Mercedes Morán

Actuar para derribar prejuicios

La actriz que protagoniza “El hombre de tu vida”, la tira televisiva de Juan José Campanella y la puesta teatral de Claudio Tolcachir “Buena gente” sostuvo que el éxito de su trabajo reside en derribar, a través de sus personajes, “prejuicios socialmente arraigados”.

“En ambos casos interpreto a mujeres tan imperfectas, tan corridas del heroísmo, que siento que mostrarle ese pedazo de vida al espectador puede ayudar a que dude de sus propios preconceptos”, remarcó Morán, aquí acompañada por Franchella y Brandoni. Foto: Archivo El Litoral

La actriz que protagoniza “El hombre de tu vida”, la tira televisiva de Juan José Campanella y la puesta teatral de Claudio Tolcachir “Buena gente” sostuvo que el éxito de su trabajo reside en derribar, a través de sus personajes, “prejuicios socialmente arraigados”.

 

Télam

Mercedes Morán, la actriz que protagoniza “El hombre de tu vida”, la tira televisiva de Juan José Campanella y la puesta teatral de Claudio Tolcachir “Buena gente”, donde asume el rol de mujeres erráticas y moralmente cuestionables, sostuvo que el éxito de su trabajo reside en derribar, a través de sus personajes, “prejuicios socialmente arraigados”. “En ambos casos, interpreto a mujeres tan imperfectas, tan corridas del heroísmo, que siento que mostrarle ese pedazo de vida al espectador puede ayudar a que dude de sus propios preconceptos”, remarcó Morán en diálogo con Télam.

No obstante, lejos de pretensiones trascendentales y con la convicción de que su trabajo no necesariamente debe aparejar experiencias modificadoras en quienes las miran, la actriz que encabezó el suceso de “Gasoleros” está acostumbrada a inmortalizar personajes que en mayor o menor medida se enfrentan a la titánica tarea de tener que sobrevivir a sí mismos.

En el caso de “El hombre de tu vida”, Morán interpreta a Gloria, la dueña de una agencia para mujeres solteras que promete encontrar al candidato ideal pero ocultando una “inocente” estafa: cada candidato es siempre el mismo: su primo Hugo (Guillermo Francella), encargado de componer al hombre perfecto.

Desconcierto

Por su parte, en “Buena gente” se pone en la piel de Margarita, una mujer muy humilde y ahogada por deudas económicas que decide recurrir a un viejo amigo de la infancia (Gustavo Garzón) que “logró salir a flote” con una meteórica carrera como médico especialista en fertilidad. “Lo interesante describió Morán es que asistimos a ver que todos tienen razón y que a la vez todos están equivocados; que a veces las mejores intenciones nos llevan a actuar mal y eso conmociona al público porque se le hace difícil saber de qué lado ponerse”.

En este caso, comandada por Claudio Tolcachir, con quien la actriz ya había trabajado en la elogiada “Agosto”, el desconcierto, el humor y el desconsuelo que envuelven a su personaje van avanzando, sin mediar ningún tanteo, sobre los límites de los espectadores.

“Con Tolcachir advirtió Morán, somos muy fanáticos de generar esa incomodidad en el público, de que no sepan del todo si tienen que llorar o sonreír, pero siempre con el propósito de que con la función puedan vivir una experiencia que los haga pensar”.

Y continuó: “Precisamente, la obra no habla del éxito ni del fracaso, sino de las oportunidades y creo genuinamente que hay quienes tienen más suerte, pero también ya sé que la felicidad no está detrás de eso que llamamos éxito”.

“En este caso, mi personaje intenta reírse de todo y el humor lo salva, cosa que todos intentamos también hacer en la vida, porque el humor es una mirada con cierta distancia que te permite respirar y reírte de tu situación”, continúa Morán sobre la puesta del premio Pulitzer David Lindsay-Abaire que se estrenó el año pasado en Broadway.

Miradas

Y ella, que normalmente transita la incómoda realidad de los descarriados pero bienintencionados, admite que si bien jamás “se dejó llevar por un personaje, la actuación adquiere ciertos visos catárticos en su vida personal”. “Me pasa de mirar con otros ojos, que son los del personaje, porque suele ser muy distinta a la que tengo yo y la necesidad de comprenderlo me libera de prejuicios, me abre la cabeza, me hace más comprensiva, más amplia”, confesó la actriz.

En ese sentido, la protagonista del filme “Luna de Avellaneda” remarcó que “el éxito es precisamente eso, aprender a atravesar la vida abierto a derribar prejuicios, que uno piensa que te protegen y en realidad te encierran, te alejan y te ponen más paranoico”.

“Ir derribando preconceptos es una manera de ir vinculándote con el otro desde lo que te ofrece y quien mantiene viva esa capacidad, es alguien que tiene éxito en la vida”, reflexionó.

El cuento

Por último, consultada sobre la proliferación de teatro internacional en las salas comerciales, la actriz remarcó que si bien es cierto que existe una mayoría de versiones de obras extranjeras sobre la avenida Corrientes, “lo único importante es el cuento que te están contando”.

“El teatro son cuentos que, cuando los vemos como espectadores volvemos a ser niños, y no es importante saber quién lo escribió, o sea, a mí me interesan las obras extranjeras en la medida que toquen temas que son universales”, sostuvo Morán.