Al margen de la crónica

Las Galápagos bajo amenaza

Científicos de varias partes del mundo han unido esfuerzos para intentar erradicar de las Islas Galápagos a las ratas invasoras, que se disputan el hábitat con especies endémicas como tortugas gigantes y lagartijas.

El proyecto, iniciado a principios de 2011 en la pequeña Isla Rábida, de 720 hectáreas y situada en el corazón del archipiélago, continúa ahora en la vecina Pinzón, de 1.800 hectáreas.

El Parque Nacional Galápagos (PNG), que protege el frágil ecosistema del archipiélago, lleva adelante el plan para eliminar a las ratas y otras especies introducidas, que representan la mayor amenaza para las islas.

La Fundación Charles Darwin, la organización Island Conservation y la Universidad de Michigan (EE.UU.) trabajan junto al PNG en este proceso.

Las ratas ocupan el tercer lugar en la lista de especies foráneas nocivas para el ecosistema de las Galápagos, que incluye también al hombre, a los perros, los gatos, las cabras y hasta a las vacas, así como a una serie de especies vegetales como la mora.

Las ratas negras que viven en la Isla Pinzón han impedido que las tortugas gigantes que allí habitan se reproduzcan con éxito en los últimos 150 años, debido a la depredación de sus huevos y crías.

Y es que las Galápagos fueron el sitio de aprovisionamiento en el océano Pacífico ecuatorial de marineros, piratas y bucaneros que trajeron consigo otras especies como perros, cabras y ratas, entre otros.

El PNG y la Fundación Darwin han recogido en los últimos tiempos los huevos encontrados en esta isla para incubarlos de manera artificial, criar a las pequeñas tortugas en cautiverio y luego devolverlas a su hábitat natural.

Desde la primera reintegración de veinte tortugas a Pinzón en el año 1970, más de 550 tortugas juveniles han sido liberadas allí con éxito, pero la amenaza continúa.

Tras eliminar las ratas en Rábida, los científicos han ampliado el proyecto con el uso de un cebo elaborado exclusivamente en laboratorios, que no representa un riesgo para otras especies.

Los roedores también afectan a la lagartija de lava de Pinzón, cuya población ha mermado en los últimos años, debido a que las ratas destruyen las raíces del cactus Opuntia, alimento predilecto de las iguanas terrestres y de otras especies endémicas como el “pinzón de cactus”.

Para exterminar a los roedores se utilizan raticidas anticoagulantes, un veneno estudiado para evitar que afecte a las especies nativas como el gavilán de Galápagos, que en todo caso es capturado y aislado temporalmente mientras se realiza el proceso de desratización.

Para el PNG, eliminar de las islas a las ratas es extremadamente importante para la restauración de los ecosistemas de Galápagos, los cuales, pese a la presencia de especies introducidas, todavía conservan el 95 por ciento de su flora y fauna original.

El mayor reto del programa de desratización es acabar con los roedores de las islas más grandes: Isabela, Santa Cruz, San Cristóbal y Floreana.