Ecos de un triunfo inigualable

“Maravilla” Martínez, el ídolo pensante certero y provocador

A.jpg

A pleno. El argentino Martínez conecta uno de los tantos golpes sobre el rostro del mexicano Chávez Jr.

Foto: Télam

 

Sergio Ferrer

¿Habrá revancha con Julio César Chávez Jr., al que durante once asaltos le dio una verdadera lección de boxeo simple y “cerebral”, por llamarlo de algún modo?... ¿Cuánto tiempo estará sin combatir? ... ¿Quién será su próximo rival?... ¿Peleará en el estadio de River Plate?...

¿Qué hubiera pasado si perdía y, como parece que ocurrió, su oponente resultaba positivo en el control antidopaje?... ¿Es verdad, cómo él mismo dice, que se fue de Argentina con una mano atrás y otra adelante, porque acá no tenía oportunidades?... ¿A quién se parece por su forma de boxear?...

Las preguntas se multiplican como pan bíblico, pero lo cierto es que, hoy por hoy, el quilmeño Sergio “Maravilla” Martínez sólo busca descansar y recuperarse de sus lesiones en España, su país adoptivo desde el 2002, año en que fue a probar suerte a un mercado pugilístico más potable que el argentino, para proyectarse en el orden internacional.

Paralelamente, mientras Sergio intenta poner los pies sobre la tierra, su convincente pero dramático y sufrido triunfo sobre el nombrado mexicano en Las Vegas se valoriza aún más y hasta adopta reales dimensiones de epopeya, al saberse que combatió varios rounds con la mano izquierda fisurada (con lo que ello implica para un peleador zurdo como él) y gran parte de la última vuelta -la única que perdió y que le pudo haber significado una injusta derrota antes del límite- con un severo traumatismo en una de sus rodillas.

Aún así, “Maravilla” se plantó frente a un durísimo adversario, sin importarle el riesgo póstumo y con la idea de resolver el entuerto a puro corazón, garra y valentía (cuando la mayoría de nosotros, a los gritos, le pedía que agarrara al rival y no se dejara hacer).

Todo ello le ha dado un especial tenor al combate como logro boxístico desde el punto de vista periodístico inclusive, mucho más allá de la notable exposición mediática a la que se ve expuesto ahora al inteligente, certero y provocador pugilista nacido en Quilmes el 21 de febrero de 1975.

Lo que pasó, lo que viene

Por si ello fuera poco, también nos anoticiamos que el pibe Chávez habría incurrido en doping por consumo de marihuana, hecho que realza aún más la deportividad de Sergio y el calibre de su clara superioridad.

No nos olvidemos que si él perdía por nocaut, de nada le hubiera servido (no nos olvidemos que, si bien no es fanfarrón o arrogante, su ego es uno de los más fuertes y fundamentados de la Fistiana actual) saber que Julito podría ser destituido por haberse dopado y él, a su vez, convocado para cubrir la vacante, porque los pleitos en casos como ésos son declarados “sin decisión”.

Dentro de ese contexto, es posible que Martínez vuelva a combatir en abril o mayo de 2013 -ese es su deseo-, más que probablemente en kilaje mediano (72,574), donde acaba de reconquistar el título regular del Concejo Mundial de Boxeo.

Sería en Estados Unidos (no en el Monumental, algo que “suena” sencillamente imposible) y con un adversario que no va a ser “Julitín” Chávez, al que, de comprobarse definitivamente el doping, le espera una grave sanción económica y deportiva.

Tampoco sería Saúl “El Canelo” Álvarez -tan mexicano como el anterior-, porque éste quiere pelear una vez más antes que finalice 2012, por lo que en las próximas horas estaría rubricando el contrato para enfrentar al estadounidense James Kirkland.

Hecha tal aclaración, bien cabe agregar que las otras alternativas expuestas, como ser el australiano Daniel Geale, el boricua Miguel Cotto, el ruso Dmitry Pirog y el inglés Martin Murray, son meras especulaciones (como la del hipotético duelo del “Mejor libra por libra” con Floyd Mayweather), ya que hasta el propio “Maravilla” desestimó cualquier nombre, mientras espera que el problema del “Junior” sea sólo un malentendido, porque ya expresó sus ganas de vérselas nuevamente con él.

“Le doy la revancha donde quiera y como quiera; yo como campeón quiero honrar al boxeo y a este título, por eso no va a ser mi intención la de eludir rivales o elegirlos sólo por conveniencia”, dijo convencido el bonaerense, ni bien se bajó del ring y escuchó que Chávez Jr. manifestaba que merecía el desquite.

Estilo muy particular

En cuanto a la restante pregunta descripta al principio, creemos que Martínez posee un estilo muy particular y personal, que ha ido puliendo con el correr de las peleas. Se podría decir que, así como abajo del ring pareciera ser un tipo “diferente” -que escapa al perfil arquetípico “esperable” de los “boxindangas”-, arriba del entarimado es un boxeador “distinto”, que hace boxeo de autor, como alguna vez catalogamos al modo de pelear de Carlos Monzón, definido a su vez por Julio Cortázar como “un sauce simbreando”.

Sergio combate con las manos bajas, sin que ello signifique que baje la guardia, ya que se resguarda manteniéndose atento y poniéndose de costado, con las “antenitas” prendidas permanentemente.

En ese sentido, Sergio se parece a Nicolino Locche, “El Intocable” (verdadero “radar humano” sobre el ring), aunque el punto fuerte del mendocino radicaba en su envidiable visteo y su “relación” casi simbiótica con las sogas (donde fue un maestro insuperable), mientras que “Maravilla” sorprende por su movilidad en todo el perímetro y su impresionante puntería. No hay que olvidar que Martínez impacta, lastima y daña al oponente con la sagacidad de un cirujano, desde cualquier ángulo y posición, con golpes muchas veces imperceptibles, casi fantasmagóricos. Como lo hacía el británico de sangre árabe Naseem “El Príncipe” Hamed, aunque este último, dueño de un estilo muy pintoresco -hasta payacesco o burlón si se quiere- era mucho más “elástico” que el quilmeño (parecía el “hombre goma”).

Es de todos, no lo destruyan

Más allá de la notable exposición mediática a la que está siendo sometido Sergio “Maravilla” Martínez por estas horas, hay que recordar que un amplio sector de los medios no deportivos de Buenos Aires jamás se había interesado por el peleador quilmeño, que durante mucho tiempo sólo tuvo como vía de expresión los programas “Boxeo de Primera” y “Golpe a golpe” (ambos de TyC Sport), o la revista Ring Side.

Ahora que se han apropiado de él y lo vienen “acosando” despiadadamente, sería bueno que no lo destruyan y sepan aprovecharlo bien (es decir valorarlo), evitando inventar estupideces como lo del romance con Susana Giménez, algo que ya quedó en evidencia que era toda una patraña, movilizada por “Intrusos” y “Papparazzi” para vender ejemplares con la carita de la diva a la vera del cuadrilátero.

Martínez está viviendo y “sufriendo” en carne propia las consecuencias de su incipiente idolatría, la que -lógicamente- ha cobrado fuerza y sustancia con la pelea contra Julio César Chávez Jr.

Así, tras haber protagonizado una batalla casi épica, de innegables aristas cinematográficas (“Rocky Balboa”, dirán algunos), “Maravilla” se ha convertido en un héroe de la televisión vernácula, que ahora se ufana de descubrir y cubrir cualquier detalle de su vida (en tal sentido sólo restaba saberse el nombre de su novia, un misterio que se develó recientemente, recayendo el final de la pesquisa sobre la joven Victoria Chaves).

Por eso mismo, mientras “Duro de Domar”, “Animales Sueltos” y “ShowMatch” se siguen proclamando padres de la criatura y otros programas de la farándula buscan en sus archivos algo que los ligue mínimamente al tema, sería bueno respetar a Martínez, quien -como es su costumbre- aporta un poco de cordura y respuestas inteligentes, e intenta minimizar los alcances de la locura que ha desatado.

Los otros campeones

Sergio Martínez (50-2-2, 28 KO), al reconquistar el título mediano del Consejo Mundial de Boxeo que le había ganado en 2010 a Kelly Pavlik, quedó nuevamente como campeón regular de la mencionada entidad, que también lo reconoce como monarca Emérito del Mundo y de Diamante. Los restantes campeones son el australiano Daniel Geale (28-1 con 15 KO), dueño del cinturón FIB y el supercampeonato AMB; el kazajo Gennady Golovkin (24-0 con 21 KO), titular regular AMB y el camerunés Hassan N’Dam N’ikam (27-0, 17 KO), titular regular OMB. De ellos, sólo Geale hizo público su deseo de combatir con el argentino.