La última Navidad del patriarca

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Siluetas navideñas en la U.S. Route 35. Foto: Archivo El Litoral

Por Fabricio Welschen

“Las correcciones”, de Jonathan Franzen. Traducción de Ramón Buenaventura. Salamandra. Buenos Aires, 2012.

A raíz del éxito internacional y la buena recepción por parte de la crítica que ha tenido la última novela de Jonathan Franzen, Libertad (2010), la editorial Salamandra ha publicado este año una nueva edición de Las correcciones (The corrections, Farrar, Straus and Giroux, 2001) novela con la que comenzó a consolidarse la reputación de Franzen como uno de los más importantes escritores de la literatura estadounidense actual (reputación que habría de llegar a su apogeo, por el momento, con la publicación de Libertad), y que había sido publicada por primera vez en su traducción al castellano por la editorial Seix Barral en el año 2002.

Tal como haría años después en Libertad, Franzen realiza en Las correcciones un movimiento narrativo que va desde lo particular a lo general: de la situación de una determinada familia (ya sea ésta la familia Berglund o la familia Lambert) se puede inferir cuáles son los síntomas que padece la sociedad estadounidense, que aparece representada en la novela. Pero particularmente en Las correcciones es la relación entre padres e hijos la que predomina en la superficie narrativa por sobre las resonancias sociales, políticas y económicas.

Si bien Las correcciones trata acerca de las vidas y perspectivas de los cinco miembros de la familia Lambert, la novela tiene como centro, a través del cual se cruzan los otros personajes y sus respectivas acciones, a la figura de Alfred Lambert, el senil patriarca de una familia del Medio Oeste estadounidense a finales del siglo XX. Desde hace años jubilado, Alfred Lambert comienza a ser invadido por la depresión y la demencia debido al Parkinson, encontrándose de esta forma, quien fuera alguna vez un padre de familia autoritario y vociferante que disciplinaba el comportamiento y los impulsos de sus hijos mediante correctivos, cada vez más confundido y desorientado ante el mundo que lo rodea. Su esposa Enid es quien debe llevar la carga de ocuparse de su marido y controlar el extraño comportamiento al que lo inducen las alucinaciones, convirtiéndose el hogar en un campo de batalla en donde marido y mujer disputan entre sí. Ante este panorama, y cayendo en la cuenta de que no falta mucho tiempo para que la figura patriarcal llegue a su extinción, Enid procura volver a reunir a toda la familia en una última Navidad.

A los tres hijos del matrimonio Lambert, quienes se han alejado del hogar paternal del Medio Oeste para instalarse en ciudades del este como Filadelfia y Nueva York, no parece irles mejor: Gary, el mayor, y el único hijo que ha logrado formar una familia propia, es un hombre preocupado por su salud mental y que a menudo cae en los pozos de la depresión. Chip, crítico de la economía de consumo así como del conservadurismo propio de sus padres, afronta la ruptura de su brillante carrera en el mundo universitario como profesor de teoría literaria, tras ser sacada a la luz la impulsiva relación que mantiene con una joven y ninfómana estudiante, todo lo cual lo lleva a viajar a Lituania para montar una farsa en Internet desde donde intentará estafar a inversores estadounidenses. Por último, Denise, si bien al igual que Gary puede ostentar un trabajo estable, no se puede decir lo mismo de la relación que tiene como amante de una madre de familia que es a su vez la esposa de su jefe.

En Las correcciones el desarrollo de la narración es llevado a cabo bajo la directriz de un realismo que impregna el estilo y que prácticamente se ve sujeto en su totalidad a una documentada precisión por parte del autor, lo cual, por supuesto, no es un impedimento para que Franzen, en algunos momentos de la historia, se tome algunas licencias como en el caso de la narración de la disparatada incursión de Chip en una convulsionada Lituania.

Alejado del tipo de narrativa que fue característica de la literatura moderna (o vanguardista) en el siglo XX, Franzen opta, para la elaboración de sus dos novelas de comienzos del siglo XXI, por una narrativa aproximada a la decimonónica: basta recordar el dickensiano final con el que llega a su clausura la narración en Libertad.

De poco más de seiscientos cincuenta páginas, en su nueva edición en castellano, Las correcciones presenta una pulida y cuidadosa narración bajo una óptica realista de los eventos íntimos de una familia en paralelo con los aspectos políticos y económicos del mundo actual.