Una visita ilustre en Rafaela

Oreste Berta y una charla inolvidable

El Mago del diseño y la innovación estuvo en su ciudad natal en el marco de los festejos por los 131 años de su formación, y brindó una cautivante y emotiva exposición en la que recorrió las diferentes etapas de su vida ante un auditorio que lo siguió apasionadamente.

Oreste Berta y una charla inolvidable

Panel. Con la figura estelar de Oreste Berta estuvieron directivos del Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la Región con la colaboración de la Municipalidad de Rafaela, Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), el Instituto Tecnológico Rafaela (Itec) y Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

Foto: Agencia Rafaela

Juan Carlos Scalzo

Agencia Rafaela

Durante más dos horas, Oreste Berta le contó a los cientos de asistentes que llegaron al Cine Belgrano sobre su niñez y adolescencia en Rafaela, la amistad con Fangio, su obsesión por los motores y su incansable espíritu por la búsqueda de conocimientos que lo llevaron al reconocimiento nacional e internacionalmente por sus logros en el automovilismo de competición, y las enseñanzas que le dejó la vida, las que fueron mechadas por grandes anécdotas.

Oreste Francisco Santiago Berta, nacido hace 74 años en Rafaela y convertido luego en el legendario “Mago de Alta Gracia”, lugar donde radicó sus talleres y se transformó en un genio de la ingeniería que nunca recibió el diploma de la Universidad, pero se hizo a sí mismo hasta convertirse en una referencia obligada para los preparadores de motores, autos y motos de competición del mundo entero.

Con su estilo sereno y humilde, contó acerca de su niñez y adolescencia en la ciudad, donde conoció la pasión de su vida: el amor por los fierros y evocó con visible emoción a quienes le dejaron enriquecedoras enseñanzas en aquellos años.

En un claro mensaje a la juventud que ocupaba, en gran número las gradas de la sala, apuntó: “siempre supe lo que quise ser y ese es un mensaje también para los jóvenes: saber lo que uno quiere”. “No se tendrán que conformar con alcanzar las metas con lo justo y necesario, sino realizar el máximo esfuerzo para superar los objetivos; tienen que saber que antes de llegar al éxito, deberán superar algunos fracasos y por sobre todas las cosas, deben ser sinceros a la hora de reconocer sus errores, porque es la única manera de corregirlos para no reiterarlos en el futuro”, les aconsejó.

Quizás por eso no ocultó su frustrado intento en la Universidad por recibirse de Ingeniero al que definió como “uno de los mayores fracasos de mi vida”. Primero, en Universidad Nacional de Rosario, de la que se alejó “por cuestiones políticas”, luego se anotó en la Universidad Nacional de Córdoba, “pero algunas cosas no me terminaban de cerrar, hasta que un día abandoné la carrera”, señaló.

“Cuando vine a Rafaela continuó-, y se lo comenté a papá, insistió para que reanudara los estudios pero no hubo caso. Finalmente, entendió que lo mío no era un capricho, sino una realidad y ahí comencé a trabajar. Primero acá y después en San Francisco, ya con una familia que empezaba a constituirse, con mi esposa y mi primera hija por venir y poco después, con solo 22 años, llegó la etapa que me marcó muy fuerte y que me permitió crecer en mi actividad: con la oportunidad de viajar a Estados Unidos a trabajar en la empresa automotriz Kaiser”.

“En esa terminal me desempeñé en todas las áreas imaginables, rescatando de cada una de esas secciones nuevos conocimientos, que después terminé aplicando en la ingeniería de competición”.

Fangio y Ferrari

“Veía en mí las virtudes que quería en su hijo, quizás porque tenía tan mala relación con su propio hijo y a mí me adoptó como si fuera un padre”, sostuvo Oreste para luego relatar la imperdible anécdota en la que hizo amigar nuevamente, al Chueco con Don Enzo Ferrari. “Yo quería conocer Ferrari y Fangio era el que me abría todas las puertas. ‘Juan, quiero conocer Ferrari', le dije un día. “Yo te llevo hasta la puerta, porque con ‘el Viejo' (así lo llamaba Fangio a Enzo) no me hablo y no quiero saber nada'. Así fue: llegamos a Maranello y Juan me dejó en el café Il Cavallino, enfrente de la fábrica. Adentro me guiaron unos ingenieros hasta que apareció Don Enzo. ‘y éste quién es”, preguntó Ferrari. ‘Es un argentino amigo de Fangio', le dijo uno de los anfitriones. ‘Y Fangio cómo anda', preguntó don Enzo. ‘Mire, la verdad es que está en Il Cavallino, ahí enfrente. ¿Usted no cruzaría para hablar con él, que no quiere venir?', le dije. Ferrari cruzó y se reconcilió con Fangio”, recordó.

“Huésped de Honor”

Berta fue invitado por el Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la Región con la colaboración de la Municipalidad de Rafaela, Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), el Instituto Tecnológico Rafaela (Itec) y Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

Al finalizar la charla, el “Mago de Alta Gracia” recibió el diploma que lo declaró “Huésped de Honor” de la ciudad, entregado por el mismo intendente Luis Castellano y distintos presentes del Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la Región, el Club Atlético y la Municipalidad.


Oreste Berta y una charla inolvidable

Concurrencia. Gente de distintas profesiones se dieron cita para escuchar la charla de Oreste Berta.

Foto: Agencia Rafaela

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Oreste Berta y una charla inolvidable

A Ponce de León lo tomamos desde el principio, le enseñamos mucho y al lado nuestro fue muy lejos y a lo mejor en otros equipos ahora no se destaque porque no lo entienden como lo hicimos nosotros. En definitiva, no se los puede comparar”.

Oreste Berta

Diseñador y preaparador de autos de competición

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Palabras que van y vienen

Ante distintas consultas periodísticas, Oreste Berta dejó su impronta.

—¿Cómo ve las competencias actuales en la que el espectáculo que está por sobre lo deportivo?

—El automovilismo es un deporte sobre el que gira una cantidad de dinero muy importante y para que pueda mover todo este dinero tiene que haber espectáculo. Entonces cada una de las categorías busca dar ese espectáculo, pero, evidentemente, la manera como se lo hace no es algo que vaya a satisfacer a quien tiene un equipo y sabe que es mejor que el otro. Al que es mejor le sacan algo para que el otro sea competitivo y por eso se hacen todo este tipo de cosas que vemos con esas largadas raras, penalizaciones con kilos o con puestos de largada... No es más como las carreras que uno iba a ver antes en donde el mejor ganaba.

—¿Esto no atenta contra el espectáculo y con lo que la gente va a ver?

—No sé si lo afecta o no porque no soy un especialista en esto ni es la parte que yo miro. Lo que sí veo es que de esta manera se logran espectáculos donde más pilotos están peleando una carrera en lugar de que el mejor salga adelante y se vaya, entonces el mejor auto y el mejor corredor no siempre ganan una carrera. Es un poco diferente en el tema del motociclismo porque en las carreras las diferencias entre los pilotos es más notable y el sobrepaso es muchísimo más fácil que con los automóviles

Desde el punto de vista de haber tenido un equipo de carrera que siempre trató de ser el mejor y de ganarle a los demás yo sé que, a veces, uno arruina el espectáculo pero el organizador tiene que lograr que el espectáculo siga siendo espectáculo. Si un piloto tiene la mala suerte de caer en un equipo que no lo entienda no va a funcionar bien.

En el recorrido no faltaron anécdotas que lo llenaron de orgullo como cuando Colin Chapman, creador de la famosa Lotus, le hizo saber, a través de un periodista amigo de Carlos Reutemann, que “tenía mucho interés en tener una reunión conmigo: ¿se imaginan?, era para tomarlo un poco en broma y un poco en serio”, apuntó.

Por entonces, Berta incursionaba en el mundo de la computación, que aún ni asomaba en la mecánica, y había realizado cálculos de avanzada sobre el sistema de suspensión de los autos, pero Chapman —“todo un investigador”—, se había enterado de un trabajo desarrollado por el diseñador rafaelino. “Me pidió que le explicara sus beneficios y como le resultó muy interesante lo llamó a su ingeniero jefe para que se lo cuente, un tal Ralph Bellamy (creador de varias generaciones de autos campeones en la F1), ¿lo conocen?”.

También recordó con satisfacción la fecunda relación entablada con Ford en Estados Unidos, para la que realizó muchos trabajos y “nunca le cobré un peso, pero llegué a tener la llave magnética para ingresar al Departamento de Ingeniería de la compañía en Estados Unidos, aunque no hubiera nadie adentro, y en la que se guardaban proyectos con varios años de avanzada”.

En el final, un cerrado aplauso y con los asistentes de pie, fue el saludo que los rafaelinos con reconocimiento y admiración le tributaron al “Mago” nacido en la ciudad y proyectado al mundo por su formidable pasión por la mecánica.

“¿Chapman tenía mucho interés...?”

Oreste Berta y una charla inolvidable

El “Nene” García Veiga fue el piloto más rápido con el que yo he tratado. Guillermo Maldonado fue también un piloto muy rápido, muy vivo para correr y poner a punto el auto”.

O. Berta

Diseñador y preparador de autos de competición

Oreste Berta y una charla inolvidable

Didáctico. Con su proverbial amabilidad, Berta dejó conceptos muy enriquecedores para todos los presentes. Foto: Agencia Rafaela

Oreste Berta y una charla inolvidable

Tuve pilotos que se destacaron por diferentes cosas. Di Palma era un tremendo trabajador, conocedor del auto y súper aguerrido. Era mejor corredor de la carrera que de clasificación”.

Oreste Berta

Diseñador y preparador de autos de competición