AL MARGEN DE LA CRÓNICA

El diseño corporativo del infierno

Hitler como solución a todos los males, lemas marciales, judíos caricaturizados como demonios inhumanos: los carteles del régimen nazi pasaron a la historia como ejemplo de propaganda del horror. Una muestra recopila ahora ese legado.

Tipografía del terror” exhibe en el Stadtmuseum de Múnich un cententar de carteles difundidos entre los años 1933 y 1945. El título remite a la “Topografía del terror‘, la muestra sobre nazismo creada en los antiguos cuarteles de la SS y la Gestapo en Berlín.

La mayoría de los carteles incluidos en la exposición inaugurada hoy fueron diseñados e impresos en la propia Múnich, “capital del movimiento” de Hitler.

Entre ellos figuran diseños políticos y bélicos, pero también otros del ámbito de la economía o la cultura e incluso anuncios a primera vista inocentes que sólo reflejan su verdadero mensaje en un análisis más detenido.

“Nos pareció que tenía sentido diferenciar entre carteles políticos y apolíticos”, explica Thomas Weidner, uno de los comisarios de la muestra.

“Cada cartel por separado es parte de la dictadura y muestra la presión ideológica sobre la sociedad”. La muestra aspira a mostrar “el diseño corporativo del nacionalsocialismo”. La idea es estudiar “lo que resultaba eficaz, lo que funcionaba en la publicidad”.

El museo muestra cómo los nazis instrumentalizaron elementos de sus enemigos, como la hoz y el martillo comunistas. También el cambio que sufrieron los temas y el lenguaje visual con la guerra: los carteles buscaron cada vez más “disciplinar” a la población, la calidad de la impresión fue cayendo.

Weidner y su colega Hennig Rader inciden en otro aspecto interesante: gráficos como Ludwig Hohlwein, Felix Albrecht, Josef Plank o Hans Schweitzer no tuvieron problemas para seguir con su profesión después de que terminara la guerra.

“Aquí no hubo una hora cero”, explica Rader. Eugaine Max Cordier, por ejemplo, pasó de diseñar para los nazis a crear carteles sobre la popular fiesta de la cerveza Oktoberfest cuando llegó la democracia.

Y Schweitzer, al que los curadores califican como “el principal publicitario del nacionalsocialismo”, diseñó carteles a favor de la reunificación alemana en los años 50 por encargo del gobierno.

En su obra anterior figuraban carteles con lemas como “victoria o bolcheviques” y otro que muestra a un hombre con la estrella judía bajo el título “él es culpable de la guerra”. “Aún no se ha procesado esta propaganda”, considera Rader.

En la muestra figura también un cartel de Max Heiss, experto en arte que participó en el expolio nazi de colecciones judías. Desde 1954 fue durante 15 años director del Stadtmuseum. La misma casa que alberga hoy la muestra hasta el 11 de noviembre.