Entrevista con el activista Leonardo Anselmi

“Si trabajamos juntos, en ocho años

terminamos con la tracción a sangre”

Integración social, respeto por los caballos y cuidado ambiental son las bases de la campaña nacional “Basta de TAS”, que se presentó en Santa Fe. Funcionarios y concejales escucharon la propuesta.

Agustina Mai

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Terminar con la tracción a sangre y el maltrato a los caballos, dignificar el trabajo de los recolectores y mejorar el tratamiento de los residuos es la propuesta integral de la campaña nacional “Basta de TAS (tracción a sangre)”. El rosarino Leonardo Anselmi es su principal impulsor y, en su recorrida por el país, llegó a Santa Fe. El integrante de la Fundación Franz Weber (Suiza) y Libera se reunió con autoridades y proteccionistas para lograr consenso. Su objetivo: que los recolectores formalicen su trabajo y que no haya más caballos maltratados ni niños juntando basura.

—¿Por qué una campaña contra la tracción a sangre?

—La tracción a sangre es una explotación animal y el maltrato es evidente. Esta campaña pretende darle dignidad a las personas, mejorar las estrategias ecológicas de tratamiento de los residuos y erradicar el maltrato animal. Son aristas que tienen consecuencias para los derechos de las personas y de los animales, la seguridad vial, el trabajo, la ecología y la estética de una ciudad. “Basta de TAS” demuestra que no están reñidos los derechos de los animales con los de las personas, sino que se puede tomar una decisión que mejore la vida de ambos. La campaña se llama “Basta”, porque intenta pegar un golpe en la mesa para que nos despertemos y nos demos cuenta de que podemos cambiar. Para eso, necesitamos que toda la sociedad se involucre: el mundo académico, los medios de comunicación, el sector político, el movimiento animalista, las organizaciones ecologistas, las instituciones de derechos humanos y del niño. En Argentina hay cerca de 1.500.000 de personas relacionadas con la tracción a sangre y más de 30.000 caballos. Eso no lo podemos cambiar solamente las ONG.

—¿Hay alguna experiencia en el país?

—En Río Cuarto hicimos una prueba piloto con 14 motocarros. En Córdoba, se entregaron cuatro y en Jujuy también. Rosario tiene una ordenanza, por la cual en dos años y medio no puede haber más tracción a sangre. Si trabajamos juntos y de esta manera, en ocho años en la Argentina terminamos con la tracción a sangre.

—En Santa Fe hubo una prueba piloto donde se trocaron carros por bicicletas eléctricas. ¿Qué falló?

—Erraron con la tecnología porque no puede cargar suficiente peso. En un proceso de aprendizaje es normal que haya fracasos. En Río Cuarto, propusimos una tecnología que lleva hasta 1.000 kilos. Eso es muy bueno para el carrero porque, además, puede hacer más viajes que con el caballo. En Santa Fe hay voluntad política. Les pedí a los concejales que elaboren una ordenanza que se apruebe por unanimidad.

—¿Qué plantea esa ordenanza?

—Primero, un registro de los animales. Hay que cuantificar el problema de forma exacta. Acá no se hizo en forma eficiente porque no se usó el microchip. Es una buena herramienta porque no se puede manipular y permite tener un seguimiento del caballo cuando es dado en adopción. En Santa Fe hay que volver a hacer el registro e incorporar el chip. Luego hay que poner en marcha una prueba piloto: comprar cinco o diez motos, organizar a esos carreros de forma cooperativa y acompañarlos. La sociedad se puede implicar en la adopción de los caballos y en los controles post adopciones. También un vecino puede acopiar el material reciclable de su cuadra, para que el cartonero haga un solo viaje una vez por semana. El mayor tiempo de trabajo de un cartonero está destinado a separar la basura.

—Acá tenemos separación de residuos...

—Vi una aceptación bastante grande de la población, pero hay que educarla para separar correctamente la basura. Después de seis meses hay que evaluar esa prueba piloto. Si hay que cambiar algo, se vuelve a hacer la prueba hasta que salga bien y se pueda ampliar a más carreros. Se cree que esto va a costar mucho dinero de las arcas públicas, pero nosotros aportamos una idea: que los carromotos tengan fajas publicitarias a los costados que sirvan para pagar las motos.

—Además de juntar basura, el carro es el medio de transporte de toda la familia. ¿Qué argumento hay para esta situación?

—Los beneficios del cambio conllevan responsabilidades, que hay que explicárselas a los carreros. El caballo como medio de transporte está prohibido y tendrán que usar el colectivo como todo el mundo.

—¿Qué balance hace de su reunión con las autoridades municipales y concejales?

—Me llevo varias promesas. No va a ser rápido ni fácil, pero sí posible. Comprometimos a los concejales a consensuar la ordenanza. El intendente se comprometió a crear una mesa con todas las áreas -salud, medio ambiente, desarrollo social, trabajo, urbanismo, educación, seguridad-, convocar a la provincia y a los municipios aledaños, porque hay que avanzar todos juntos en la implementación del programa. Si el programa es explicado, es apoyado, incluso por los carreros y los animalistas. El lugar del proteccionista es buscar a los adoptantes y hacer los controles posteriores. La velocidad del programa va a estar determinada por la cantidad de caballos que podamos dar en adopción. Con voluntad política y la implicación social podemos generar el cambio.

—Pero no todos los carreros apoyan el cambio. Hubo cortes en el Puente Oroño y la autopista como forma de protesta.

—Conozco los episodios, pero es una proporción muy baja la que tiene esa actitud. Tenemos que hablar con cada carrero y ayudarlos a organizarse. El programa de sustitución no es contra los carreros, sino con ellos.

“Si trabajamos juntos, en ocho años  terminamos con la tracción a sangre”

Maltrato. Este caballo cayó rendido y fue socorrido por los vecinos. Muchos equinos son obligados a arrastrar cargas que no pueden soportar. Foto: Archivo El Litoral (Mauricio Garín)

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Activista. Con el apoyo de organizaciones internacionales, Leonardo Anselmi recorre Latinoamérica impulsando campañas contra la explotación animal. Foto: Mauricio Garín

Contra las corridas de toros

Leonardo Anselmi vive en España desde 2002 y, en Barcelona, encabezó una exitosa campaña contra las corridas de toros. “La prohibición de las corridas fue una de las campañas más duras que hemos enfrentado. Nuestros argumentos estaban basados tanto en el sufrimiento y la crueldad contra el animal como en lo mal que nos hace como sociedad ser crueles con los animales”, señaló.

Después de cuatro años de difusión y concientización, el 28 de julio de 2010 el parlamento de Catalunia aprobó la abolición de las corridas de toros, que empezó a regir este año. “Tuvimos los acuerdos de las universidades, los científicos, los especialistas en ética, artistas, medios de comunicación. Todos se involucraron hasta que llegó un punto en que todos querían el cambio”, relató Anselmi.

Este trabajo lo continúan en otros países. “La semana que viene se va a votar en México y es probable que DF se quede sin corridas de toros. Es una campaña apoyada por escritores, intelectuales, deportistas, periodistas, educadores y activistas”, concluyó.