Las necesidades abundan y el progreso no llega

Las Lomas, un barrio postergado

La jurisdicción carga con dos pesos importantes: es oeste y es norte a la vez. Es un lugar donde la gente vive el día a día y las preocupaciones no son a largo plazo.

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Vida cotidiana. Al barrio no llega ninguna línea del transporte público. La tracción a sangre y los propios pies son los medios más utilizados.

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Comunidad aborigen. En Las Lomas hay una comunidad Toba conformada por unas 700 personas entre grandes y chicos. En la lucha por no desaparecer, mantienen vigente su lengua y sus costumbres.

 

/// UBICACIÓN

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Mónica Ritacca / María Víttori

Fotos: Mauricio Garín

Cámara: Juan Manuel Víttori

Chofer: Mario Ereñú

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“Me preguntaron cómo vivía, me preguntaron. Sobreviviendo dije, sobreviviendo”. Las dos primeras oraciones de la famosa canción de Víctor Heredia resumen la realidad de la gente de un barrio que tiene muchas necesidades. Allí, las principales preocupaciones no son a largo plazo. Se piensa y se vive el día a día. Se come lo que hay y cuando no hay los chicos recurren a los comedores o a las instituciones del barrio y los grandes se arreglan con un mate cocido y un pedazo de pan.

El número de gente que circula por las calles de tierra —las únicas asfaltadas son las que delimitan el barrio— evidencian que en Las Lomas no pasan muchos vehículos ni tampoco una línea de colectivo. En su mayoría se ven carros, bicicletas y alguna que otra moto. El primer medio de transporte tiene que ver con la actividad que realiza la mayoría de la gente del lugar: el cirujeo.

Los remises que se ven transportan en su mayoría a los maestros y profesores que van a dar clases o a la gente que por alguna razón laboral o social debe acercarse al barrio. Los vecinos, en cambio, caminan cuadras y cuadras para salir de su barrio y tomar una línea del colectivo. “No nos da el cuero para pagar un remís”, dicen. Sin embargo no se quejan, o quizás ya se cansaron de reclamar y escuchar promesas.

Las Lomas carga con el peso de ser un barrio del cordón oeste y, encima, del norte de la ciudad. El noroeste es la zona más postergada de la capital santafesina y se nota.

Sobre la historia de la jurisdicción no hay demasiados antecedentes. En 2006, El Litoral publicó que “el padecimiento de la voracidad del Salado no le trajo el reconocimiento catastral a este sector lejano”. De ahí que cueste identificar una intersección de calles y que haya pasajes enumerados. De todas maneras es una jurisdicción conocida. Es que allí habita una comunidad Toba conformada por aborígenes que llegaron en 1994 provenientes de Chaco y que un año después fueron trasladados al barrio bajo una promesa por tierras que hoy siguen esperando.

/// VOCES DE AFUERA


“En este barrio hay muchas familias en situación de riesgo, y por eso mi presencia aquí. Hay personas que viven en la marginalidad, en situación de pobreza, y que no tienen acceso a servicios básicos como agua potable y energía eléctrica. Puntualmente trabajo con chicos de 2 a 12 años, a quienes les propongo actividades que ayuden a su desarrollo. Elegí venir a este barrio porque sabía que acá había una dura realidad”.

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Miguel Córdoba,

practicante de la carrera Tec. Sup. en Familias en Situación de Riesgo.


“Vivo en Las Flores 2 y hace 21 años que vengo a la escuela del barrio Las Lomas. Soy una de las cocineras del comedor, así que ya me conocen todos. La gente de este barrio es muy humilde y buena. A quienes venimos de afuera nos gustaría que alguna línea de colectivo llegue hasta este sector, porque mensualmente tenemos un gasto importante en remises que nadie nos reconoce. Particularmente, gasto 32 pesos por día en transporte”.

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Norma Aletti,

cocinera de la escuela Paz, Pan y Trabajo San Martín de Porres.

Relleno sanitario

La ciudad cuenta con un relleno sanitario para el tratamiento final de los residuos que se generan. Fue inaugurado a finales de 2010 en un predio de 111 hectáreas —35 de las cuales se destinan en forma exclusiva al relleno— que está ubicado al oeste de la avenida Circunvalación, muy cerca de barrio Las Lomas. Allí, ingresan por día unas 250 toneladas de basura; a lo que se le debe sumar entre 80 y 90 toneladas de desechos de poda y barrido. Es el único basural oficial habilitado por la Municipalidad. Cuando se anunció su posible construcción, los vecinos de Las Lomas manifestaron estar en desacuerdo por los problemas ambientales que les generaría; pero los estudios realizados por especialistas negaron esa posibilidad, sobre todo por la tecnología utilizada, y le dieron visto bueno a la obra.


Necesidades paliadas

El centro de salud de barrio Las Lomas fue inaugurado en 2007 por Jorge Obeid. La obra fue fundamental por la gran la distancia con los hospitales públicos de la ciudad. Allí se brinda atención primaria de la salud. También se vacuna y controla el peso de los niños y se entregan cajas de leche y anticonceptivos. La apertura de un espacio para el desarrollo de distintas actividades que creó la Municipalidad y de dos jardines de infantes que abrió Los Sin Techo beneficiaron al barrio. Dicho movimiento también sostiene un centro de salud y un centro comunitario.

Necesidades que persisten

El ingreso de una línea del colectivo al barrio es uno de los principales reclamos de los vecinos. La 1, que transita por barrio Cabal, es la más próxima que tienen para poder llegar al centro de la ciudad. Quienes pueden económicamente optan por tomarse un remís hasta la avenida Blas Parera -o viceversa- y quienes no, deben caminar varias cuadras para llegar hasta Cabal y más de 12 para llegar a la avenida. También piden por tareas de desmalezamiento y limpieza de cunetas, y mayor atención a los problemas sociales.

Para saber

Servicios. La jurisdicción cuenta con energía eléctrica y agua potable. Algunos vecinos tienen acceso a ellos de forma regular, pero la mayoría de manera informal. De ahí que sean habituales cortes de luz y agua, sobre todo en verano. El gas natural y la red cloacal no llega. Cuentan con recolección matutina de residuos. Varias viviendas tienen acceso al servicio de televisión satelital que brinda una empresa privada.

Transporte público. No hay ninguna línea que circule por el barrio. La 1 es la que más próxima tienen, que llega hasta Cabal, el barrio vecino; de ahí el número de remises ilegales que pasan por el barrio.

Escuelas. Una sola. Es la Paz, Pan y Trabajo San Martín de Porres (primaria y secundaria). Son aulas radiales que dependen del Sindicato de Artes Gráficas de Santa Fe. El sueldo de los maestros y profesores y el comedor están a cargo del Ministerio de Educación de la provincia. También hay dos jardines de infantes, que sostiene el Movimiento Los Sin Techo.

Salud. Hay dos dispensarios. Uno lo abrió el gobierno provincial y está ubicado en la intersección de Estanislao Zeballos y Camino Viejo a Esperanza. El otro está a cargo del Movimiento Los Sin Techo.

Comisaría: No hay. El barrio corresponde a la Subcomisaría 12, emplazada en barrio Los Troncos.

Espacios verdes: No hay. Los chicos juegan en la calle o en un predio que tiene la capilla del barrio.

Capilla: Nuestra Señora del Salado, que depende de la parroquia Nuestra Señora del Tránsito.

Vecinales: Una sola. Se llama Las Lomitas y queda en la intersección de 4° pasaje y Boneo.