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los inmigrantes siguieron las tácticas de construcción defensiva de sus aldeas rusas, según la investigación realizada en los partidos bonaerenses de Olavarría, Coronel Suárez, Puán y Adolfo Alsina.

La herencia de los alemanes del Volga

Un estudio relevó el patrimonio arquitectónico que se conserva en las aldeas de los ‘Alemanes del Volga’ (familias que emigraron a nuestro país a partir de 1877) en diversas localidades de la provincia de Buenos Aires. Se pudo reconstruir la historia de sus modificaciones.

TEXTOS. DRA. IRENE MAIER, DIVULGACIÓN CIENTÍFICA DE LA COMISIÓN DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES (CIC).

 

“No todos los pueblos de la provincia de Buenos Aires están construidos con el modelo de manzanas en cuadrículas con una plaza central, o edificadas en torno de estaciones de ferrocarril. En el partido de Olavarría hay varios que tienen un trazado lineal, paralelo a una avenida central”.

Este comentario de un asistente a la conferencia sobre Urbanismo que dictaba la arquitecta y magíster Cristina Vitalone despertó su interés y la llevó a estudiar el patrimonio arquitectónico que se conserva en las aldeas de los ‘Alemanes del Volga’.

Sus fundadores eran descendientes de alemanes que emigraron a Rusia en la década de 1760, convocados por la zarina Catalina II, para colonizar tierras cercanas al río Volga. Muchas familias de este origen se trasladaron a la Argentina a partir de 1877 (amparadas por la Ley de Colonización e Inmigración dictada por el presidente Nicolás Avellaneda), y transplantaron a nuestro país las características de sus aldeas y viviendas en Rusia.

VIVIENDAS TRADICIONALES

La arquitecta Vitalone, que es investigadora de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC), dirigió el estudio sobre el patrimonio urbano y arquitectónico y las tradiciones conservados en los pueblos fundados por los alemanes del Volga en los partidos bonaerenses de Olavarría, Coronel Suárez, Puán y Adolfo Alsina.

“Ellos siguieron las tácticas de construcción defensiva de sus aldeas rusas”, explica Vitalone. “Dividieron las tierras que les asignaron en parcelas alineadas, una junto a otra, a lo largo de una ancha calle principal. Levantaron su iglesia y, cerca de ella, la escuela, los dos edificios más significativos de la comunidad. No proyectaron una plaza central principal, pero en torno a cada iglesia se dejó un amplio espacio abierto, que fue un sitio de reunión de los pobladores”.

“Las viviendas, en su mayoría de ladrillos, son originariamente bloques rectangulares, paralelos a la calle. Están cubiertas por un techo de chapa a dos aguas y -debajo de él- hay un entretecho para almacenamiento, ventilado por pequeñas aberturas en cada uno de los muros laterales. Las casas son muy similares entre sí, aunque difieren en detalles como el trabajo artesanal de las aberturas de puertas y ventanas. Algunas ventanas tienen forma de ojivas al estilo ruso”, describe la investigadora.

Al edificio inicial se iban agregando habitaciones perpendiculares a uno de los extremos. Esto da a la casa una forma de ‘L’, que enmarca dos lados de un patio interior. Las habitaciones que dan al patio tienen galerías techadas, con bordes decorados con festones de chapa o de madera tallada.

Otra característica es que estas casas no tienen puertas que den a la calle pero sí al patio interior, al que se accede desde un portón en un lateral del frente del terreno. Cruzando el patio se levantaban construcciones auxiliares, que incluían la letrina, galpones y establos. Al fondo se extendía el huerto, donde se cultivaban vegetales y árboles frutales.

CONSERVACION DEL PATRIMONIO

La investigación en las aldeas volguenses fue realizada por el Laboratorio de Entrenamiento Multidisciplinario para la Investigación Tecnológica (LEMIT), perteneciente a la CIC. Incluyó un relevamiento urbanístico y arquitectónico en ocho poblaciones y un registro fotográfico de las viviendas típicas sobrevivientes.

También se colaboró con descendientes de los inmigrantes para elaborar un “cuestionario de valoración” de cada poblado y las “hojas de vida” de las viviendas. Así, se recogieron sus memorias y reconstruyeron las historias de las casas: fechas de construcción, materiales empleados, quiénes las hicieron, familias que las habitaron, sus usos originales y actuales y qué modificaciones tuvieron a lo largo de los años.

Este ejercicio ayudó a fortalecer los lazos entre las comunidades y su legado arquitectónico y surgieron diversas iniciativas para ayudar a conservar el patrimonio original. En una primera etapa, el LEMIT ha relevado los deterioros que presentan las iglesias de Nievas y de San José y algunas casas volguenses. También hay proyectos para promover el turismo a las aldeas. Éstos incluyen la restauración de antiguas viviendas y la puesta en marcha de microemprendimientos basados en la gastronomía típica y en productos tradicionales de los inmigrantes Alemanes del Volga.

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Quiénes eran

En junio de 1762, Catalina II ‘La Grande’ (nacida en Alemania) tomó posesión del trono de Rusia. Poco después comenzó a convocar a extranjeros, en particular a los alemanes, para que colonizaran las desiertas tierras cercanas al río Volga.

Para incentivar la inmigración les otorgó una serie de privilegios, entre ellos la conservación de su religión y de su idioma, la exención del servicio militar, una organización escolar propia y la administración de sus aldeas según sus estatutos.

Muchos germanos emigraron a Rusia y se instalaron en la zona del Bajo Río Volga, conservando sus tradiciones familiares. Sin embargo, se les impedía salir de su territorio y a muy pocos se les dejó ejercer la profesión que habían estudiado. Los inmigrantes se dedicaron intensamente a las actividades del campo y las realizaron eficientemente.

Alrededor de un siglo después sus descendientes fueron perdiendo los privilegios concedidos y en la década de 1870 comenzaron a emigrar hacia América buscando mejores condiciones de vida. Uno de sus destinos fue Argentina, donde se establecieron principalmente en las provincias de Buenos Aires y de Entre Ríos.