Artes visuales

Domingo Sahda

Dos exposiciones, a primera mirada contrapuestas por hipótesis plásticas concretadas, se exhiben en la ciudad. La primera de las citadas en las salas del Museo Municipal de Artes Visuales Sor Josefa Díaz y Clucellas; mientras que la segunda de las nombradas se muestra en Estudio 24, Galería de Arte”. Ambos sitios se ubican sobre la Peatonal San Martín de la ciudad de Santa Fe.

La colección nombrada como “Mitologías privadas”, inscripta en el Proyecto La Línea Piensa, reúne trabajos plásticos que se organizan estructuralmente sobre el concepto de “Línea” manifiesta aquí desde diversas opciones apoyadas sobre el plano. Las obras expuestas son de autoría de Marta Borel, Marcela de Barruel y Susana Doallo, según se nos anoticia en el impreso de la muestra, el que se acompaña con un prólogo firmado por el artista plástico Luis Felipe Noé. En este texto se señalan los intereses y propósitos de las expositoras quienes, según el autor del prólogo “... colocan (así) el eje de su hacer, en la relación individuo-universo y lo logran a través de una escritura abstracta, que hacen que se presenten como poesías visuales...” (Luis Felipe Noé).

“Trotar el mundo”

La muestra titulada “Trotar el mundo” se presenta con la curaduría de Lucila Fosco. Gira en torno a una temática unidireccional reinterpretada según la subjetividad del autor-expositor, Eduardo Baroni. En esta exposición la resolución plástica se sostiene en el volumen recortado en el espacio entorno subrayado por el cromatismo que destaca cada obra en particular. Según lo determina la profesora Lucila Fosco en el texto de presentación de la muestra: “... Eduardo Baroni, desde su singularidad, crea una obra como representación espontánea e intensa. Se emancipa de la escultura tradicional y nos coloca ante estos animalitos que no reniegan de pensarse y presentarse como arte...”.

“Mitologías privadas”

En la colección expuesta “Mitologías privadas” las abstracciones en el plano se autorreferencian como hipótesis gráficas a develar. Así, cada quien que mira las obras en exposición ancla su interés en lo expuesto y desde ese tópico se conecta eventualmente con íntimas configuraciones absolutamente personales, intransferibles.

En el marco de esta intersubjetividad que se da a partir de los diseños abstractos expuestos, se aprecia un delicado tratamiento de la línea en sus diversas manifestaciones. Ésta, según las autoras y en cada caso, aparece como trayectoria, como gesto que señala un ítem visual, como grisalla desleída y veladura o textura visual.

Susana Doallo construye sus trabajos como huellas circulares planas. Los acentos cromáticos, como señales otorgan a algunas de las obras que las cuentan como instancia compositivo-expresiva calidades que se desprenden de la severidad intrínseca al trazo lineal negro sobre blanco. En todos los casos, se trata de proposiciones visuales enigmáticas, un tanto ornamentales y lúdicas, de refinada resolución plástica que en todos los casos se autorreferencia, sin proyección relacionada de corte emocionante.

En las obras firmadas por Marta Boral, se evidencia el sentido de la escritura como huella y trazo vinculante sobre el plano. Hipotetizan experiencias de alta subjetividad, de enigmática referencia, que vuelve “sobre sí misma” sin proyectarse al contexto. Cada obra a la vista como constelación de proposiciones autorreferenciadas se ven como sesgadas referencias a situaciones espacio-temporales. Los enigmas y los supuestos textos desafían la lectura y comprensión abierta de los mismos, encapsulándose en sí mismo. Los accidentes cromáticos movilizan la estática planimetría que se proyecta sobre los soportes. Las anotaciones gráficas se destacan como hipótesis de exploración expresiva de comunicación cuasi lingüística.

Marcela de Berruel resuelve sus proposiciones como escrituras en las cuales el trazo, la línea, se entreteje y/o se complementa con veladuras del plano de imprecisos límites. Estos trabajos aparecen como construcciones temporales sucesivas. Un marcado refinamiento gestual de absoluto control sobre el soporte mixtura acentos, recorridos y tramas, y arquitecturan con diversos acentos de valor lumínico unidades plásticas autorreferenciadas. Las tres expositoras relacionan su hacer creativo proponiendo vínculos de lectura ambigua de manifiesto preciosismo que se cierran sobre sí mismos.

Entidad existencial

En la muestra “Trotar el mundo”, de Eduardo Baroni, el sujeto referencial constante es la re-presentación de una forma orgánica que se impone con diversas resoluciones tanto como variaciones en torno a un tema. Las diversas obras, cotejadas las unas con las otras intentan la connotación expresiva de cada una de las formas, los perros, que de ellos se trata, marcando diferencias cromáticas de superficie, tamaño y disposición espacial de la forma modelada. En todos los casos, estamos frente a la autorreferencia temática, una suerte de hipótesis de ensayo expresivo limitado por la sensibilidad perceptual del autor.

El delicado tratamiento de la materia, sin fisuras técnicas a la vista, define a estas obras expuestas que refieren a sí mismas, sin conflictos ni dilemas expresivos a comunicar. Lo que se exhibe es directo y llano, un tanto ornamental y lúdico. No son esculturas en el sentido ortodoxo de concepto, sino volúmenes que describen una entidad existencial desde el estereotipo de manifiesta inocencia denotativa.

La nota

Obra de Eduardo Baroni. Foto: Archivo El Litoral

“Mitologías privadas” / “Trotar el mundo”

La nota

Obra de Marcela De Barruel. Foto: Archivo El Litoral