motochorros
Violento asalto en una mueblería
Actuaron dos malvivientes furiosos. A punta de pistola redujeron a seis personas. Se llevaron dinero y numerosos objetos de valor.
Danilo Chiapello
Violentos y nerviosos.
Así se mostraron dos delincuentes que ayer al mediodía asaltaron la mueblería El Martillo Loco.
Faltaban pocos minutos para el cierre comercial cuando dos sujetos, que se movilizaban en moto, estacionaron frente al local ubicado en la esquina de Aristóbulo del Valle y Regis Martínez.
Acto seguido irrumpieron en el comercio con toda decisión. El primero en sufrir la embestida fue uno de los empleados al que sorprendieron acomodando las mercaderías.
De un momento a otro el joven se encontró con el cañón de un arma apuntándole a su cabeza. “Quedate quieto y ni se te ocurra mirarme a la cara”, fue la advertencia del rufián.
En simultáneo el otro malviviente repetía similar faena con los dueños del negocio (un hombre y una mujer) a quienes encontró atendiendo un matrimonio que venía a comprar procedente del interior.
A punta de pistola y bajo amenazas de muerte las cuatro personas fueron reducidas, junto al empleado, y conducidas hasta una dependencia alejada del salón del ventas.
Demasiada mala fortuna tuvo un hombre, el que ingresó al local en el instante en que se estaba consumando el atraco. Fue la víctima número seis que agregaron al grupo que ya estaba encerrado en una de las oficinas.
De los delincuentes se supo que eran dos hombres de entre 30 a 35 años. Ambos portaban sendas armas de grueso calibre.
Actuaron a cara descubierta y el dato no es menor, por cuanto a todo momento reiteraban a sus víctimas la orden de no mirarlos a la cara.
Sin una muestra de piedad los cacos sustrajeron el dinero de cada una de sus víctimas. También sus teléfonos celulares y hasta algunas prendas de vestir (camperas). Dueños y clientes fueron despojados de una gruesa suma de dinero, según trascendió.
La decisión de llevarse todo estaba más que clara porque no se salvó ni una mochila escolar que estaba en el negocio.
Ya con el objetivo consumado los ladrones regresaron con sus víctimas y las obligaron a encerrarse en un pequeño baño.
Minutos después el sonido cada vez más lejano de una moto anunciaba que los ladrones, una vez más, se habían salido con la suya.
Aristóbulo del Valle y Regis Martínez. La policía acudió en gran número hasta el lugar del hecho y comenzó los trabajos de búsqueda. Foto: Danilo Chiapello
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