La diputada Gazcue respondió al titular de Seguridad
“El ministro Corti dice falacias,
miente o debe estar mal informado”
La legisladora confrontó con el funcionario a partir del relato de los hechos que la tuvieron como víctima de un asalto la semana pasada. Aseguró que desde ese momento vive con “mucho miedo” e impotencia. Dijo que con las apreciaciones del ministro se siente “revictimizada”.
De la redacción de El Litoral
La diputada provincial Patricia Gazcue, víctima de un asalto con características sugestivas ocurrido la semana pasada, cruzó públicamente al ministro de Seguridad, Leandro Corti, por sus declaraciones publicadas ayer en El Litoral, narrando su versión de los hechos. La legisladora consideró que el funcionario “dice falacias, miente o está mal informado”, y en diálogo con este diario, retrucó una por una sus apreciaciones.
“Estoy indignada y revictimizada. Después de todo lo que pasó, yo traté de no salir a los medios, primero por el estado en el que me encontraba, y después por pedido expreso de la Policía para una mejor investigación. Entonces me extraña que a una semana del hecho, salga el ministro a decir todas estas falacias. Tengo mucha impotencia”, planteó.
En primer lugar, se refirió a la supuesta vinculación del robo con la interna policial. “Yo nunca hablé de corrupción policial, jamás. El único que habló de eso fue el ministro Corti en ocasión de la fuga de (Juan Manuel) Martínez. Y salió por todos los medios a decirlo. Yo lo único que hice fue en algún momento repetir sus palabras pero por lo extraño de los hechos que me sucedieron. Yo no descarto ninguna teoría ni digo que sea causa-efecto del pedido de interpelación que hicimos. Pero tampoco descarto nada”, advirtió.
—¿Qué pasó con las llamadas que recibió días antes del robo y que para el ministro fueron producto de una confusión?
—Yo cuento cómo fue y que después la gente saque sus conclusiones. Esto comienza el lunes con el pedido de informes en la Legislatura. Ese pedido de interpelación (a Corti) consta de más de sesenta preguntas bastante comprometedoras, porque también tienen que ver con el personal policial. El lunes siguiente me llaman telefónicamente a las diez de la noche desde dentro de la policía; un oficial de policía. Me preguntan si yo era Patricia Gazcue, me dicen que eran de la policía y yo realmente me asusté. Me preguntan también si vivía en Agustín Delgado 1740, es decir que confirman mi domicilio, y luego de eso me dicen que están buscando a una tal Oliva que vive enfrente de mi casa y que la están tratando de localizar.
—Pero no preguntaron por Oliva, preguntaron por Gazcue...
—Claro. Preguntan por mí. Aseguran mis datos y después me dicen que están buscando a Oliva, que después me entero de que es oficial y que supuestamente vive enfrente de mi casa. Ante lo raro del hecho, dije que no la conocía y corté. Esperé, llegó mi marido y él sí se preocupó porque no le pareció un hecho común. Hubo un solo llamado, no dos como dice Corti. Mi marido va a la comisaría 5a., que es la que nos corresponde por la zona, habla con el comisario, el comisario con el jefe zonal, y pide una custodia. Nosotros tuvimos no un auto, sino tres móviles rotando durante toda la noche.
—El ministro dijo que nunca hubo un pedido de custodia ni puesto fijo en su casa...
—Yo no sé si está mintiendo o está mal informado; no sé por qué lo dice. No lo comprendo, no entiendo por qué dice eso. Yo fui víctima de un hecho que pudo haber sido peor. Tengo que agradecer que no me violaron ni me pegaron, pero la pasé muy mal y la estoy pasando muy mal yo y mi familia. Tengo miedo, mucho miedo.
—¿Qué sintió cuando leyó las declaraciones del ministro?
—Más miedo. En este momento lo que digo es que si me querían intimidar o amedrentar, lo lograron. Tengo miedo. Estoy cansada. Me siento muy muy mal, dañada por los hechos y dañada nuevamente por las declaraciones del ministro.
—¿Se reunió en algún momento a solas con Corti?
—Él me llamó el día del hecho cuando yo, la verdad, estaba totalmente shockeada. Me dijo que iban a investigar y demás. Pero sus declaraciones posteriores me dejaron muy mal. Yo nunca asocié nada, pero con el relato objetivo de los hechos surge que son extraños. El lunes tuve los llamados, el martes mi marido se va a Buenos Aires tranquilo porque la policía le da tranquilidad, y el miércoles me sucede esto que me golpean la puerta como si fuese una encomienda, y entran. El hecho en sí fue muy raro también porque cuando empiezo a abrir la puerta, me toman del cuello, me tiran contra la pared, mi tiran al piso, sacan un arma, se encapuchan.
—¿Cuánto tiempo hace que vive en ese barrio o en esa casa?
—Seis siete años. Y nunca antes había sufrido un episodio así o de inseguridad. Es un barrio tranquilo, porque tampoco sé de hechos que hayan sucedido acá cerca. Lo que yo digo es que el ministro en vez de dedicarse tanto a mi caso, que se dedique a decir qué va a hacer con la seguridad. La verdad, ver que sale a dar esas explicaciones mintiendo, porque miente... No me gusta decir esto; tal vez esté desinformado lo cual también me extraña muchísimo, pero que salga así a difamarme o revictimizarme, me indigna.
