la Península Valdés, como pendientes leves y grandes amplitudes de marea, es frecuente el hallazgo de ballenas varadas muertas en sus costas. Esto hace de éste un lugar de excepcional importancia para la evaluación del estado sanitario de la especie mediante la realización de necropsias y la colecta de muestras biomédicas. En las necropsias es muy díficil encontrar la causa de muerte. A veces, las ballenas mueren en el agua y pasan cinco días flotando y a la semana varan en la costa, adonde llegan en estado de putrefacción y no podemos ver nada. De todas maneras, sacamos muestras y las mandamos para que sean analizadas por científicos de Buenos Aires y Estados Unidos. Por lo general, de las muertes, el 50% son machos y el resto hembras, en esto no influye el sexo sino la edad, porque son crías, por lo que creemos que influye la desnutrición. Una cría nace con 5 metros de largo y pesa 3 toneladas (3.000 kilos) y trabajar en ellas (abrirlas y tomar muestras) es muy difícil, lo que es imposible en los adultos, que miden 15 metros y pesan hasta 50 toneladas. Pero, en el caso de que aparezcan, tenemos que estar preparados. En ese mes nos tocó sólo un caso de varamiento de ballena viva, una cría, situación para la que estábamos entrenados. Cuando llegamos a la playa principal de Puerto Madryn se juntó muchísima gente. Fue mucho estrés para el animal, que fue rescatado pero terminó muriendo cuando la sacamos del agua. Ese animal nos sirvió luego para seguir investigando”.

+ información

Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral: quienes deseen colaborar o llamar en el caso de varamientos pueden hacerlo a los teléfonos

(0280) 154-554724/3.

ENRIQUECEDORA EXPERIENCIA

“Fue la primera vez que tuve contacto físico con los animales. Se aprende mucho: trabajás con tres o cuatro por día y a la semana estás superentrenado. Quiero agradecer a Matías Di Martino, el médico veterinario coordinador del programa, y Lucas Beltramino, ayudante de campo. También quiero invitar a los que se quieran sumar a este trabajo. Cualquiera puede ser voluntario pero si sos estudiante de Veterinaria o de Biología vas a tener mayores oportunidades, ya que necesitás esos conocimientos previos. Tenés que estar disponible para el programa, las 24 horas, cuando avisan que hay una ballena varada”.

OTRAS ACCIONES VOLUNTARIAS

“En enero de 2011 también estuve trabajando como voluntario en un museo de huesos de mamíferos y aves marinas australes en Ushuaia, algo diferente a esto. Pero también estuve en contacto con animales vivos. En el museo eran todos esqueletos originales y les explicábamos a los turistas que llegaban de todo el mundo. También aprendí mucho; fue un lindo trabajo. Me quedan dos años de carrera (uno de prácticas) y quiero seguir haciendo pasantías y voluntariados para tener experiencia y que me sirva en mi currículum, para después saber qué quiero hacer cuando termine la universidad. En Esperanza estoy trabajando con otro tipo de especies, como serpientes y carpinchos. Este año voy a hacer una pasantía de 6 meses en la Granja La Esmeralda (creo que comienza en agosto) cuidando los animales, dándoles de comer y ayudando al acondicionamiento que se está haciendo del lugar”.

CON EL APORTE DE TODOS

“Entre 2003 y 2010, el programa registró un total de 428 ballenas muertas en las costas de Península Valdés y alrededores. Las crías comprenden más del 90% de las muertes registradas con un promedio de 79 ballenatos por año en el trienio de mayor mortandad (2007-2009). La Red de Aviso de ballenas varadas está integrada por guardafaunas, pescadores, pobladores locales, empresas de avistaje de ballenas, de buceo o de turismo, guías, navegantes, aviadores, marisqueros, investigadores, ONGs y autoridades locales, como Prefectura Naval. También cuenta con el apoyo de la Red de Fauna Costera de la provincia del Chubut, a través de sus diferentes nodos”.