Colón cambió a tiempo y mereció ganar

¿Cómo se dirá “huevo” en polaco?

De la mano de Adrián Bastía, el equipo de Sensini logró evitar una nueva derrota aunque sigue sin poder ganar. El volante central se fue ovacionado por toda la cancha.

Extraño de pelo largo

Pareció “9” en serio. El “Polaco” Bastía es un “5” tradicional, volante tapón de los de antes. Claro que con la portabilidad numérico-futbolístico eligió llevar la camiseta número “9” en la espalda. En esta jugada del inicio del partido lo dejó clavado a David Ramírez con un caño, se metió al área y sacó el derechazo. No fue gol por culpa de Ibáñez. Foto: Flavio Raina

Darío Pignata

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Este fútbol argentino es mucha más tierra fértil para las rachas, los momentos emocionales y las seguidillas que para los instantes sostenidos de buen juego colectivo de tal o cual equipo. Por eso, es que se habla tanto de la famosa regularidad que termina premiando a los equipos que consiguen sus objetivos: salir campeón, ir a una Copa o zafar del descenso. Aprovechar la buena el mayor tiempo posible y zafar de la mala onda lo más rápido posible. De eso se trata.

En ese contexto, después de un arranque furioso entre torneo y Copa, a Colón lo atacó la misma alergia de los últimos tiempos. Afuera de la Sudamericana con el papelón de los paraguayos, lejos de la punta en este Inicial —a diez puntos del puntero— y arrastrando una malaria de sólo una alegría contra Vélez en los últimos diez partidos, que jugó de manera oficial en la doble competencia.

En el camino se cruzó ayer Godoy Cruz, que fue más prolijo que Colón en las caricias a la pelota gracias a la varita del “Mago” David Ramírez. Pero ni siquiera en esa primera parte fue más el Tomba que Colón frente a los arcos. Sin embargo, Asad se fue ganando y Sensini preocupado por los silbidos.

Si ese buen circuito de juego mendocino no lastimó más fue porque en Colón apareció la figura del equipo y de la cancha desde el vamos: el “Polaco” Bastía. Siempre bien parado, tiempista en cada cruce, en los relevos y ni qué hablar en un mano a mano con pelota dividida.

El más “viejo”, por llamarlo de alguna manera, corriendo y metiendo más que cualquier pibito. Incluso ayer con el plus de animarse a pisar el área de enfrente, como cuando en el primer tiempo apareció imitando un “8” de los de antes para tirar un caño, pasar y sacudirlo a Ibáñez. O repitiendo la corajeada en el complemento y pegándole a la carrera, con una pelota que se le fue alta.

No queda otra cuando un equipo entra en racha negativa que sacar a relucir el primer argumento de la garra, el “huevo”, la sangre. Eso que puso Bastía para frenar la tormenta, hacerse respetar en Santa Fe y empezar la reconstrucción. Claro que al fino de las paredes lo puso Sensini con los cambios en el vestuario en el descanso, dejando a Prediger y Mugni para poner a Luque y Graciani.

Cambió casi todo Colón. Porque quedó parado con tres puntas y como se jugaba en los '70, con dos punteros bien abiertos —Luque en la izquierda y Curuchet en la derecha— más Gigliotti por el medio. Pero, además, con Ricky Gómez y Graciani atacando, perdiendo, recuperando y volviendo a recuperar la pelota para pensar en Ibáñez.

En ese segundo tiempo, Colón siguió siendo Bastía y su garra. Pero le agregó dinámica con fútbol. ¿En qué?: en la gambeta desequilibrante de Luque, los piques de Curuchet y la capacidad para pensar de Ricky Gómez en esa asistencia zurda bestial para la cabeza de Gigliotti.

No sólo que lo empardó sino que lo debió ganar. No empató antes porque Echenique entendió que Luque exageraba la caída ante Curbelo, cuando en realidad hay un roce físico que le hace perder el equilibrio. Y no empató después de ese penal no cobrado y antes del cabezazo de Gigliotti porque el asistente 1 —Raúl Lovatto— vio afuera una pelota que nunca salió del fondo de la cancha en otra gran apilada de Luque, esta vez por derecha, que fue centro atrás y gol —anulado— de Gigliotti.

Esta vez, Sensini acertó con el diagnóstico y curó el mal de Colón en ese primer tiempo. La pelota, que antes era de David Ramírez, pasó a pies de Ricky, Luque, Curuchet y compañía. Hizo los cambios a tiempo y refrescó la velocidad de ataque más sorpresa del equipo. Lo acorraló, lo asfixió en una tarde “pesada” en Santa Fe, generó situaciones y evitó otra derrota. No puede ganar, es cierto. Pero esa actitud renovada del complemento le generó música de aplausos en la despedida, reconociendo el hincha el esfuerzo y la reacción de los jugadores de Colón.

Batistuta dijo públicamente como manager que “sería muy triste y me sentiría muy mal si el desafío deportivo es el partido con Unión”. Claro que, eliminado de la Sudamericana y muy lejos del campeonato Inicial 2012, el clásico que asoma será especial. Por ahora, la opinión técnica del “Bati” no va de la mano con lo que pide la tribuna. Y es ahí, desde el corazón del hincha, donde Colón tendría que tener a los otros diez como Bastía.

/// SÍNTESIS

COLÓN 1

GODOY CRUZ 1

Colón: Diego Pozo; Maximiliano Caire, Maximiliano Pellegrino, Ronald Raldes, Bruno Urribarri; Lucas Mugni, Adrián Bastia, Sebastián Prediger, Ricardo Gómez; Facundo Curuchet y Emmanuel Gigliotti.

Entrenador: Roberto Sensini.

Godoy Cruz: Nelson Ibáñez; Leonardo Sigali, Jorge Curbelo, Nicolás Sánchez, Lucas Ceballos; Eduardo Ledesma, Federico Lértora, Emmanuel Insúa; David Ramírez; Diego Sevillano y Mauro Obolo.

Entrenador: Omar Asad.

Goles: en el primer tiempo, 18m Obolo (G). Segundo tiempo: 24m Gigliotti (C). Cambios: en el segundo tiempo, al inicio Gabriel Graciani por Prediger y Carlos Martín Luque por Mugni (C); 17m Sergio Sánchez por Ramírez (G); 26m Washington Camacho por Insúa (GC); 29m Jorge Córdoba por Sevillano (G); 34m Rubén Ramírez por Curuchet (C).

Árbitro: Fernando Echenique.

Cancha: Colón.

4

Amarillas

Los jugadores Adrián Bastía, Sebastián Prediger, Gerardo Alcoba y Maximiliano Caire son los profesionales sabaleros que están “colgados” con las amarillas. Anoche, por error, la TV informó que Maxi Caire había llegado a la quinta amarilla y que no podía jugar contra Quilmes el domingo.

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¿Ésta fue gol? NO

¿Ésta fue gol? SÍ

Cabezazo de Gigliotti, Ya Colón atacaba con tres puntas y los volantes presionaban bien arriba. El lateral izquierdo era todo de Colón: Urribarri, Gómez y Luque. Hasta que Ricky pensó, hizo la pausa, levantó la mirada y se la puso como con la mano en la cabeza a Gigliotti. Todo lo otro, lo hizo el ex San Lorenzo. Foto: Flavio Raina

Tiro libre de Ricky Gómez, En ese primer tiempo, Ibáñez tapó algunas y Colón despilfarró otras casi abajo del arco. Éste es un tiro libre de Ricky Gómez, de zurda, que pasa a todos, con un arquero descolocado y el balón que besará el caño para salir. Increíble. Foto: