El 29 y 30 de noviembre
El 29 y 30 de noviembre
Una explosión de los sentidos

Fuerzabruta, la exitosa compañía de “teatro de impacto” reconocida en todo el mundo, cerrará su gira nacional en la Estación Belgrano, con cuatro funciones en dos días, para que el público local pueda disfrutar de su propuesta. Martín Buzzo, su actor más emblemático, abordó los “colores” y las imágenes que se desplegarán ante los ojos y los cuerpos santafesinos.
Ignacio Andrés Amarillo
La exitosa compañía teatral argentina Fuerzabruta llega con mucho entusiasmo por primera vez a Santa Fe como parte de una gira por el interior del país, donde llega luego ser aplaudida alrededor del mundo. El espectáculo creado por Diqui James (uno de los dos cerebros de De La Guarda) junto a Gaby Kerpel (compositor musical de De La Guarda) se presentará el jueves 29 (a las 20 y a las 22) y el viernes 30 (a las 21 y a las 23) en la Estación Belgrano (bulevar Gálvez 1150).
Para promocionar el espectáculo, se allegó hasta Santa Fe Martín Buzzo, actor referente de la compañía (reconocido por una conocida publicidad de una marca de ibuprofeno), quien conversó con los medios locales para tratar de definir en palabras la poderosa carga simbólica y sensorial de un show diferente.
En rodeo propio
Así, el artista comentó: “Vamos a terminar con Santa Fe una gira que estamos haciendo por la Argentina, muy añorada: para nosotros en Fuerzabruta es muy importante poder ‘yirar’ por el país. A veces nos es muy difícil, por distintas circunstancias. Lo pudimos hacer: arrancamos en Neuquén, de ahí hicimos Mendoza, vamos a hacer Mar del Plata y de ahí venimos para acá. Ya después tenemos que volver a viajar para afuera, nos vamos a Londres por segunda vez.
“Acá vamos a traer el espectáculo con el que estamos girando en Europa, el mismo que tenemos hace cinco años en Nueva York constante, con la estructura ‘clásica’ de Fuerzabruta, con las escenas troncales. Muchas ganas de estar acá, porque somos una compañía argentina, actores argentinos,director argentino. Es un espectáculo que tiene nuestra idiosincrasia, nuestro folclore; necesita del público, no se puede hacer sin él, y nosotros creamos con el público argentino”.
Sobre el espectáculo, contó: “Tardamos dos años en crearlo, estrenamos a mediados de 2005, después una vez que empezamos a girar nos tomó un año y monedas poder ensamblarlo y terminarlo del todo, y en eso tiene mucho que ver él público.
“Es el mejor público del mundo, lo dicen todos los artistas que vienen a la Argentina (nosotros somos de acá, lo sabemos). Sabemos que es una estética difícil de explicar y de transmitir: siempre le pregunto a la gente, que me ayude a ‘explicar’ para que otros se animen (bueno, el Bicentenario nos ayudó un poco, pudimos llegar al argentino para que conociera de qué se trata esto)”.
Teatro de impacto
Puesto a dar definiciones, narró: “Es un teatro de impacto, un teatro físico: dejamos la palabra como el último escalón o la última herramienta para poder mostrar los distintos colores o energías que queremos trabajar. Trabajamos en el espacio, no vamos a usar todo el espacio de la Estación (risas), vamos a agarrar un espacio más reducido, un espectáculo únicamente para mil personas, van a ser cuatro funciones así que supongo que las vamos a llenar bastante rápido.
“Hacemos una ‘caja negra’, la llamamos nosotros, metemos a los mil espectadores ahí adentro, y empezamos a ‘atacar’ el espacio (en el buen sentido) por todos lados. No hay un escenario: el espectador está con nosotros, construyendo la obra a cada minuto. Hay escenarios muy grandes, una escena que es un hombre que corre y camina; después hay escenas de baile, con distintos escenarios entran por distintos lugares; estamos en el piso también con la gente, también hay un escenario que baja del techo.
“Y en eso tiene que ver mucho esto de hablar de teatro de impacto, o teatro sensorial. Tratamos de movilizar al público a través de lo físico y no de la cabeza. Es un espectáculo que dura una hora quince, donde tratamos de mantenerlo a una velocidad bastante alta, para que el espectador no piense: tratamos de llevar al teatro de vuelta a un lugar festivo, y que se entienda o que se perciba a través del cuerpo y no de la cabeza.
“No hay ningún ‘cuentito’, no queremos contar nada, lo que van a ver es lo que pasa y no estamos haciendo alusión a otra cosa: si ven dos chicas corriendo por las paredes son dos chicas corriendo por las paredes, y el impacto que les van a producir; o dos chicas bailando, o dos chicas nadando, un hombre atravesando una pared.
“Fuerzabruta no cuenta nada, lo muestra, y creo que la fuerza de Fuerzabruta está en eso: nosotros disfrutamos mucho haciendo lo que hacemos, lo mostramos y eso es lo que atraviesa el cuerpo del espectador, o lo moviliza.
“Después cuando termine la obra podrán sacar todas las conclusiones, tratamos que cada uno con la historia que tiene, con las circunstancias que han tenido a lo largo de sus años, su vida, o los problemas cotidianos, los puedan ver reflejados y eso lo va a ayudar a armar su ‘cuentito’. Pero para nosotros Fuerzabruta es algo físico, que atraviesa y lleva al espectador por un caminito sensorial y no racional”.
Show mutante
—Diqui dijo en una visita a la ciudad que el espectáculo tiene como una plataforma sobre la que se va modificando. ¿Qué cambió de 2005 a esta fecha?
—Es un director extremadamente inquieto, y eso para nosotros es invalorable. Pasó como contaba terminamos de “cocinarlo” dentro de nuestros galpones, y después había que sacarlo al público, con el público se termina de cerrar; eso tardó un año y medio.
Cuando Fuerzabruta se empieza a crear, y la manera que tiene él de crear el espectáculo no es que se sienta en una mesa y arma un libreto o un cuentito y dice “chicos, lo que quiero armar es esto, el nombre es Fuerzabruta y esto es lo que tenemos que hacer”. No tiene ni idea. Es más una imagen, o una sensación, o un impulso, y a eso hay que darle forma.
Cuando vos tenés distintas imágenes, distintas energías que querés trabajar, distintos impulsos, no sabés si todos te llevan al mismo lugar, o si todos los impulsos hacen de eso un espectáculo. Entonces una vez que armaste o le diste forma física a cada uno de esos impulsos tenés distintas escenas. Después ves cómo esas escenas arman un espectáculo. Para eso es importantísimo el público, y son importantísimos muchos años.
¿En qué va cambiando? En terminar de entender bien él (James) dónde lo llevaba ese impulso, y como todos esos impulsos se fueron fundiendo uno con el otro para armar lo que es Fuerzabruta ahora.
Cuerpo y mente
—Hablabas esa vez del despliegue físico que les requiere, y de cómo se retroalimentan las formaciones de cada uno (de la danza, de otras disciplinas) para el producto final.
—Es verdad que necesitamos un despliegue físico importante, y un gran desgaste físico, es verdad que es teatro físico. Pero porque es teatro necesita un peso dramático muy importante. Son estructuras grandes pero no son estructuras adornadas; los vestuarios no son grandes vestuarios; los escenarios son clásicos, van a ver las luces, el sonido y a nosotros.
Todo eso, si no tiene un peso dramático muy importante se cae. No somos una compañía rusa que va a dar vueltas en el aire, o chinos que saltan unos arriba de otros. Eso por ahí te impresiona y se sostiene como algo físico. Entonces primero tenemos que ser actores; después sí cada uno por lo inquietos que somos buscamos entrenar este instrumento artístico que es nuestro cuerpo, desde distintos lugares: algunos desde la danza, otros desde el circo, otros de la acrobacia, del fútbol (risas). Y vuelvo a la grandeza de este director: en el momento de empezar a crear cada escena él te invita, te muestra el color de a dónde quiere ir y vos empezás a sacar de tu cocina todas las herramientas que tenés.
—Cómo se preparan para afrontar este tipo de giras, desde lo físico y lo mental?
—Sí, más mental que físico. Estoy hace bastantes años en Fuerzabruta, y tengo la posibilidad hace varios de “castear” a compañías y de entrenarlos después (hay tres compañías dando vueltas por el mundo). Primero tienen que ser actores, después tienen que ser una cosa parecida a un loco lindo: somos muy inquietos.
Cualquier actor de Fuerzabruta termina de hacer funciones y a la semana si no está haciendo nada va a empezar a volver loca a la familia, va a estar caminado por las paredes, trepándose a un árbol o yendo a una clase de algo. Entonces hay más una inquietud nuestra que una necesidad de entrenarnos.
Hay que ocuparse más mentalmente. Estamos haciendo muchas funciones en pocas semanas: tres por día, 14 semanales. Eso para el desgaste físico es muchísimo. Pero tiene más que ver con la cabeza, y de cuidar el cuerpo desde la alimentación, el cuidado, el descanso, de tomar mucha agua.
Son muchas horas de estar haciendo el show, de estar bien físicamente, y lo primero que empieza a flaquear es el ánimo, porque el cansancio físico también va a lo mental. Creo que la compañía con la que estamos haciendo esta gira es la más fuerte, está muy unida y haciendo un gran trabajo. El artista siempre tiene miedo cinco minutos antes de salir al escenario, pero venimos con muchas expectativas porque disfrutamos mucho de este público.
Despliegue técnico
—¿Cuánta gente va a trabajar en este espectáculo? ¿Cuánto lleva armar la “caja negra”?
—Bastantes días, son más de diez camiones de estructura para armar el show; entre armado y desarme, 50 ó 60 personas. Durante las funciones el número más chico es el de actores, diez o 12; la crew que viaja con nosotros son unos 25, más gente que siempre agarrás del lugar, unas 30 personas más. O sea que tenés 60 personas trabajando seguro para una sola función.
La cocina la abrís en cada función: ves a los diez actores pero estás viendo a los 25 técnicos trabajar: la pared que se atraviesa la están trayendo dos técnicos, la reciben dos, tenés cinco andinistas, está todo ahí.
No es que vas a llegar y vas a ver en la marquesina la primera figura. No hay figuras, todos hacen todas las funciones y todo dentro de las funciones: si una de las chicas estuvo adentro de la pileta en la primera función después va a estar en la pared; si un hombre estuvo bailando en la segunda va a estar corriendo. Y el actor es tan importante como el técnico, como la luz, el sonido y el técnico local que agarramos. Es un equilibrio entre todos los elementos, y el espectador es un elemento más.
En la calle
—Fuerzabruta tiene la particularidad de llevar el teatro “fuera del teatro”. La fiesta del Bicentenario fue como un sueño cumplido...
—Para Diqui fue tocar el cielo con las manos (para nosotros también), para él como creador y director poder llevar su arte a la calle y a la Argentina: para nosotros era añorado, porque en 2005 y 2006 llegábamos a un sector extremadamente reducido, y en el mundo éramos muy reconocidos y muy bien criticados; pero uno llegaba a casa y pocos sabían lo que estaba haciendo.
Tenés ganas de saber qué le pasa al argentino, y el Bicentenario nos dio todo eso. Y él estuvo corriendo a la gente, adelante de cada escena, porque algo que tenía que pasar en una hora pasó en cinco: fue una locura. No sé qué sigue después de eso.

Interacción: la actriz establece contacto con el espectador, a través del agua y el vidrio: el público se vuelve uno con el espectáculo.

¿En el aire o en el agua? Escenarios aéreos con despliegue acuático son parte de la estructura.

A través de todo: Martín Buzzo como el hombre que corre y atraviesa todos los obstáculos, una de las escenas troncales del show.
En el aire: más allá de utilizar algunas técnicas acrobáticas, hace falta talento actoral para dotar de carga dramática a las escenas. Fotos: Gentileza producción

Explosión sensorial: la luz, los cuerpos de los actores, la estructura, el sonido y el público, los elementos que conforman la puesta de Fuerzabruta.
+ información
www.fuerzabruta.net
www.viaticket.com.ar