Luis Spahn le habla a la multitud. El presidente hizo un discurso corto y se emocionó en el final. La tribuna sur (oficial) del 15 de Abril se remodelará y la bandeja se habilitará en marzo del año que viene. En quince días empieza la construcción. Foto: Pablo Aguirre

Enrique Cruz (h)

Ha pasado mucha agua debajo del puente para Darío Kudelka. Su llegada a Santa Fe hace más de dos años, luego de haber “reconvertido” su carrera, fue lo mejor que le pasó a un Unión tambaleante y confundido en lo deportivo. “Vengo porque quiero dirigir a un equipo con pretensiones de ascender”, dijo aquella vez. Y esa fue la frase que movilizó y “enamoró” a los dirigentes. Armó un equipo nuevo, sin nombres pero con ese “hambre de gloria” que tanto se reclama. Ascendió y mantuvo al equipo en Primera con la misma receta. Ahora llegó el momento de encarar otra etapa, con otros sueños pero basada en esos mismos principios “fundacionales” de la relación Unión-Kudelka.

—¿Se armaron bien Darío?

—Nos armamos de acuerdo a las posibilidades del club, que no es más que el estilo del presidente. Él pretende siempre mantener un equilibrio. Y yo me pongo en la piel del dirigente y sé que no es fácil alcanzarlo cuando hay un mercado disparado, donde no todos cumplen con las disposiciones financieras. Esto es algo que nadie se acuerda a la hora de la competencia. Unión paga en término, los jugadores están al día y yo estoy de acuerdo con esa política. Soy un tipo que sabe en qué momento del club llegó y está. Por allí podría echar mano a jugadores de abajo, pero la realidad es que hay una brecha entre el producido de las inferiores y las exigencias de un plantel profesional. Esto no quiere decir que abajo se trabaja mal, todo lo contrario. Pero la brecha existe. Y en todo este contexto, tengo que transitar en un fino equilibrio para no distorsionar la idea.

—¿Limia se quedó porque le “aseguraste” la titularidad?

—Si algún jugador llega un día y me dice que sólo viene para ser titular, no lo traigo. No puedo ser tan irresponsable. Ale Limia es un buen arquero e importante para el grupo, Perafán es uno de los mejores de la categoría y lo de Beto Bologna fue muy claro. El no se quedó por lo económico y por el problema con su pequeño. Y hoy ni siquiera está entrenando. Pero volviendo a lo nuestro, los dos —Limia y Perafán— están en pos de la titularidad.

—¿Se gana en el mano a mano de Mazacotte con Erramuspe?

—Son diferentes. Erramuspe es un central tirado al costado y con buen juego aéreo en las dos áreas. Mazacotte tiene buena proyección.

—¿No conseguiste uno igual a Velázquez?

—Trajimos jugadores diferentes. Por ejemplo, Lugo puede jugar de volante, tiene buena pegada pero es básicamente un marcador de punta. Y Alemán es más cuando ataca que cuando defiende. No tiene el recorrido que tenía Velázquez.

—¿Y el esquema?, porque da la impresión de que el otro esquema estaba bien aprehendido, aunque es cierto que con jugadores que ya no están.

—Como entrenador, tengo la obligación de trabajar con variantes y por eso insistimos en dos dibujos. Uno de ellos es con tres atacantes y uno suelto detrás de ellos, algo parecido a lo que hacíamos en el torneo anterior; y el otro es el 4-4-2.

—Pero si jugás con un “9” y dos por afuera como lo hacían Montero y Velázquez en el torneo pasado, ¿quién haría de Rosales?

—No hay uno igual, pero Cavallaro es un jugador que puede cumplir muy bien esa función, quizás con otro estilo que el que tiene Paulo. Además, me da la alternativa también de usarlo externamente.

—Recién dijiste que se armó el equipo de acuerdo a las posibilidades del club. ¿Es un equipo de acuerdo a las pretensiones del técnico también?

—Primero te digo que soy un tipo con mucha adaptabilidad a las circunstancias. El presidente me dijo qué era lo que se podía y yo no me adapto por obligación, sino que trato de convertirme en un administrador del plantel. Si te muestro la lista de jugadores que manejamos, te podés caer de espaldas con algunos nombres. Pero siempre nos manejamos con prudencia y nos estiramos hasta dónde pudimos.

—O sea que Unión se armó con lo que se pudo y no tanto con lo que se quiso...

—Te repito que me adapto. Ese es mi estilo, en el cuerpo técnico somos gente de lucha y lo más importante es el desafío. No me da miedo y considero que el mayor valor que tengo es que Unión me contrató por lo que soy y por lo que le significo al club...

—Cualquier otro pegaría el grito en el cielo, ¿no?

—Es que no me puedo poner a pensar en un traer un jugador de dos palos, no está al alcance del club. Yo parezco muy expresivo, pero me considero un tipo de consenso. Es mi política y lo mejor que tengo para que las cosas me salgan bien. Cuando vine a Unión, muchos pensaban que “era boleta”. Lo mismo dijeron el año pasado y logramos 50 puntos que no parecían accesibles. Nos va a ir bien, no tengo ninguna duda. Nos falta tiempo de trabajo porque hay jugadores que se deben acoplar, entre ellos y al esquema. Pero es una casa que estamos armando y vamos a llegar al techo. Estoy seguro.

—¿Seguís percibiendo cierta desconfianza hacia lo que pueda dar el equipo?

—Estoy acostumbrado a que nos prejuzguen. Me molesta que se digan cosas sin saber y que se hablen cosas que no son ciertas. El otro día, por ejemplo, se dijo que cambié a Limia de un partido al otro, en los amistosos, porque se “comió” un gol y eso está absolutamente alejado de la realidad. Nada que ver.

—Este plantel se destacó siempre por el espíritu alto de grupo...

—... Es la meta de todo técnico, o por lo menos la mía. Ningún árbol me va a tapar el bosque en ese sentido. Este es un negocio, pero estamos haciendo un deporte y hay un espíritu que tenemos que mantener bien alto. La transición de la B a la A nos agarró con un equipo medianamente armado y ahora hay que volver a empezar. Vamos a dejar el alma, obviamente, pero sólo espero que que se acuerden de cómo se armó este plantel.

—¿Tenés algún objetivo específico?

—Sueño con lo mejor, por supuesto. Pero cuando hablo de salto de calidad no me refiero a tener plata para traer jugadores. Quiero que el equipo funcione y que la gente se sienta identificada. Lo conseguiremos.

Gesto serio, pero muy sólido y contundente en las convicciones. Kudelka asegura que el equipo irá de menor a mayor. Foto: Mauricio Garín

Una brillante actuación en la conducción tuvo Miguel Torres del Sel junto al querido locutor Ángel Gasperín. Darío Kudelka fue uno de los “puntos de ataque” de Miguel. Foto: Pablo Aguirre

Ecos de la histórica jornada de ayer en Unión, cuando se descubrió la piedra fundamental de la ampliación de la tribuna sur.

Carlos Iparraguirre (hijo de un ex presidente), José Corral (intendente y también hijo de otro ex presidente), Luis Spahn, Rubén Galassi y Mónica Biffarello, en representación del gobierno.

Foto: Pablo Aguirre

Necesito un delantero por afuera y otro defensor. El delantero por afuera es algo que pedí hace un tiempo. ¿ ‘Keko’ Villalba?, no creo que salga de River... Por ahí me dan una sorpresa... ¿Franzoia?, es algo parecido a lo que buscamos, es el estilo”.

Frank Darío Kudelka

Entrenador de Unión

Gastón Dubois, director de El Litoral, y Enrique Cruz (h), jefe de Deportes, entregan un presente de nuestro diario a Luis Spahn: es un cuadro con la foto más vieja que se encontró de la tribuna. Foto: Pablo Aguirre

Sabella se cruzó toda la cancha, vino a saludarme y nos pusimos a hablar. Hablamos de Unión, de la selección, del trabajo que se hace en inferiores... Y me dijo algo muy especial que me lo guardo para mí”.

Frank Darío Kudelka

Entrenador de Unión, hablando de la visita del técnico de la selección en el amistoso del jueves pasado ante Vélez.