al margen de la crónica

Recuerdos de un tsunami

Las playas de Tailandia bullen de gente en el octavo aniversario del tsunami que causó 8.000 muertos, sólo en esta margen de océano Indico.

Cuando en la mañana del 26 diciembre de 2004 bajo la marea de manera rápida y sorprendente, muy pocos supieron en ese momento que una ola gigantesca causada por un seísmo de 9 grados en la escala abierta de Richter se acercaba a gran velocidad a los puertos pesqueros, playas e islas de seis provincias del litoral tailandés.

Las autoridades de Tailandia no avisaron de aquel tsunami que con su poder de destrucción, pulverizó los complejos hoteleros y otros edificios de las islas Phi Phi, de la larga playa de Kao Lak en la provincia de Phan Nga, y del balneario de Patong, el más concurrido de Phuket, uno de los principales destinos turísticos del país.

Tampoco se llevó a cabo una evacuación que habría salvado muchas de aquellas 5.400 vidas, evitado que de otras 2.817 personas no se sepa nada desde entonces y que casi 1.500 niños perdieran a su padre o madre o quedaran huérfanos.

Ocho años después de que aquellas monstruosas olas causaran cerca de 230.000 muertos en una quincena de países del océano Indico, la mayor parte en la zona norte de la isla indonesia de Sumatra en la que perecieron unas 170.000 personas, los expertos mantienen que la prevención es la única defensa contra la ferocidad de un tsunami.

Tailandia, uno de los principales países asiáticos receptores del turismo, asegura hoy que dispone de una alerta capaz de evitar por medio de la evacuación la repetición de un desastre similar en las provincias bañadas por las aguas del Mar de Andaman.

“En dos minutos podemos ahora calcular la velocidad del tsunami y el tiempo exacto que tardará en alcanzar la costa. Después podemos dar la alarma de inmediato”, afirma Song Ekmahachai, director del Centro Nacional de Alertas de Desastre y Divulgación.

Según el responsable de este centro, ante un eventual tsunami en 15 minutos los canales de televisión, emisoras de radio y agencias de noticias estarán en disposición de informar del mensaje a la población del país tras ser enviado vía satélite a las torres de alerta montadas a lo largo del litoral y en las islas.

El centro, creado este a raíz del desastre, tiene instaladas un total de 138 torretas de alerta y dispone de tres sofisticadas boyas con sensores para detectar un tsunami, una cerca de la costa y otras dos en el golfo de Marhahan, que comparte con Birmania.

Song explicó que cuando la boya transmite datos sobre una ola de un tamaño mayor del normal, el centro corrobora en “dos minutos” la información recibida, incluida la dirección y el tiempo que tardará en alcanzar tierra firme, con el Servicio Geológico de Estados Unidos y la Organización Mundial de Meteorología.

Por su parte, Smith Dharmasaroja, meteorólogo y ex funcionario que en 1998 advirtió sin éxito al gobierno de que existía el riesgo de que un gran tsunami causara miles de muertos y no fue tomado en serio, denunció este año el estado del sistema nacional de alerta.