Artes visuales

Desde “Transitando el vacío” a “Dibujos”

Domingo Sahda

Desde días atrás se exponen en la ciudad de Santa Fe muestras de pinturas y dibujos de artistas plásticos santafesinos cuya constante actividad dentro del marco de estas disciplinas admite la posibilidad de reconocerlos y caracterizarlos. Nos estamos refiriendo puntualmente a Ricardo Calanchini, quien exhibe, en el Museo Municipal de Artes Visuales Sor Josefa Díaz y Clucellas, peatonal San Martín 2068, una colección de trabajos que reúne con el título de “Transitando el vacío”, en tanto que Stella Brieva expone una colección de Dibujos-color en AG/Arte, Bv. Gálvez 1616, muestra a la que denomina, precisamente como: “Dibujos”.

Ricardo Calanchini, consecuente con su profesión de artista visual exhibe, en acuerdo a la advertencia explicitada en los muros de la sala de exposiciones, un conjunto de obras agrupadas, según su determinación, como síntesis de cierre de un ciclo expresivo personal.

Se trata en todos los casos de pinturas y diseños de tamaño medio-mayor en los cuales la idea subyacente, en mayor o menor medida, gira en torno de la espectacularidad de la imagen, que intenta operar por directo impacto visual sobre el ocasional espectador. Esta presencia sobresaltada, no sólo por la dimensiones sino por el golpe de efecto otorgado por directos contrastes formales-cromáticos y por elaboradas texturas visuales, orienta hacia la idea conceptual de vacío como estridencia agresiva vaciada de sentido reflexivo esencial. La idea subyacente en esta elección es la del golpe de efecto, la espectacularidad de la imagen, ora abstracta, ora figurativa en desmedro de la profundización conceptual que presupone el enunciado de la muestra en su conjunto. Se trata del esmerado oficio de quien manifiesta, a primer impacto, una cierta idea del vacío existencial configurado por el violento y un tanto previsible manejo de los contrastes cromáticos y las impactantes texturas de superficie subrayadas por excesivos brillos que refractan la luz. Las formas de construcción plástica simple, evidentes en las pinturas contrastan con las construcciones de los diseños cuasi geometrizados. Subyace la idea de “mostrar” antes que la idea de “interpretar” un sentimiento en las obras a la vista. Ciertas constantes morfológicas aparecen como abocetadas presunciones formales (“las nubes”) antes que logradas resoluciones plásticas.

Calanchini sortea, como un prestidigitador, los equívocos visuales apelando a la presteza de un oficio técnico que sin dudas es el mejor recurso con el que cuenta. Importa más el apabullante “cómo decir” antes que el inquietante “qué decir”. Su destacado oficio plástico apunta al impacto, a una cierta desmesura colindante con el sinsentido del vacío al que presuntamente alude; a la idea de transitar en superficie antes que ahondar en el meollo del conflicto existencial al que supone convocar con sus esplendentes trabajos.

El doble retrato que oficia de portal de ingreso a la muestra, una cierta hipótesis de confesión personal, es el trabajo de mayor compromiso subjetivo que exhibe pues en esta pieza los ojos de mirada bloqueada, que miran sin admitir que nadie ingrese a la densidad de su atenta pupila lo suponen como sujeto testigo que señala, desde su distancia incontaminada aquello que sucede y que él transfigura en imágenes supuestamente reveladoras.

“Dibujos”

La colección de trabajos que exhibe Stella Brieva en AG/Arte se sostiene por una idea expresiva de las imágenes de personas actuando en diferentes situaciones. Son cuasi retratos de acciones humanas en las cuales el dibujo deviene en recorte de forma pictórica, entrelazando el claroscuro de formal dibujo con acentos cromáticos planos de marcado contraste. El color opera en estos trabajos como señalamiento de áreas, de formas antes que registro expresivo o de carga sensorial particularizada. La línea, instancia fundante del dibujo sólo aparece como señalamiento de límites o como ocasional entretejido de texturas. Los trabajos son de impecable factura técnica. Cada cuestión está en el lugar supuestamente prefijado, bajo el atento control de su autora, quien ilustra escenas sin permitirse conflictos de resolución. La solvencia plástica es evidente. Estamos en presencia de estampas inmovilizadas donde cada cosa está en su lugar. La autora es dueña de un oficio de excelencia que emplea para señalar situaciones humanas, conflictos que se resuelven internamente sin interpelar al espectador. No hay soluciones fáciles o socorridas en esta colección a la vista. Sí por el contrario, un autocontrolado sentimiento que no se permite el desborde. Sus dibujos semejan estampas detenidas en un tiempo ajeno al cotidiano.

Brieva busca elaborar un lenguaje icónico personalizado y lo hace con sólidos recursos. De ella dependerá ampliar y profundizar su lenguaje.

La nota

Obra de Stella Brieva. Foto: Gentileza AG/Arte

La nota

Obra de Ricardo Calanchini. Foto: Archivo El Litoral