Se hundió en 1919

El “Titanic de los pobres” que no pasó a la historia

El “Titanic de los pobres” que no pasó a la historia

La postal. El “Valbanera” parte del puerto de Málaga en el que sería su último viaje transportando inmigrantes hacia América. Una fuerte tormenta lo hundió cerca de las costas de Florida, en Estados Unidos.

Foto: Agencia EFE

El vapor “Valbanera” traía inmigrantes españoles a América. Después de tocar puerto en Cuba, naufragó cerca de las costas de Florida, en Estados Unidos, y murieron sus casi 500 ocupantes, entre tripulación y pasajeros. El episodio inspiró a Hemingway su cuento “Después de la tormenta”.

 

Carmen Jiménez

Agencia EFE

Siete años después del naufragio del Titanic, el vapor Valbanera se hundió en los cayos de Florida, EE.UU., con casi 500 emigrantes españoles a bordo, en una de las mayores catástrofes de la marina mercante española que permanece en el olvido.

El naufragio del Valbanera, denominado el “Titanic de los pobres”, que durante años cubrió la línea regular España-Cuba, es uno de los capítulos más negros de la historia de la emigración española.

El histórico buque, de la compañía Pinillos, Izquierdo y Compañía, que a principios del siglo XX trasladaba a miles de emigrantes españoles a América, se hundió sin dejar supervivientes, en circunstancias aún sin aclarar, entre el 9 y el 12 de septiembre de 1919.

El pecio permanece en el fondo del mar en las arenas movedizas del Bajo de la Media Luna, a cuarenta millas al oeste de Cayo Hueso.

Como tantos otros barcos, el vapor tenía el nombre de una virgen, en este caso la Virgen de Valvanera que se venera en La Rioja española, aunque el buque fue bautizado como Valbanera (con b) por algún error.

Con la pérdida del ancla en el puerto de Santa Cruz de La Palma (Canarias) -un negro presagio para los marineros- el Valbanera, al mando del capitán Ramón Martín Cordero, zarpó el 21 de agosto de 1919 rumbo a América con 1.142 pasajeros y 88 tripulantes.

Tras haber hecho escala en San Juan de Puerto Rico, arribó el 5 de septiembre a Santiago de Cuba y, a partir de ese momento comienza el misterio que envuelve este naufragio.

Aunque la mayor parte del pasaje tenía billete para La Habana, gran parte de los pasajeros (742 pasajeros) decidió desembarcar en Santiago, lo que salvó sus vidas.

Cuando el barco llegó a La Habana no pudo entrar en el puerto porque estaba cerrado debido a un potente huracán, por lo que el capitán del Valbanera puso rumbo a altamar para intentar capear el temporal. Pero desafortunadamente no lo logró. No hubo supervivientes.

Los restos del barco no fueron localizados hasta el 19 de septiembre por el cazasubmarino de la Marina de los Estados Unidos USS C203 en Half Moon Shoal (Bajos de la Media Luna).

A España, las noticias llegaron desde La Habana con cuentagotas y muchas veces de forma contradictoria. La mayoría de las víctimas eran canarias.

25 años investigando

El experto español en siniestros marítimos Fernando José García Echegoyen lleva más de 25 años investigando sobre este naufragio, trabajo que ha recogido en su libro “El misterio del Valbanera” y en la página en Internet naufragios.es.

Desde 1992 dirige el Proyecto Valbanera, una iniciativa cultural con la que pretende rescatar del olvido este naufragio y recuperar con fines museísticos parte de los restos del transatlántico español.

García Echegoyen ha dirigido tres expediciones, y en la primera de ellas, en 1992, consiguió filmar y fotografiar los restos del Valbanera por primera vez desde su hundimiento en 1919.

La última expedición, en 1996, fue financiada por la fundación Archivo de Indianos y algunos de los restos recuperados se exhiben en las instalaciones de la Fundación en Colombres (Asturias).

Sobre las circunstancias del naufragio, la hipótesis que maneja García Echegoyen es que al no poder entrar en el puerto de La Habana, el Valbanera puso rumbo al Golfo de México pero el temporal lo abatió y acabó embarrancando en el Bajo de la Media Luna.

En declaraciones a EFE, García Echegoyen señaló que “el 90 % del pecio está enterrado en la arena” por lo que en las tres expediciones únicamente vieron “piezas estructurales del barco”.

No obstante, García Echegoyen resaltó que consiguieron sacar “dos portillos y la letra B de la palabra Valbanera”.

García Echegoyen también explicó que en 2005 pagó a un buzo para que volviera a echar un vistazo al barco y que al aletear en la zona de proa del pecio se levantó arena y apareció un plato de la vajilla del barco que es “un auténtico tesoro”.

A causa de la crisis económica y de la falta de patrocinadores, García Echegoyen tiene el proyecto “limitado a dar conferencias y a hacer exposiciones ocasionalmente”, y actualmente trabaja en su nuevo libro “Regreso al Valbanera”.

Mientras en España permanece en el olvido, en Cayo Hueso sigue viva la leyenda del Valbanera, que inspiró a Ernest Hemingway a escribir el cuento “Después de la Tormenta” (After the Storm). Los viejos marinos lo llaman “The Ghostship of the Quicksands” (el buque fantasma de las arenas movedizas).


El “Titanic de los pobres” que no pasó a la historia

Un plato de la vajilla del “Valbanera”, rescatado del fondo del mar, es uno de los pocos objetos recuperados del pecio. Foto: Agencia EFE

Oscuros presagios

José Luis Torregosa recuerda que en 1919, cuando se produjo el naufragio del Valbanera, “eran los tiempos de la tristemente célebre gripe española o Spanish flea, el nombre con que la conocían en los países anglosajones, y la prensa de la época se hizo eco de los viajes realizados a Cuba por los vapores Cádiz y Barcelona, que con varios enfermos a bordo habían hecho escala en el Puerto de Santiago de Cuba, lo que obligó a tomar toda una serie de medidas sanitarias para evitar la expansión de la epidemia”.

“El 16 de Julio de 1919, la prensa española informó de la muerte de varios emigrantes a bordo del Valbanera. En La Habana habían embarcado 1.600 pasajeros, cuando el buque tenía una capacidad máxima para 1.200. Durante la travesía de regreso a España, varios de ellos fallecieron y hubo que arrojarlos por la borda. Centenares de emigrantes viajaron hacinados en cubierta durante los 14 días que duraba la travesía hasta Las Palmas, que era el primer puerto donde haría escala en su viaje de retorno desde Cuba. Dicha travesía se desarrolló en unas condiciones climatológicas adversas y cuando el 16 de Julio el Valbanera atracó en Las Palmas, la reacción no se hizo esperar. Se pidió el procesamiento del capitán y del médico y en los periódicos insulares se podían leer comentarios como el siguiente: “Pueblos que consienten sin protestar que vuestros hogares se vistan de luto y vuestros seres queridos perezcan víctimas de las epidemias de los barcos de Pinillos, son pueblos muertos que deben desaparecer”.

“El capitán del Valbanera -concluye Torregosa- fue destituido, según algunos testimonios, por denunciar a la empresa y, según otros como cabeza de turco. Lo cierto es que el mando del Valbanera pasó al Capitán Ramón Martín Cordero, de 34 años, que hasta entonces había mandado los vapores Conde Wilfredo y Balmes”.