Verdades y falacias acerca de la explotación minera (IV)

Impactos ambientales de la minería a cielo abierto

Alberto E. Cassano

Un Manual sobre el Impacto Ambiental de la Minería publicado por el propio gobierno nacional, que se editó para repartido en las escuelas, menciona los siguientes aspectos. En un primer grupo, especifica:

I.A.: 1.1. Generales

i) Sobre la flora y la fauna: deforestación de suelos, con la consiguiente eliminación de especies endémicas y eliminación del control que lleva a cabo la vegetación en los casos de las grandes crecidas de los cursos de agua en los períodos de mucha lluvia.

ii) Sobre el suelo: modificaciones en el relieve por las excavaciones y generación, a veces, de elevada cantidad de residuos de roca sin valor económico.

iii) Sobre el agua: alto consumo de agua, que en general disminuye significativamente la capa freática del lugar y, en otras ocasiones, contaminación de las mismas por la movilización de metales solubilizados por los productos químicos ácidos cuando se aplica lixiviación.

iv) Sobre el aire: el polvo que genera la actividad minera en ocasiones es causa de enfermedades por trastornos respiratorios y asfixia de plantas y árboles. En algunos casos, se producen emisiones de gases tóxicos como subproducto de algunos de los procesos de tratamiento.

I.A. 1.2. Impactos, amenazas y riesgos

Existen una serie de impactos, amenazas y riesgos que se producen a lo largo de todo el ciclo minero de metales:

i) Durante la prospección: tala de árboles, construcción de túneles y trincheras. Altera el paisaje y la topografía del terreno y provoca erosiones inevitables.

ii) Durante la exploración: perforaciones. Pueden producir alteraciones en el suelo y contaminación de acuíferos (con combustibles y lubricantes). Y cuando se hace en forma descuidada, también puede producir alteración de la vida habitual de los pobladores, en especial por la presencia de pobladores extraños.

iii) Durante la construcción y diseño de la mina: perforaciones, “limpieza” del terreno, movimiento de máquinas y equipos pesados. Puede ocasionar erosión, eliminación de vegetación, generación de polvo, pérdida de drenajes naturales, deslizamientos y depósito de sedimentos en ríos cercanos. No obstante, a veces, tienen la ventaja de que se construyen caminos que, bien diseñados, ayudan al lugar. No es lo más común.

iv) Durante la explotación y extracción de minerales: perforaciones, voladuras y transporte. Continúa la remoción de vegetación y la acumulación de desechos sólidos y líquidos. Transporte de material a veces peligroso (explosivos, productos químicos). A veces genera desertificación y en muchas ocasiones derrames indeseados producto de accidentes, dando lugar a la aparición de aguas ácidas y conflictos sociales con las poblaciones vecinas. En ocasiones, daños a la fauna acuática y aérea.

v) Durante el beneficio o procesamiento del mineral: se producen operaciones físicas y químicas que comprenden el

empleo de mucha agua, apilado de colas y relaves (residuos de la explotación), desechos de sustancias químicas empleadas, generación de depósitos de escorias y, en algunas ocasiones, un alto consumo de energía. En última instancia es casi inevitable un cierto grado de contaminación del aire, el agua y el suelo con el consiguiente riesgo para personas, animales y plantas.

vi) Durante el cierre y la remediación de la mina: Si bien es cierto que no se puede pretender que las áreas explotadas vuelvan a su estado original, es deseable que al menos sirvan para otras finalidades. El principal problema es el procesamiento de las geomembranas (materiales impermeables donde se depositan los minerales triturados y molidos para ser tratados químicamente) con el objeto de intentar recuperar las tierras. En esta operación pueden ocurrir escurrimientos que afectan los suelos y las aguas. El segundo aspecto, más importante todavía, es el despido de trabajadores porque se terminó la tarea, cuando no ocurren hechos aún peores desde el punto de vista social: la generación de pueblos fantasmas.

I.A. 1.3. Riesgos y peligros

El Programa de la Minería para el Medio Ambiente (PNUMA) de las Naciones Unidas, definió los siguientes riesgos y peligros de la minería:

i) Problemas con las presas de cola: las presas de desechos o presas de cola son erigidas primariamente para acopiar o almacenar el desecho sólido y para desaguar o sacar el agua de los desechos o para recobrar el agua para el procesamiento. El experto en el tema, Raúl Actis, considera que normalmente estas presas son levantadas con menores cuidados que las presas convencionales y por este motivo, pueden constituirse en estructuras peligrosas expuestas a producir desastres económicos o ecológicos. Los principales problemas son las fallas y el envenenamiento de animales que toman agua de ellas. Existen muchos informes sobre estos accidentes y en general son considerados pasivos ambientales en el balance de los resultados.

(ii) Depósitos de grandes rocas con residuos con niveles no económicos de mineral. Son una fuente muy grande de contaminación debido a los metales pesados, ácidos y sustancias químicas procedentes de los procesos de lixiviación.

iii) Transporte y carga hacia el emplazamiento. Los accidentes durante este proceso son frecuentes.

(iv) Fallas en tuberías. Transportan colas, concentrados, combustibles, productos químicos. Son, además, fuentes de contaminación.

v) Derrame de sustancias químicas. En muchas ocasiones atraviesan zonas pobladas.

vi) Incendios y explosiones. Causados por el empleo de dinamita, pólvora, nitrato de amonio, diesel, solventes, acetileno, anhídrido carbónico comprimido, etc., que son usados por la industria minera aunque no emplee cianuro.

vii) Riesgos en minas clausuradas. Fundamentalmente el escape de aguas ácidas conteniendo metales pesados que contaminan los suelos y los acuíferos. Ocurre en especial cuando falla el control del Estado en el cierre de las explotaciones que no llevan a cabo todas las medidas requeridas por la remediación de la zona.

En general, muchos de estos problemas provienen no sólo de los encargados de la explotación, sino de fallas del Gobierno Nacional que no promulga leyes que protejan el patrimonio ambiental y obligue a la realización de tareas de forma tal que una parte del gran beneficio monetario de las minas, sea destinado a la prevención y remediación de accidentes y al cierre en condiciones seguras. Le siguen en la lista de responsabilidades los Gobiernos Locales, que defienden mucho más los intereses de las Compañías Mineras que los de las poblaciones y, en último término, la falta de organización de las Comunidades Locales para defender su derechos, tanto en lo que se refiere a la recepción de beneficios -que en proporción a los que reciben las empresas son muy pocos-, como en la protección de sus ambientes de vida, exigiendo el accionar de los organismos responsables. En este aspecto, existe una guía elaborada por la CEPAL para la Gestión de las Autoridades Locales de Pueblos y Distritos Mineros de América Latina y el Caribe que es muy precisa al respecto.

Se podrá argumentar que la mayor parte de los impactos, amenazas, riesgos y peligros existirían aunque la explotación no esté a cargo de empresas multinacionales, lo cual es cierto, pero sería muy distinto si por una parte, la legislación fuera mucho más estricta en los controles y medidas de previsión y, por la otra, si los yacimientos fueran aprovechados por empresas locales o si la región fuese explotada por cualquier tipo de empresa, pero las regalías fueran mucho más altas, porque en ambos casos, al menos después, habría muchos más beneficios que queden -en ocasiones en forma mayoritaria- en el país, contribuyendo al desarrollo regional.

(Continuará).

Si bien es cierto que no se puede pretender que las áreas explotadas vuelvan a su estado original, es deseable que al menos sirvan para otras finalidades. El principal problema es el procesamiento de las geomembranas.

Impactos ambientales de la minería a cielo abierto

La provincia de Santa Cruz figura en los proyectos de exploración de las principales empresas mineras del mundo. Deberían modificarse la leyes de modo tal que estos emprendimientos dejen mayores beneficios a la zona expotada para promover su desarrollo. Foto: Telam

Muchos de estos problemas provienen no sólo de los encargados de la explotación, sino de fallas del Gobierno Nacional que no promulga leyes que protejan el patrimonio ambiental.