Brillaron en el viejo Nacional creado por Valentín Suárez...

Los santafesinos que dieron

jerarquía al fútbol mendocino

Forti, Barreto, el Patón Rossi, Tazare, Genolet, Fredes, Poncio, el Nene Gómez, el Negro Benítez y Mantovani, sólo algunos nombres que ilustraron la historia cuyana y nacieron en nuestras tierras.

Tomás Rodríguez

(Especial para El Litoral)

Valentín Suárez fue un notable dirigente de Banfield, presidente de la AFA entre 1949-1953 e interventor entre 1966-1968, delegado normalizador en dos ocasiones de la CGT y creador de los torneos Nacionales que dieron cabida a equipos del interior, incluyendo el Reclasificación y el Promocional, federalizando dichas competencias.

Cabe consignar que hacia fines de la década del '60 del siglo pasado, el fútbol mendocino había alcanzado un gran interés por la clasificación a este torneo Nacional ideado por un hincha de Independiente, convertido luego en el dirigente que ascendió tres veces al Taladro a Primera División, lo que se celebraba tanto o más que un título de campeón.

La misma resultó una época de brillo y esplendor, de gran atracción por la paridad de fuerzas, siempre con tribunas llenas y duelos tan vibrantes como emotivos, coincidiendo con una sorprendente y masiva llegada de futbolistas procedentes de Santa Fe.

Hace medio siglo aproximadamente fue una moda que se extendió hasta mediados de los '70, en la que esa llama comenzaba a apagarse con lentitud.

Se trataba de un acontecimiento poco común, más que llamativo, que le otorgó un toque de distinción a los campeonatos mendocinos en razón de la jerarquía de la mayoría de los futbolistas que se trasladaban hasta la región cuyana, Los jugadores provenían de ciudades y localidades como Granadero Baigorria, Sá Pereira, Reconquista, Santa Fe, San Javier, Sauce Viejo, Sunchales, Vera, Villa Ocampo, etcétera.

Forti, el abanderado

El movimiento más intenso se concentró en los años 1967 y 1968 cuando el adiestrador Pastor Acosta Barreiro vino a Santa Fe en busca de refuerzos. Su primer hallazgo, notable por cierto, fue el de Juan Carlos Forti, integrante del seleccionado juvenil argentino que, por un error administrativo, había quedado libre de Unión (se había iniciado en las inferiores de F.C. Santa Fe).

Los dirigentes rojiblancos omitieron enviarle a Forti el telegrama del primer contrato profesional, siendo recomendado el futbolista por Acosta Barreiro a la directiva de Andes Talleres Sport Club de Godoy Cruz, junto al verense Luis “Lito” García y Néstor José Borgogno.

Pastor, que dirigía Luján Sport Club, incorporó primero al defensor Ricardo Pedro “Bibí” Barreto (retornó a Santa Fe después de vivir muchos años en Mendoza) y luego se agregaron el arquero Edgardo “Puma” Fumagalli (dejó el baloncesto por el fútbol); el “Negro” Carlos Secundino Benítez (un excelente defensor surgido en Atlético Gimnasia y Esgrima; en los Nacionales anotó 11 goles en 23 partidos); el marcador de punta Roberto Juan “Chowa” Mantovani (Federal, San Antonio, Copacabana, Colón, dos años después jugó el Nacional en Gimnasia y Esgrima de Mendoza).

Durante esa misma temporada, Independiente Rivadavia incorporó a sus filas al talentoso volante izquierdo, ambicioso y goleador, Alcides José “Chiche” Schanz y al defensor lateral Juan Carlos Primón, provenientes de Colón y Unión, respectivamente, donde tuvieron la satisfacción de salir campeones dirigidos por el internacional argentino Bruno Rodolfi (actuó en La Máquina de River, en la selección nacional y Colombia).

Un año después, marcó la sorprendente aparición de un importante delantero y artillero, Eduardo Andrés Mandón, descubierto por el ojo clínico de Miguel Angel “Cholo” Converti, con pasado como técnico tatengue y lo llevó a Mendoza para la Academia San José (Club Argentino, de la localidad homónima, de Guaymallén). Esa misma temporada, 1969, en dicho conjunto también actuaron el defensor Carlos Alberto “Colorado” Larpín (fue campeón con Colón de Primera B en 1965 y en el histórico triunfo ante el Santos de Pelé, Gilmar, Mengalvio, Lima, Dorval, Tonhino, Zito y Pepe, entre otros) y el portero Mario Deomar Fariz.

Con el Negro Tazare

En Godoy Cruz Antonio Tomba se desempeñaba con notable eficacia el arquero Eduardo Aníbal “Negro” Tazare (jugó en Ferrocarril del Estado de Vera, Unión, Newell's Old Boys de Rosario y Colón).

También actuaron en el conjunto bodeguero, dirigidos por Pastor Acosta Barreiro y el “Cholo” Converti, el “Gringo” Adolfo Bartolomé Bert, un volante temperamental; el defensor Juan Carlos “Lobito” Pereyra, de origen entrerriano, estos tres últimos habían jugado en Unión; Euclides Norberto Johnston, el “Cabezón” Schanz (provenía de Independiente Rivadavia) y el histórico Juan Carlos Forti (jugó anteriormente en Andes Talleres).

Godoy Cruz fue eliminado en la primera instancia —en 1969— de la Copa Argentina, por Chacarita Juniors, que luego fue campeón del Metropolitano, donde se desempeñaron con singular suceso Alberto Raúl “Beto” Poncio y Jorge Alberto “Nene” Gómez (surgieron en Sunchales y Copacabana y jugaron en Colón y Unión).

Hugo Daniel Sello, conocido como Sellito, llegó desde Rosario en 1970 a Argentino de Guaymallén y al año siguiente lo hizo en “Los Matadores” (Andes Talleres de Godoy Cruz).

Las locuras de Ciaccia

Por su parte, el defensor central Raúl Trentino llegó de Rosario y defendió los colores del Tomba. Lo propio aconteció con Luis Gregorio Ciaccia, formado en Copacabana, actuando luego en Rafaela, Unión, donde mostró con audaces jugadas sus grandes virtudes, River Plate, Gimnasia y Esgrima de La Plata (en una delantera espectacular con Eliseo Prado, Alfredo Rojas, Diego Bayo y el peruano Oscar Gómez Sánchez, bajo la conducción del Maestro Adolfo Pedernera). Se puso la camiseta del Bajo de Luján y sus hinchas no se olvidan de sus “locuras” dentro y fuera de la cancha.

Entre las excentricidades del “Cabezón” Ciaccia, nacido y criado dentro del mundo de la pobreza, en el barrio San Lorenzo, en la zona suroeste de esta capital, figuraba la de tomar mate con dulce de leche.

Independiente y Andes Talleres

El 12do título obtuvo Independiente Rivadavia en 1970 (en la actualidad posee 33 títulos, ocho en el amateurismo y 25 en el profesionalismo), donde se destacaron las figuras de Mandón y Benítez. El arquero alcanzó un excelente rendimiento y estuvo a punto de pasar a las filas de la Universidad Católica de Chile, frustrándose el pase a último momento.

En 1971 se encendieron las luces de Andes Talleres Sport Club. Fue inolvidable e histórico el equipo dirigido por Pastor Acosta Barreyro, naciendo el mote de Los “Matadores”, en comparación con el famoso equipo de San Lorenzo de Almagro (donde brillaran Victorio Nicolás Cocco, Pedro González, Rodolfo “Lobo” Fischer, Alberto “Toscano” Rendo, Carlos José Veglio y Roberto Telch, dirigidos por el brasileño Elba de Paula Lima, “Tim”).

Los que compartieron la felicidad de la ansiada vuelta olímpica fueron el arquero rosarino Víctor Schonfeld (en Mendoza comenzó jugando en Huracán Las Heras), el reconquistense Jorge Alberto Deiber; el inefable Héctor Raúl “Pocho” Algosino (Atlético Gimnasia y Esgrima, Unión y Newell's Old Boys de Rosario); el “Nene” Gómez, una verdadera estampilla para los punteros izquierdos (campeón Metropolitano en 1969 con Chacarita Jrs.), Hugo Daniel Sello, Luis “Lito” García y Juan Carlos “Pelado” Forti, que, en el regreso a su hogar cervecero o azulgrana festejaba su segundo título de campeón.

La campaña indicó que en los 26 encuentros disputados, Talleres sumó 39 unidades, ganó 16, empató siete y sufrió cuatro traspiés, invicto como local, 39 goles a favor y cuatro empates. La formación titular era con Schonfeld; Jorge Gómez, Francisco Signorelli (capitán), Jorge Deiber y Héctor “Pocho” Algosino; Oscar “Rabanito” Gómez, Raúl Signorelli y Raúl Villalba; Marcos Noé Becerra, Carlos “Ruso” Grudzien y Francisco Alemanni.

Otra vez el Pelado y Pereyra

En las competencias posteriores ratificaron sus antecedentes y condiciones futbolísticas el “Pelado” Forti y Pereyra. El santafesino fue campeón con Atlético San Martín en 1973 (repitiendo los éxitos de 1963 y 1966) y el undécimo de Gimnasia y Esgrima (cuarto personal); en cambio, el entrerriano, había sido refuerzo del Blanquinegro o El Pituco (Gimnasia y Esgrima) en los Nacionales de esos años; se consagró campeón con El Chacarero o Los Leones del Este (San Martín) en 1973 y 1975.

Al año siguiente, en 1976, el arquero José Daniel Morón se inició en Andes Talleres, jugando seis temporadas, pasando luego a Atlético Ledesma y más tarde fue cedido a Unión, donde defendió el arco tatengue hasta 1987, fichando seguidamente en Colo Colo, donde fue campeón de la Copa Libertadores de América. Se nacionalizó chileno.

Otra vez el Lobo

Cabe señalar que en Gimnasia, en 1974, otros conocidos futbolistas que lograron esa corona resultaron ser el “Loco” Fumagalli; el habilidoso Aníbal Deiber (hermano de Jorge, provenía del Club Adelante de la Liga Reconquistense, había deslumbrado previamente por su juego efectivo y contundente en Andes Talleres y en 1975 pasó al Lobo platense) y Orlando Edgardo Genolet (había jugado en Copacabana, Unión, Chacarita Jrs., All Boys y Chaco For Ever, apareció con la cabeza totalmente rapada, siendo actualmente empleado en la Municipalidad de Santa Fe y despuntando el vicio hasta hace poco en las canchas del Jockey Club) que, con el correr del tiempo, se convirtió en un jugador apreciado y respetado por la hinchada mensana.

El ex-futbolista que se había iniciado en el fútbol infantil en San Antonio dirigido por el descubridor de talentos llamado Carlos “Campana” González resultó una grata revelación por sus excepcionales actuaciones, al mejor estilo Mandón, por su potencia, velocidad, disparo y gol...

Genolet jugó los dos partidos en el Nacional del '78 frente a Boca Juniors, ganando el Caracol en Mendoza por la mínima diferencia y goleando a Boca en la Bombonera 5 a 2.

En 1980 Gimnasia y Esgrima dirigido por Víctor Antonio Legrotaglie —su máximo ídolo— fue el campeón oficial de la temporada. En el Apertura el ganador fue Independiente Rivadavia; en el Clausura el Lobo (tras dos finales contra la Lepra), los partidos decisivos terminaron 0-0 y 1-0 para el Caracol, con golazo de Orlando Genolet.

Varios ex Unión

Godoy Cruz, en el torneo de 1976 conformó un equipo muy competitivo con varios elementos santafesinos, entre los que podemos citar a Tomás “Patón” Rossi y Daniel Rojas, en la defensa central, de lucidas campañas en los conjuntos tatengues; Luis “Mono” Fredes y el “Negro” Benítez en el mediocampo y en la delantera, el puntero derecho Hilario Armando Bravi (ascendió con Unión en 1974) y Eduardo Miguel Méndez (Atlético Gimnasia y Esgrima de Santa Fe e Independiente de Avellaneda).

Otros destacados futbolistas que defendieron los colores de Godoy Cruz fueron el exquisito Edgar Oscar “Pololo” Fernández, el “Flaco” Amadeo Gándola (de exitoso paso por Unión), Pedro José Fóppoli, los rosarinos Ariel Paolorrosi, Gustavo Raggio y Germán Gonzalo “Gordo” Real, Cristian “Bocón” Torres, Marcelo “Petete” Trimarchi, Lucas Valdemarín, Antonio “Cura” Vergara (que fue defensor de Colón en los últimos años de la década del 70) y Jorge Vivaldo, de paso por el barrio Centenario.

Méndez —radicado actualmente en Neuquén— un goleador de jerarquía, exquisito en el trato del balón, surgido en la emblemática escuela de Atlético Gimnasia y Esgrima de Ciudadela, apareció con sus luces en Deportivo Maipú, fue refuerzo de Independiente Rivadavia en el Nacional de 1973; actuó con Ricardo Bochini en los Diablos Rojos de Avellaneda, también en Atlético Tucumán y en Gimnasia y Esgrima de Mendoza, donde con el “Víctor” (Legrotaglie) se divertían dentro de la cancha tirando caños, tacos, paredes y túneles. También jugaron en equipos mendocinos el puntero izquierdo Mario Nogara (Vélez Sarsfield y Unión), Carlos Ereros (con Argentinos Juniors, campeón de América en 1985 y ex Unión).

Los santafesinos que dieron jerarquía al fútbol mendocino

El equipo de Gimnasia y Esgrima de Mendoza de 1972, año en el que dejó afuera a Unión en el Regional. De pie: Camargo, Fornari, Legrotaglie, Patire, Aceituno y Grudzien. Agachados: Algocino, Guayama, Castellanos, Pereyra e Ibañez. Foto: Archivo El Litoral

Los santafesinos que dieron jerarquía al fútbol mendocino

Leopoldo Jacinto Luque se afincó en Mendoza y dirigió varios equipos. Luego de haber triunfado en Unión, en River y ser campeón del mundo en 1978. El querido Leopoldo ya es un mendocino por adopción, aunque santafesino de nacimiento.Foto: El Litoral

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El Beto Poncio marcando a Pelé en el Centenario. Luego se fue a Chacarita y en el final de su carrera jugó en Mendoza. Foto: Archivo El Litoral

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Los santafesinos que dieron jerarquía al fútbol mendocino

Hace unos años se reencontraron viejos amigos. Sentados se observa a Dusso, Miguel López, el profe Artucio, Pulcini y el Patón Rossi. De pie, Patani, Yabó, Gundi, Juan Carlos Forti (quizás, el santafesino más “famoso” en Mendoza) y Rioja.

Foto: Flavio Raina

Los santafesinos que dieron jerarquía al fútbol mendocino

Un equipo de Unión de comienzos de la década del ‘70. De pie, Sanseverino, Artucio, Tomás Rossi, Cordero, Delbianco y Genolet. Agachados: Benítez, Díaz, Toyé, el Negro Fredes y el Loco Mendoza. Tanto el Patón Rossi como Genolet y Fredes jugaron en Mendoza años más tarde. Foto: Archivo El Litoral