La respuesta oficial ante las denuncias

Cementerio municipal: el 60% de los nichos está vencido

La máxima autoridad de la necrópolis pública, Estela Corletti, asegura que los pagos no están al día en más de la mitad de los 10.000 nichos. En 2008, el municipio ordenó comenzar a desocuparlos.

Salomé Crespo

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Luego de que se conociera la desaparición del ataúd con los restos de Miriam de los Santos y las cremaciones sin previo aviso de Jonatan Díaz y Oscar Víctor Sosa, todos difuntos inhumados en el cementerio municipal, la directora del mismo Estela Corletti brindó algunas explicaciones en una entrevista con El Litoral.

Sobre las cremaciones de Díaz y Sosa, dos de los casos que El Litoral publicó en menos de un mes, Corletti reconoció que el primero se trató de un error administrativo, y que en el segundo, se desocupó el nicho porque el arrendamiento estaba vencido.

En tal sentido, la directora afirmó que a partir de 2008 desde el Ejecutivo local se resolvió comenzar un proceso de desalojo de los nichos cuyos titulares no tengan el pago del mismo al día, ya que el 60% de los 10.000 nichos que hay en el cementerio municipal está vencido.

En la misma dirección fue la decisión de reducir la contratación del espacio de cinco años a dos, cuestión que se comenzó a implementar a partir de este año cuando se modificó la ordenanza impositiva municipal que estableció el costo del servicio en 440 pesos por los 24 meses.

“La capacidad del cementerio está agotada, la ciudad crece y también por lógica los fallecimientos. Hay que considerar que es el único cementerio público que tiene Santa Fe, si bien hay dos más privados, los aranceles no son los mismos”, afirmó Corletti.

El año pasado, desde la administración se ordenó publicar los vencimientos de los nichos que se ocuparon entre 1996 y 2001 aunque sólo se están realizando las cremaciones que solicitan de manera oficial los familiares de los difuntos ya que el personal del cementerio no da a basto con los recursos disponibles.

Como muestra de la cantidad de inhumaciones que se realizan en el cementerio municipal, desde la administración aportaron que en junio fueron 290 y en julio 271.

Sobre las denuncias

— ¿Puede explicar qué ocurrió con la madre de Alfredo Pagés, Miriam de los Santos?

— Está en una investigación. Después de cinco años, cuando el féretro es enterrado, del ataúd sólo quedan restos que se retiran junto con los huesos. No puede haber metal porque si no el cuerpo no se descompone.

— Según el certificado de la funeraria Sentir, el ataúd de la familia De los Santos sí tenía revestimiento metálico.

— No tenemos forma de saber si los cajones que llegan tienen o no revestimiento de metal. Todas las cocherías de la ciudad saben que no se pueden colocar ataúdes con revestimiento en tierra, porque pueden ser sancionados y el personal del cementerio no puede chequear eso en cada servicio. De todas maneras, se inició un sumario para investigar, hay que esperar.

— ¿Qué puede haber pasado entonces?

— Lo desconozco. Se verá con la investigación que inició la Municipalidad.

— ¿Y en el caso de Jonatan Díaz?

— Asumimos que fue un error de la administración. El nicho se venció y luego se acordó un convenio de pago con Varisco pero en abril de 2010 se mandó a desocupar.

— ¿El cementerio no está obligado a avisar de manera personal que se va a proceder a cremar los restos?

— No. La ordenanza Nº 8.478 de 1983 que regula el funcionamiento del cementerio contempla que se debe anunciar la morosidad en el boletín municipal y en los medios escritos de la ciudad de mayor tirada. Si en 30 días no aparece un familiar la Municipalidad o la dirección del cementerio puede desocupar el nicho. De hecho, cuando se arrenda un nicho en el mismo certificado consta la fecha en la que se debe renovar.

— ¿Qué se hace con los restos que se creman y no se entregan a la familia?

— Se conservan durante un mes en el depósito y posteriormente se arrojan en el “Jardín de los Recuerdos”. A los que se presentan se les cobra el arancel de la cremación y se les entregan los restos, pero no estamos obligados a avisar telefónicamente, por ejemplo.

“Si sabía que se manejaban así, me quedaba a vivir al lado del nicho”

Sin consuelo. El padre y la madre de Oscar Victor Sosa no logran superar el hecho de no haber podido recuperar los restos de su hijo. Foto: José Vittori

Oscar Sosa y Catalina Feludero perdieron a su hijo, Oscar Victor Sosa, en 1969 a la edad de tres años. Al niño lo colocaron por entonces en un nicho del Cementerio Municipal aunque un día de abril de 2009 constataron que no estaba más allí porque lo habían cremado. Es el tercer caso que familiares de fallecidos inhumados en el camposanto local dan a conocer a través de El Litoral en un mes.

La familia Sosa solicitó inmediatamente las explicaciones del caso en la dirección del cementerio donde le confirmaron que dada la falta de pago del nicho, procedieron a cremar los restos y los arrojaron en el “Jardín de los Recuerdos”.

“El nicho puede haber estado vencido pero en ese momento nos dijeron que alguien había autorizado la cremación cosa que no fue así. Les dijimos que deberían considerar que ese difunto tenía familia para avisarle, a lo que respondieron con total frialdad ‘si o no’”, manifestó Catalina con lágrimas en los ojos. Según la mujer, antes del comienzo de la gestión de Mario Barletta como intendente “colocaban en el ingreso del cementerio una lista con los contribuyentes morosos pero hace años que no la publican más”.

La familia que vive en barrio San Lorenzo asegura que en 2004, luego de que lograron recuperarse de la inundación de 2003 concurrieron al cementerio y abonaron parte de la deuda, pero no les entregaron un comprobante “porque no había sistema y no tenían computadoras”. En ese mismo momento, los Sosa dejaron otra vez sus datos personales en la administración del cementerio, incluso el número de teléfono.

“La directora me dijo que de todas maneras ella no tenía que pedirle permiso a nadie para hacer las cremaciones y que de todas maneras, en el nicho no quedaba nada porque era un nene”, recordó Catalina para dar cuenta de lo que para ella es un “atropello de la Municipalidad”.

“Les dije que se trataba de mi hijo, que si sabía que se manejaban así me quedaba a vivir al lado del nicho y sólo me respondieron que me debería haber ocupado antes”, lamentó la mujer a la que sólo le devolvieron la placa y la foto que estaba en la tumba de su hijo.

 

Hace unos años que estamos brindando cursos al personal del cementerio para que sepan enfrentar, según el protocolo, la situación de la inhumación de manera correcta”.

Estela Corletti

Directora del cementerio municipal