“Ricorditi di me che son la pia”

“Ricorditi di me che son la pia”

“Pía de’ Tolomei”, la inolvidable alma que Dante encuentra en el Purgatorio, en una pintura de Dante Gabriel Rossetti.

Por Nidya Mondino de Forni

 

Indudable es el fuerte lirismo que rodea el arte dantesco. En él hay un alma que piensa y da a la poesía una impronta particular, ese sonido que sólo a él le pertenece. La poesía está hecha de palabras y nada más que de palabras, pero cada poeta tiene su propio vocabulario y su propia atmósfera verbal y musical, de manera que un grupo de palabras usadas por él, aunque se hallen en boca y en libros de todos, toman otro aspecto, tienen otro sentido, dan la idea de otras imágenes, hasta parecer descubiertas por él, ser de su propiedad. Así la palabra más humilde se vuelve joya porque surge del natural efecto de los sentimientos mismos, “del mismo tono del alma”. Se dice que Dante compuso la sinfonía cósmica de La Divina Comedia con palabras en lugar de notas, con pensamientos en lugar de arpegios. La lectura de sus versos produce la emoción, la sensación artística y el efecto auditivo de un concierto. Es música para los oídos y para las almas. “El que no comprende el verbo escucha la música, La Divina Comedia no sólo se lee, se oye”.

Siguiendo a Dante y Virgilio en el viaje a través del “Purgatorio” hallamos a un grupo de espíritu que pertenecen a mortales que hallaron su fin repentinamente aunque alcanzaron a arrepentirse de sus pecados. Como allí la sanción es purgativa, saneadora, temporaria, misericordiosa, los plazos pueden abreviarse con plegarias de quienes, a título de sufragio, oran desde este mundo en favor de sus muertos. Como sucede en el “Infierno” y en el “Paraíso”, en el “Purgatorio” muchas son las figuraciones histórico-políticas inolvidables. Pueden aparecer en una delineada semblanza o en un conciso parlamento en el cual el personaje se autodefine, entre ellos: Pía. Probablemente es una dama de Siena, llamada Pía de los Tolomei, esposa de Nello de los Pannocchieschi (dueño del Castillo de la Piedra, en la Maremma) que, o porque dudaba de la fidelidad de ella, o porque deseaba casarse con la Condesa Margarita (se documenta un segundo matrimonio con ésta) la hizo asesinar en su Castillo.

En el Canto V (130-136) del “Purgatorio”, Pía, suavemente describe el lugar donde nació y donde fue asesinada. Alude a su muerte a través de una paráfrasis: el marido. Toma un tono recriminatorio, pidiéndole luego a Dante que ore por ella para acelerar su ascensión al cielo.

“‘Deh, quando tu sarai tornato al mondo/ e riposato della lunga via’/ seguit• il terzo spirito al secondo,// ‘ricorditi di me che son la Pía:/ Siena mi fe’; disfecemi Maremma:/ salsi colui che’nnanellata pria// disposando m’avea con la sua gemma’”.

(“‘Ah!, cuando al fin hayas tornado al mundo,/ y allí reposes de esta larga vía’/ siguió el tercer espíritu al segundo,// ‘“Acuérdate de mí que soy la Pía/ Siena me hizo, deshízome Maremma:/ sábelo aquél que un día al desposarme// me dio su anillo de preciosa gema’”).

Justamente por ese fuerte lirismo que emana de estos versos ha sido fuente de inspiración de grandes compositores. Vaya como ejemplo el lombardo Caetano Donizetti (1797-1848) llamado el “Ovidio de la música” por su extraordinaria fecundidad y por la facilidad de su inagotable vena creadora (setenta y tres óperas). Se trata de su ópera “Pía de’ Tolomei”. Tragedia lírica en dos actos con libreto de Salvatore Cammarano. El argumento, a grandes rasgos, narra la inquietante historia personal de la dama de Siena que, asediada sentimentalmente por Ghino de los Armieri, rechaza tales proposiciones permaneciendo fiel a su marido Nello de la Piedra. Ghino, por despecho, la acusa ante el cónyuge de infidelidad. Se entrecruzan identidades con facciones rivales, ya que se trata de la época plena de luchas entre guelfos y gibelinos. Como Pía no aclara convenientemente su situación es encarcelada y luego envenenada.

Al fin demuestra su inocencia, muriendo en brazos de su confundido esposo.

En perfecta conjunción músico y poeta logran un alto nivel de puro lirismo, participando de lo elegíaco, de lo trágico, de sobresalientes episodios de calidad humana, impregnados de suave ternura de mujer.