Evocando la moda en Santa Fe

Santa Fe se caracterizó siempre por sus mujeres bonitas y el buen gusto en el vestir. Tal vez fue por esa mezcla de diferentes razas que, cruzando el mar, buscaron un lugar próspero y en paz para edificar un futuro.

TEXTO. ANA MARÍA ZANCADA. fotos. gentileza de los entrevistados.

 

Hubo una época en que las niñas elegantes pertenecientes a la clase con un cierto poder adquisitivo, traían las telas de Buenos Aires, que a su vez llegaban de Europa, para confeccionar los trajes de fiesta o los soñados vestidos de novia.

En Santa Fe hubo nombres reconocidos de famosas modistas que, con diseños propios, confeccionaban verdaderas creaciones que luego lucían muestras mujeres.

En trajes de novia, Estela Cabal de Iriondo era la autoridad máxima. Tuvimos la suerte de dialogar con ella, dama encantadora de suaves pero firmes maneras que nos mostró un álbum con algunos de los cientos de vestidos, todos de creación propia. Al correr de las páginas, hilvanaba recuerdos. Estela no tenía moldes, diseñaba sobre el cuerpo, como aquella famosa Madame Vionnet. Tenía un grupo de costureras italianas que seguían sus indicaciones. Lentamente van surgiendo los nombres: Celsa, Mirella, Rita... “Yo les enseñaba y ellas aprendían, dice Estela, con una sonrisa pícara”.

También con una sonrisa recuerda el primer desfile de ropa de invierno que realizó en su casa, en San Jerónimo al 1700. “Susana Alemán era mi socia -dice- la mamá era una exclusiva modista, vivía frente al Teatro Municipal. Un buen día se nos ocurrió empezar a comprar ropa hecha para vender; teníamos una boutique, trabajábamos con gente conocida. Fue para la época en que comenzó el pret-a-porter en Buenos Aires. Pero un día le dije a Susanita: ‘¡Esto es carísimo! Aquí, en Santa Fe, no lo podemos vender. ¿Por qué no lo hacemos nosotras?’ Entonces comenzamos con oficialas, diseñaba yo los modelos. Tuvimos clientela enseguida y nos largamos con un desfile en casa de mamá: pret-a-porter y alta costura. Así fue que presentamos un mini desfile en nuestra casa y nos animamos a decir que toda la ropa era hecha por nosotras. Vendimos todo. Luego alquilamos un local en Galería San Martín, nos fue cada vez mejor. Después, Susanita se casó, yo seguí sola y ya me dediqué a hacer ropa a medida”.

Y recuerda: “A Virginia Tola le hice muchos vestidos que ha usado en los conciertos por todo el mundo, además del de novia”. Al correr de la memoria y de las hojas de álbumes y las fotos van surgiendo los encajes, las sedas, tules, tafetas, organza, satén, volados, plumas, el escote espejo, el faldón sobre la falda recta. Prácticamente todas las niñas de la sociedad santafesina se pusieron en sus manos para lucir espléndidas en el día memorable. Toda una vida de trabajo, creación y buen gusto evocado por esta bella y elegante dama que marcó toda una época en el estilo de la mujer santafesina.

CALLE SAN MARTÍN

Por cierto, allá por la década del ‘60 y ‘70, calle San Martín no era peatonal y los grandes comercios lucían sus vidrieras donde nos deteníamos para soñar con las variadas ofertas que muchas veces estaban fuera de nuestro alcance de clase media apenas emergente. Eran épocas diferentes.

Liliana de Pieri, entonces empleada de Santa Fe Goma Pirelli, nos ayuda a recordar. El negocio estaba en San Martín, entre La Rioja y Tucumán, vereda oeste, que magníficamente llevaba adelante Raúl Caramagna. Para Navidad se podía encontrar allí una verdadera colección de juguetes donde la reina era la muñeca Piel Rose, que hablaba y caminaba, vestida de fiesta, con sombrerito, guantes y hasta una sombrillita. Además, la moda, con los paraguas y pilotos en cuerina de color, que fueron un éxito de ventas.

Para promocionar las ventas, Caramagna hizo construir un enorme escenario, en la calle, donde -por la noche- actuó la Banda de la Policía, dirigida por el maestro Renzulli; luego, se sortearon regalos, para culminar con una suelta de palomas, globos y golosinas que hacían la delicia de grandes y chicos. Mientras, la tradicional casa Pirelli, servía de fondo con sus tres grandes vidrieras iluminadas.

Y si de festejos se trata en calle San Martín, cómo olvidar la presentación de la línea de jeans Avant-Premier. Justo llegando a Lisandro de la Torre, un gran escenario era el marco adecuado para la presentación de la nueva línea. Allí, la simpatía y desenvoltura de Marta Goyri conducía el espectáculo, luciendo los famosos pantalones Oxford y los zapatos con altas plataformas, tal como se verán nuevamente este verano. El público feliz respondía masivamente.

Precisamente, Marta Goyri, destacada profesional de nuestro medio, estuvo siempre relacionada con la moda. Es muy recordado su espacio en el programa “Entre mate y mate” en Canal 13, donde un grupo de bellas modelos santafesinas lucían las prendas de Elain Modas. O las giras por el interior de la provincia auspiciadas por Fadeté y De Simone, donde se reunieron las mises argentinas Mirta Massa, María Amelia Ramírez y Viviana Dellavedova, además de Silvia Albizu.

Y siguiendo el hilo de los recuerdos de Marta, la gran cena-show para la inauguración de la pileta y gimnasio en Regatas, con la presentación de grandes firmas de Buenos Aires, lucidas por las elegantes santafesinas. O también la embajada Ñaró en el Círculo Italiano. Recuerdos que van surgiendo de una época en que el público celebraba con entusiasmo y admiración la presencia y elegancia de la mujer argentina en las pasarelas.

A LA CABEZA

Y en una evocación de la moda y la belleza en Santa Fe, indudablemente tenemos que recurrir a Lety, que con su salón también ha sido protagonista de casi todos los encuentros importantes que se realizaban en la ciudad.

Encantadora, femenina, conocedora del gusto de las mujeres y siempre actualizada, apela a su memoria para recordar aquellas épocas cuando recibía en su salón a las jóvenes, tanto citadinas, como las más famosas de Buenos Aires. Y luego ya con el desfile en marcha, los sofocones para poner el toque final en cada cabeza, con horquillas, apliques, recogidos.

“No era fácil, porque ellas, (las de Buenos Aires), estaban acostumbradas a otro profesional, pero nunca tuve problema con ninguna. Al contrario, siempre hubo buen clima, aceptaban mis sugerencias. Era una linda época, era el momento de los desfiles, como un juego enloquecedor, apasionante, poniendo lo mejor de nuestro esfuerzo. En Recoleta, estuve con Giordano en el Shopping La Ribera, en el Ritz también, ¡en tantos lugares! Recuerdo que el primer desfile fue con Claudette Mattourin. Luego con Biba Boutique, Belkys maquillaba y yo peinaba: estaban Patricia Miccio, Ethel Brero, Carmen Yazalde, Fabiana Sdrigotti y no sé cuántas más.... Desfiles con Modas Marta, Pavlova, Che Ropería, Fried, Alicia Ferro”.

- ¿Era difícil trabajar con ellas?

- No, no. Eran profesionales y sabían lo que querían. De 30 días del mes, ellas tenían 20 de desfiles, tenían un training increíble. Pero nunca tuve problemas. Siempre quedaban conformes. Y siempre juntas con Belkys, que las maquillaba.

CUESTIÓN DE PIEL

En esta veloz recordación, la comisión de PADEL ocupa un lugar especial, en los encuentros que organizaban estas laboriosas mujeres que a través del trabajo y esfuerzo de tantos años consiguieron cambiar el rostro de una enfermedad y transformar el Protomédico Manuel Rodríguez en un centro de atención abierto a toda la comunidad. Desfiles de modelos, tés a beneficio. En sus recuerdos tienen un lugar preferencial para el titular de Pieles Beer, que una vez por año les brindaba todo para el desfile que se transformó en tradicional. “Él se encargaba de toda la organización y los gastos de convocar a las mejores modelos de Buenos Aires. Nosotros vendíamos las entradas y nos dejaba un buen beneficio que tanto necesitábamos”, reconocen.

Con Fabián Beer, mantuvimos un encuentro que fue muy ilustrativo para recordar una hermosa época en que un esfuerzo tan grande se podía concretar.

“Son las épocas que cambian, incluso la forma de vivir, y yo no lo atribuyo todo a la ecología; fíjese que hay otros elementos también a tener en cuenta. No había calefacción en los ambientes, las casas tenían los techos altos. Si observa las fotos de la época, en los salones, en los casamientos, todas las mujeres estaban con los abrigos de piel. La gente hoy en día es diferente, sumado también a la ecología, por supuesto. Además ahora las pieles ya no son tan prácticas como en esa época”, resume.

- En la década del ‘80, cuando empezaron, ¿cómo era la moda?

- Eran las nutrias sin depilar, los tapados largos, desde la década del ‘70 al ‘80, acompañando la maxifalda y ya en el ‘80 la falda se acortó; se usaban los cuellos grandes, tapados ceñidos a la cintura y empezó la nutria sin depilar, antes no. La nutria es un animal que tiene dos pelos, la felpa y el pelo largo. Siempre la moda era usar la felpa, que es la panza del animal. Luego empezó a usarse el pelo largo, que revolucionó el mercado. Las curtiembres empezaron a usar los colores, marrón, agrisado, color champán, negro. Luego fueron los visones que siempre fueron prendas más caras. En el año 80, en julio, hicimos el primer desfile en Los Molinos, con Titi Benazzi, que se encargaba de la organización. Llevamos visones, zorros importados, prendas que se usaban en esa época, con hombreras redondeadas y cuellos grandes. Fíjese cómo cambiaron las cosas: lo hicimos de noche en el Country Los Molinos, ahora sería imposible. Presentamos 50 prendas que llevábamos nosotros mismos, sin custodia. Fue a beneficio de PADEL, con Teté Coustarot y Virginia Elizalde. Después, los hicimos en forma ininterrumpida, hasta el año ‘91, uno por año. Era la época de las pieles.

- Y aquí, en Santa Fe, ¿qué era lo que más se vendía?

- Nutria sin depilar y zorros importados, mucho.

- Cuando Ud. menciona importados, ¿de dónde venían?

- De Rusia, Noruega, Dinamarca, Estados Unidos. Era una época totalmente distinta, calcule que en el negocio teníamos abierto en calle San Martín, sin llave. Había una clase media pudiente y sin riesgos de robo. En el año ‘80, cuando terminamos el desfile nos fuimos a Reconquista, con el auto cargado con cerca de cincuenta prendas, sin custodia y sin pensar que corríamos algún peligro. Recuerdo que en el ‘81 empezamos a hacer los desfiles en el Jockey Club, con Teté Coustarot, Mora Furtado, Tini de Boucourt. A través de los años también trajimos a Carmen Yazalde, Mariana Arias, Ana María Soria, Patricia Fracione, Adriana Frigerio, Evelyn Shield; eran las mejores de esa época. Coincidíamos con los desfiles de Gino Bogani. Primero él en Buenos Aires y luego nosotros aquí. Hablábamos con él y combinábamos las fechas.

Sigue recordando Fabián Beer: “los desfiles de PADEL se extendieron hasta el ‘92. Muchos años los hicimos en el Jockey Club. Nosotros nos encargábamos de todo, de traer a las mejores modelos, del copetín. Recuerdo que en una época, había un recepcionista vestido de smoking en la puerta, que entregaba un souvenir a medida que entraban las señoras”. Por su parte, ellas recuerdan uno fantástico que se realizó en la planta baja del Museo Rosa Galisteo de Rodríguez. Eso fue en 1985.

Los desfiles de Beer se extendieron por 12 años, a platea llena, con diseños exclusivos, todos realizados en talleres propios de nuestra ciudad. Las pieles utilizadas eran las de moda en ese momento: astrakán, gato montés, nutria, zorros.

La historia se remonta al papá, cuando en el año 1945 vino a Santa Fe, y comenzó en Avrutín, después como socio fundador de El Lobo Blanco, al lado del Teatro Municipal para luego trasladarse, en el año ‘62 un poco más al norte, sobre calle San Martín, en el recordado negocio con sendas vidrieras, donde se exhibían los modelos que hacían suspirar a todas las santafesinas.

- ¿La época de los desfiles se terminó, verdad?

- Sí, cambió la época, la moda, comenzó la inseguridad. No era ya fácil hacer lo que veníamos haciendo. Asegurar un desfile ya salía una barbaridad. Aparte, todo es diferente, fueron unos años hermosos, brillantes. En el interior reuníamos cerca de mil personas, en Rafaela, San Justo, en la provincia de Entre Ríos..Creo que hicimos una buena tarea.

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Teresa Garbesi (Desfile de Pieles Beer, a beneficio de Padel).

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Teté Coustarot (Desfile de Pieles Beer)

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La modelo santafesina Andrea Rosas (mayo de 1993)

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Desfile de Pieles Beer (exclusivo) a beneficio de Padel: Andrea Frigerio, Carolina Peleritti, Carmen Yazalde, Mora Furtado y Mariana Arias, con Lety, a cargo de los peinados.

UNA ÉPOCA DORADA

POR GRACIELA DANERI

Cuando la moda desfilaba con la impronta del “chic” sugerido por los diseñadores. Cuando la moda era seguida según los patrones que lucían las verdaderas “mannequins”.

Cuando la moda era otra, en una época en la cual en nuestra ciudad tenían lugar importantes desfiles en los que se unía, solidariamente, la moda con la colaboración a entidades de bien público. En este sentido, fue una época dorada, y sólo transcurrieron unos 20 o 25 años que, en el arco del tiempo social, no son muchos, aunque éste corra aceleradamente.

Aun reconociendo que la moda no es un fenómeno de masas, queda claro que tampoco lo es de élite, sino que es un fenómeno colectivo. Y a partir de allí podríamos comprender por qué hoy la moda la imponen, mayormente, las “vedetongas”, las “mediáticas” o las “botineras”, como quiera llamárselas, que, en general, no se caracterizan por el buen gusto ni la elegancia, sino por el afán de exhibir con exagerada generosidad sus atributos corporales...

Y cuando la moda era otra, disfrutábamos en nuestra ciudad de un calendario de desfiles en los que se podían avizorar las tendencias europeas y su adaptación al gusto de la mujer argentina. En este escenario siempre se destacaron las presentaciones de la boutique La Lonja Pret-a-Porter y de Pieles Beer.

La Lonja, bajo la batuta de Pancho Zucchi, supo comprender la idiosincrasia de las santafesinas y justamente por eso sus colecciones eran siempre muy esperadas. En ellas lo formal se complementaba con el “casual look”, todo lo cual se podía completar con la rica línea de bijouterie de María Teresa Villarroel, más conocida como MT.

En las pasarelas muy bien pensadas por Pancho Zucchi se supieron destacar figuras como Mora Furtado, Andrea Frigerio, Delfina Frers, Ana María y Monona Soria, Carmen Yazalde, Teresita Garbessi, Florencia Florio, Evelyn Schield, Teresa Calandra, así como la inolvidable Patricia Miccio, junto a nuestras “stars” santafesinas Graciela Carlozzi y Fabiana Sdrigotti (hoy Araujo).

La boutique de Pancho se preciaba de tener las etiquetas de Leticia Carosella, Gloria Mackinlay, Susana Ríos, y la alta costura de Jorge y Horacio de la Cruz, sin olvidar los excelentes tejidos de La Botica del Arcón.

Mas también eran, en esas décadas, grandes figuras las que venían como conductoras o animadoras de los desfiles-show de La Lonja: Mirtha Legrand, Marikena Monti, Nelly Beltránà , con el apoyo siempre incondicional de Letty en peinados.

“El primer desfile lo hice en 1982, después de Malvinas, y el último en el ‘98’’, recuerda Pancho, que a la vez nos comenta que “antes nos podíamos manejar directamente con las modelos y no con los representantes como se hace hoy. Esto encarece mucho la contratación porque la intermediación hace todo mucho más costoso y se torna imposible de sostener”.

De allí que la organización de estos verdaderos espectáculos de la moda se haya complejizado y encarecido y no contemos más con acontecimientos de trascendencia, como cuando la moda no desfilaba sólo en jeans, zapatillas u ojotasà

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Carmen Yazalde (desfile de Pieles Beer, a beneficio de Padel)

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Tini de Bocourt (Desfile de Pieles Beer, a beneficio de Padel)

Evocando la moda en Santa Fe

Marta Goyri presenta la línea de jeans de Avant Premier en calle San Martín y Lisandro de la Torre. La tendencia: oxford y plataformas (noviembre de 1976).