De parte de una figura de la música Litoral

Un llamado a recuperar nuestra esencia

Claudio Monterrío

Vemos que en realidad se sufre un retroceso en el interés de la difusión de las canciones ya no litoraleñas, sino santafesinas en particular. Se había creado un movimiento en su momento, con pintores, escultores, músicos, escritores. Entre los escritores estaban Eduardo Gudiño Kieffer, Luis Gudiño Kramer, Hugo Mandón; entre los pintores Matías Molinas, Fernando Espino; eran prohombres de la capacidad artística de Santa Fe, que fue una magnífica fuente de creadores.

Nos encontramos a esta altura del camino que esta música que, por lo menos en esa ocasión, tomó un empuje para aquel tiempo inusitado, cuando existían Los Paranaceros, un conjunto que resultó al poco tiempo de empezar precursor de la música santafesina, porque junto con todos estos que nombré -un grupo de intelectuales de distintas ramas del arte- se generó en un momento que para mí fue histórico, aunque nadie lo recuerde: fueron todos tipos que estaban preocupados por lo mismo, exaltar los valores de la región, en la convicción de que los merecía. Porque esos valores existían, eran reales.

Nuestro ritmos

Así como Salta, Santiago y otras regiones los tuvieron, y tienen hoy sus representantes. Toda esa gente está muy bien organizada y los felicito; acá no pasa eso. No sólo que no pasa, sino que toda nuestra gente joven se ha abocado a otro tipo de cosas.

La cantidad de ritmos que son de absoluta pertenencia de la música folclórica argentina supera ampliamente a las que se aprecian en otras partes del mundo. Uno conoce la chacarera, es lo único que se escucha. Muy poca gente sabe que la música que corresponde a Santa Fe ni siquiera es el chamamé, ni la litoraleña, que es un híbrido inventado sobre la temática Litoral. Oriundos de Santa Fe son el estilo, la milonga de boliche, y un par de cosas más. La más importante es la canción, que baja de la habanera, y se hacía mucho en Santa Fe.

Lo propio

Aquella movida no se siguió, no sé el motivo de eso, pero lo imagino. Creo que esto, como muchas cosas en el mundo actual, se maneja con intereses. No estoy juzgando ni culpando a nadie, si hay un negocio tiene que tener rédito. Pero lo mío en este momento no está pasando por lo económico, sino por lo estratégico y por lo necesario, que son cosas distintas y a veces no van de la mano de hacer mucho dinero.

Pero si había ya una movida, lo único que faltaba era continuarla. Acá tenemos muchas secretarías de Cultura (con la verdad no ofendo ni temo), organismos culturales hasta de barrio, donde tienen que simbolizar una canción argentina, y se han olvidado hasta de quién es Ariel Ramírez, el autor de la misa que se edita en todos los países del mundo. No, Ariel Ramírez no va, va Peteco Carabajal, el Chaqueño Palavecino, que Dios lo guarde y siga ganando como hasta ahora, quién pudiera...

Pero eso no representa a la música argentina, menos a la música Litoral. Mi intención es hacer un llamado a los jóvenes santafesinos, para que primero escuchen, sin aducir: “¿Dónde escuchamos?”. La gente está; es de buen periodista o de buen ciudadano averiguar dónde están. Yo me puedo declarar un periodista (sin haber ido a las escuelas superiores de periodismo), y creer que haciendo preguntas a la gente estoy hecho; pero hay que entrar a considerar un montón de cosas.

Los jóvenes

Los chicos no indagan. Yo hice recientemente una serie de recitales donde la forma en que se engancharon los chicos ya más que admiración y un poco de desazón de todo lo que cuento, me dio hasta ternura. Porque veo que esta gente está desprotegida, no tiene quién le explique, le cuente de que esto está en vigencia, de que existe, de que solo hay que mover una palanca.

Los medios están; los gráficos, los sonoros a través de las radios, televisión en general. Parece como que no hay interés; entonces mi ocupación (en realidad es preocupación) es ver cómo se hace para que la gente entienda, teniendo un paisaje como que tenemos, un hombre tan peculiar como el santafesino, un ser único con sus defectos y virtudes. Una zona con su paisaje enorme; tiene ya su propia forma, imaginada por antecesores a la gente joven, y que no tomen la posta, me resulta muy extraño: me parece como que fuese una cosa programada.

Los conciertos fueron en algunos casos con grupos de estudiantes, otros de manera más libre. Sin ningún tipo de promoción... esto dicho sin crítica a nadie. A mí no me interesa confrontar en fenómenos como la música, donde en realidad uno como músico tiene más que aprender que el que lo está entrevistando, en algunas cosas. Así que no me puedo poner retórico, ni enojarme porque no me sacan en una revista, un diario o una radio (cosa que no pasa siempre).

Integración

Pero uno nota que no se está brindando todo lo que debería, ya no por lo personal sino por lo que representa el hecho de que un individuo ha sido precursor de una forma musical que pertenece a Santa Fe. Por eso, lo que quiero dejar en claro es un llamado a la disposición y a las mejores voluntades a todos esos entes culturales, a todos los de la parte oficial y a los que tienen los medios.

La parte oficial tendría que tener la necesidad de hacerlo. No obstante, la comunidad comercial también es parte de Santa Fe. Y si bien el móvil es tener un negocio para tener dinero (cosa que entiendo y acepto), todos los comerciantes y a todos los que administran los medios son grandes entusiastas de ir al río, espantar algunos mosquitos y sacar algún patí, algún bichito de la costa (que cada vez menos); ver cómo un islero puede todavía en un bañado fijar un sábalo.

De la misma manera en que se integran al paisaje, deberían integrarse a la música que le es propia al paisaje: todos hemos visto cómo salen cortos radiales haciendo alusión a la costa con un bombo y música norteña.

Un llamado a recuperar nuestra esencia

El artista santafesino mostrando con orgullo una vieja edición japonesa de su disco “Como canta mi lugar”, que le fuera obsequiada recientemente por un estudioso nipón. Foto: Flavio Raina

En vivo, este domingo

Este domingo a las 19, en la Sala Mayor del Centro Cultural ATE Casa España (Rivadavia 2871), Claudio Monterrío se presentará en el marco del Ciclo de Trabajadores de la Cultura, que tiene como objetivo revalorizar a la música folclórica santafesina que nos representa con sus artistas.

Las entradas tendrán un valor de $ 20; para afiliados a ATE y grupo familiar, docentes, estudiantes y jubilados, de $ 15.