Pinceladas ciudadanas
Pablo Gigliotti.
L.E. 6.200.584.
Señores directores: Si mal no recuerdo, hubo allá en la década del 40 del siglo pasado tres eventos que dejaron su marca en la ciudadanía y que realmente es digno de destacar.
Comienzo con el “Loco” Meloni (no recuerdo su nombre) quien entre sus allegados decía que algún día se tiraría del Puente Colgante a las aguas de la Laguna Setúbal. La policía, alertada, lo vigilaba, pero una mañana se trepó a la antena oeste del puente para arrojarse al vacío. A los pocos segundos, su cuerpo emergió a la superficie y nadando se detuvo frente a las instalaciones del Club de Regatas de Santa Fe y dijo “Tarea cumplida”.
Luego, en esa misma época, un hombre que se llamaba Pepino, decidió cumplir un récord de 100 horas en bicicleta alrededor de la Plaza San Martín de nuestra ciudad. Yo lo veía, pues en ese entonces trabajaba en el comercio. Cuando tenía alguna necesidad fisiológica, concurría al cuerpo de bomberos, quienes lo asistían, y después continuaba con su sueño, y pudo cumplirlo sin sobresaltos y también diciendo “Tarea cumplida”. El público que se acercaba lo alentaba permanentemente.
Hubo también otro personaje, pero éste no buscaba batir un récord. Me estoy refiriendo nada más y nada menos que al doctor Leoni. Era un señor que vivía en uno de los galpones de nuestro puerto de Santa Fe. Nunca se supo si tenía familiares; era de poco hablar, un personaje que todos los días se dirigía a la calle San Martín, en ese entonces vehicular en ambas manos. Su vestimenta era como la de un payaso de circo, su traje con parches de distintos colores, como así también sus botines. Usaba galera, también pintada, y un bastón.
Salía del puerto por calle Mendoza y al llegar a San Martín, en su bocacalle, haciendo un giro de 90º, se dirigía hacia el sur. Con tiempo bueno se lo veía todos los días, siempre caminado por el medio de la calle. En una oportunidad, una mañana de intenso calor, como suelen ser habituales en Santa Fe, unos changarines que descargaban bolsas desde los trenes, gritaron: “Allí va el loco Leoni”. Él se detuvo y arremetió diciéndoles: “¿Loco yo? Locos son ustedes, que trabajan con este calor”. Y continuó su marcha hacia la calle San Martín. A algunos de sus allegados solía decir que si algún día llegara a ser intendente de Santa Fe haría techar la calle, para que los paseantes como él no tuvieran que molestarse por las lluvias y el calor.
Así sencillamente mi homenaje a esos personajes que dejaron su marca en el transcurso del tiempo. Muchos recordarán estas historias, que si bien no tuvieron tanta trascendencia, quedaron en la memoria colectiva.
Asamblea de la ACA
Rosa R. de Mercurio.
L.E. 4.823.798.
Señores directores:
Entre todos los acontecimientos que vivimos me quiero referir a uno en especial; la XXVII Asamblea Federal de ACA que se llevó a cabo el 18, 29 y 20 de agosto en la diócesis de Mercedes-Luján. Allí se congregaron 8.000 personas, la mayoría jóvenes, a fin de fortalecer nuestra fe en Jesucristo, abrazar con amor y esperanza el lema propuesto para este encuentro “Hagan todo lo que Él les diga”.
Estas palabras de María, en las Bodas de Caná, nos indican el camino a seguir y nos marcan la necesidad de crecer y trabajar por el Reino desde esta querida institución.
Fue reconfortante ver el ardor y el entusiasmo de los jóvenes en las distintas actividades que compartimos y el deseo de ser fieles a Cristo en los distintos ámbitos de la vida.
El sol que nos acompañó el domingo frente a la hermosa basílica de la Patrona de Nuestra Patria se unió al festejo y estamos seguros de que nuestras oraciones, reflexiones, cánticos y demostraciones fraternas de los asambleístas que concurrieron de todo el país deben haber llenado de gozo a nuestra querida Madre.
También la oportunidad fue aprovechada para renovar las autoridades de la institución a nivel nacional por otros tres años. Es el deseo de todos nosotros, como militantes, que el Espíritu Santo los ilumine en las decisiones a tomar de esta querida institución, “brazo laical de la Iglesia”.
Las palabras de monseñor José María Arancedo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, cerrando las actividades de la asamblea pusieron el broche de oro a esta demostración de fe y sirvieron para convocarnos nuevamente a anunciar a Jesús y construir en la historia concreta su reino de justicia, paz y solidaridad.
Un especial agradecimiento al Consejo Arquidiocesano de Santa Fe por su prolija organización y acompañamiento de quienes pudimos concurrir y a los 23 jóvenes de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz de Santo Tomé.
Alabado sea Jesucristo.