En un partidazo, ganó la tercera final de la Liga Esperancina con Córdoba como figura

Atlético Franck es el campeón

Parecía que el circunstancial 1-1 ya comenzaba a sellarse, dentro de un ida y vuelta apasionante. Pero Atlético Franck tiene en su plantel a Córdoba, quien sobre casi 30 del complemento, liquidó el pleito. Hubo vuelta olímpica y caravana.

Juan Carlos Haberkon

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Esperanza (Enviado Especial)

Cuando se reúnen coraje, voluntad, ambición, valentía, audacia, orgullo, franqueza, esfuerzo, decisión y afecto más lealtad por el juego, el fútbol encuentra su máxima expresión: la vuelta olímpica. Ese es el espectáculo más maravilloso del mundo. Esa clase de partido ofrecieron Atlético Franck y Sarmiento de Humboldt en la tercera final de la Liga Esperancina. Con un cierre impresionante, emocionante. Muy emocionante. Capaz de superar cualquier tipo de objeciones. Hubo química adentro, hubo tensión adentro. Y hubo reconocimiento afuera. Por encima de la explosiva alegría y de las profundas tristezas.

Ayer, Atlético Franck salió a prepotearlo a Sarmiento, apenas entró a rodar la pelota. Y Sarmiento no se redujo a ser equipo sparring. Pero prevalecía Enrique en el manejo del medio. Y acompañaba Michlig, que aportó gran presencia física. Iba Atlético Franck, devolvía Sarmiento. Pero amenazaba más el equipo de Soria. Porque arriesgaba en todos los sectores. Y ahí, apareció el goleador del equipo de Franck que con su cabeza puso arriba el marcador: centro desde la esquina y dos cabezazos en el área terminaron en el primer tanto de “Chiqui” Córdoba. Ganaba Atlético Franck y estaba bien.

Cuando Atlético se adueñó del juego y las acciones, Córdoba se perdió el segundo y después el tercero. De vuelta y tratándose de recuperar, el equipo de Burtovoy avanzó contra el arco de Guindón y con Gozzarelli consiguió un penal que marcó, con acierto, Sergio Pezzotta, de buena labor. El mismo Gozzarelli cambió por gol en una ejecución magnífica.

Los minutos finales de la primera mitad sirvieron para mostrar que ambos equipos querían más, mucho más. Pezzotta descontó con un par de minutos y en ellos nada hizo cambiar la igualdad.

En la parte final

Adentro Fabro en Atlético Franck y adentró Pini en Sarmiento. Movimientos de un lado y movimientos del otro. Los de Soria aparecían como más enteros pero los de Burtovoy no renunciaban a la búsqueda. Nadie hacía presagiar un desenlace. Claro, en Atlético Franck jugaba Córdoba, el “Chiqui”, el hombre gol de la Liga Esperancina. De un error de la defensa de Sarmiento nació el golazo del “9” de Atlético Franck y ése fue el envión definitivo para pasar de partido a partidazo. No quedamos en la observación fría, por la cantidad de pases errados o la falta de conocimientos simples que entregaron algunos protagonistas. Pero rescatamos todo lo otro. Los riesgos asumidos, el temperamento, la actitud, las ganas. Eso, las ganas de ganar.

Conmovía Atlético, porque se notaba que Córdoba ya se agotaba pero igual encaraba. Más que el resto que transpiraba y transpiraba. Y Sarmiento, con muchos errores, le hacía un guiño grande a su dignidad. Quería tocar pero no lo dejaban, quería ganar pero estaba lejos del gol. Quería pero ya no podía.

Pezzotta agregó siete minutos más y ya no había más fuerzas. Se fueron expulsados Reinheimer de Franck y Gozzarelli de Sarmiento. Hubo más espacios, pero todo se encaminaba a un final que ya se estaba anunciando. Los errores invadieron las defensas pero los delanteros ya no respondían como antes.

Los minutos finales alcanzaron para que todos aplaudan al campeón. Después de 9 años Atlético Franck volvió a quedarse con el título de la Liga Esperancina y Córdoba, su figura, se lució como es sus mejores años de futbolista.

La vuelta soñada. Atlético Franck se dio el gran gusto: venció a Sarmiento y se consagró campeón de la Esperancina.

Foto: Corresponsalía Esperanza