Lengua Viva

Integración de la pragmática en la lingüística (I)

Evangelina Simón de Poggia

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Es una opinión general, entre los lingüistas, el hecho de que en la década del ‘70 del siglo pasado, uno de los acontecimientos más importantes fue la vuelta del hombre al centro de la escena; esto se explica porque hasta ese momento, la corriente estructuralista, hizo que ese lugar lo ocupara el objeto de la ciencia, es decir “la lengua”, la que una vez creada el hombre no podía modificarla por sí mismo. Esta nueva perspectiva implica un contexto social y una interacción en la comunicación. En definitiva esta nueva visión va a estar orientada por otros objetivos diferentes a los de los años 50-60: estudiar el lenguaje en su contexto. Estamos frente a la pragmática , pero para entender la importancia que tuvo su proyección en la lingüística tendremos que recordar algunos lineamientos teóricos previos propios de la lingüística de esos años y algunos conceptos fundamentales que incidirán profundamente en las constitución de una praxiología del lenguaje. Chomsky (1957) sostenía la autonomía de la gramática y su independencia semántica, por lo cual la separación de la sintaxis de la semántica era inevitable. El estancamiento se planteaba y sus mismos seguidores comenzaron a dudar de tal postura al no encontrar un fundamento válido para tal separación.

La concepción planteada comenzó a reformularse por los mismos transformacionalistas en pro de una solución en la que se viera que ambas, sintaxis y semántica, eran componentes importantes de la gramática. Sin embargo, la llegada de esa nueva mirada se vio opacada por la tesitura de Chomsky y otros, que insistían en el hecho de pretender definir una gramática independiente del proceso comunicativo y del conocimiento extralingüístico que del mundo tiene el hablante nativo. Persistían en explicar las palabras y las oraciones a través de otras palabras y oraciones sin romper el círculo que les permitía relacionar los elementos lingüísticos con entidades extralingüísticas, como apertura a la observación del lenguaje en su “uso”. Siguió la polémica durante años, la cual podría explicarse por una prehistoria intelectual en los ámbitos lógicos, filosóficos y en el lenguaje mismo.

Hoy, la lingüística de la comunicación ha revitalizado estas problemáticas que forman parte de los objetivos de la Lingüística -Pragmática . Ésta se ocupa del contexto verbal y de la situación comunicativa con elementos no verbales , de las interrelaciones en el estudio del lenguaje y de las reglas que gobiernan la actividad lingüística, según los contextos vitales. Tengamos en cuenta, sin embargo, que la determinación de la regularidad, como supuesto para la intercomunicación mediante el lenguaje, tiene vigencia total para este ámbito de la lingüística.

Lo expuesto, a grandes rasgos, es la tendencia en desarrollo de la Lingüística actual.