A 25 años de la muerte de Alba Alicia Muñiz Calatayud...
A 25 años de la muerte de Alba Alicia Muñiz Calatayud...
El mayor drama de Monzón
En la madrugada del domingo 14 de febrero de 1988 comenzó a esfumarse la vida del mejor boxeador que dio el país en su historia, junto a la de su pareja, la modelo uruguaya.

Una imagen de hace 25 años, en la reconstrucción de la muerte de Alicia Muñiz. Foto: Archivo El Litoral
Tomás Rodríguez
(Especial para El Litoral)
El mayor drama en la vida de Carlos Monzón, considerado el más grande campeón mundial de boxeo de la categoría mediano ocurrió en la madrugada del domingo 14 de febrero de 1988, cuando comenzó a esfumarse su vida, junto a la de su pareja, la modelo uruguaya, Alba Alicia Muñiz Calatayud.
Recientemente, la abogada defensora Patricia Perelló se refirió al luctuoso suceso y fustigó severamente al cartonero Rafael Crisanto Báez, rectificando sus dichos de entonces al señalar que éste no había estado en el lugar del hecho, aseverando que tampoco fue testigo del crimen de José Luis Cabezas, como expresara oportunamente.
El ex pugilista perdió todo en el mismo instante que la cabeza de su mujer dio contra las baldosas del chalé de Pedro Zanni 1567 ubicado en el barrio La Florida de Mar del Plata. Fue condenado a 11 años de prisión que cumplió en las Unidades Penitenciarias de Batán, Junín y Las Flores, falleciendo trágicamente en la Ruta Provincial Nº 1 Teófilo Madrejón el domingo 8 de enero de 1995, cuando contaba 52 años y a escasos meses de recuperar su libertad.
La relación entre ambos había terminado el 12 de agosto de 1986 y desde entonces hubo muchas discusiones; algunos de estos enfrentamientos quedaron registrados en archivos policiales porque Alba Alicia denunciaba que había sido amenazada por su ex compañero. En el centro de las últimas polémicas estaba el dinero, porque existía precisamente la cuota alimentaria de Maximiliano, el hijo de ambos y cierta ayuda que brindaba Monzón a la familia Muñiz Calatayud.
Todo esto a pesar de que unos años antes el inolvidable monarca de los medianos se jactaba de su fortuna y del buen manejo que hizo del dinero que ganó con esfuerzo, sacrificio y la potencia de sus golpes. En esos momentos, aseguraba que no tenía plata para pasarle a la también peluquera y comerciante uruguaya. Empero, 13 meses después del deceso de Alba Alicia, el natural de San Javier ratificó esa situación ante la jueza Ofelia Mabel Gobbi.
Aquella noche....
En enero de 1988, Alba Alicia y Maximiliano estuvieron en la habitación 811 del hotel Rivoli de Mar del Plata; después se fueron a Punta del Este y Buenos Aires. Un mes después, Monzón y su hijo menor se instalaron en la casa que el actor Adrián “Facha” Martel había alquilado en el entonces tranquilo barrio La Florida.
Unos días más adelante invitó a la modelo oriental al chalé de Pedro Zanni 1567 e hizo una reserva en el hotel Rivoli para el domingo 14 de febrero de 1988. Se reencontraron el día anterior, comieron pollo asado que preparó Daniel Comba, un hombre dedicado al negocio inmobiliario y amigo inseparable de Martel y se fueron a dormir la siesta. Según Monzón, mantuvieron relaciones sexuales.
Por la noche, la pareja se dirigió al casino provincial y al restaurante del Club Peñarol. En esta salida estuvieron acompañados por Martel y su novia, Alejandra Lato, Comba y el animador televisivo Sergio Velasco Ferrero, natural de Rosario, residente en Mar del Plata y su esposa. A la 1.20 se juntaron en el Casino oficial y jugaron en la ruleta de paño hasta las 3.30.
El “Facha” Martel, Lato, Monzón y la modelo uruguaya se dirigieron a la sede del club milrayitas, en cambio, Comba salió antes para encontrarse con Alejandra Padrón, integrante del conjunto La Rumba Flamaenca.
A las 4.30, Monzón y Alba Alicia subieron al taxi matrícula 1219 de Andrés Tonini. Durante el viaje, según el chofer, hablaron en voz baja y por eso no pudo escuchar la conversación. Reconoció que el ex boxeador propuso continuar la velada en la discoteca Palladium y su pareja prefirió regresar a la casa de Martel, donde se habían quedado Maximiliano y Román, el hijo del actor.
Alrededor de las 5.25 arribaron a Pedro Zanni 1567, comenzando entonces un lamentable episodio que termina con la vida de la joven y atractiva mujer. Todas las versiones coincidieron en que Monzón y Muñiz Calatayud subieron a una habitación del primer piso y empezaron a discutir acaloradamente. Según el expediente labrado durante la instrucción del proceso judicial, en un momento determinado, el otrora notable deportista tomó del cuello a su ex pareja que estaba sobre una cama y ambos cayeron del balcón, unos 3,70 metros; debido a ello, la mujer murió instantáneamente, Monzón sufrió fracturas en la clavícula izquierda y la quinta costilla, lado derecho.
Lo que dijo Monzón
Durante las primeras declaraciones judiciales, Monzón dijo que Alba Alicia le tiró cachetazos, corrió por el balcón y se tiró. Asimismo, admitió que la tomó del cuello, reiterándose esto en la reconstrucción realizada el 16 de febrero de 1988: en una fotografía se observa cómo el ex boxeador mira a un policía que agarra del cuello a una mujer sobre una cama; pero luego negó ello e incluso sugirió que el magistrado Jorge García Collins lo había inducido a hacer la primera declaración. “El juez me engrupió”, aseguró durante el juicio oral.
Las primeras explicaciones judiciales de Monzón sobre la caída fueron: “Ella me tiró un atado de cigarrillos; entonces me levanté y le arroje un bife de derecha al revés. Antes de eso la había tomado del cuello, tirándola sobre la cama, le apreté fuerte el cuello con ambas manos, no se desmayó, pero quedó aturdida. Cuando Alicia me pegaba empezó a correr hacia el lado del bombeador y yo me tiré tratando de tomarla del brazo izquierdo cuando iba en el aire”.
Cuando cayeron ambos, el ex boxeador gritaba: “Alicia se cayó, Alicia se mató”, con estos gritos le pedía al casero Carlos Guazzone que le brindara ayuda; pero éste que poco antes había escuchado y presenciado la llegada de la pareja, no se despertó hasta que el ex campeón mundial de boxeo estrellara una maceta contra la puerta del garaje del chalé.
Por otra parte, la vecina Griselda Porta y su novio Darío Emanuele fueron hasta el puesto de Camineros, ubicado a pocas cuadras del lugar y convocaron a la policía. La confusa reconstrucción de estos momentos clave no pudo ser despejada ni con el careo entre Monzón y el casero. ¿Por qué los caseros no pudieron llamar una ambulancia para Alba Alicia y, en cambio, se comunicaron con Martel que seguía en el Club Peñarol? ¿Por qué Guazzaro no escuchó los gritos de Monzón, tan fuertes que despertaron a vecinos que dormían a decenas de metros?
También agregó confusión el hecho de que Monzón no llamara a Carlos (por Guazzone) sino a Daniel (evidentemente por Comba) si, como es de suponer, sabía que el amigo de Martel no había vuelto a la casa (la coartada del empresario inmobiliario es que estuvo con la Pradón toda la noche).
Para Carlos Monzón, empezaba un calvario del que siempre creyó que iba a salir airoso, inclusive cuando finalizó una entrevista exclusiva con periodistas de Clarín en 1988, fue espontáneo y optimista: “Cuando salga los invito con un whisky”; su postura contrastaba con una situación procesal cada vez más desfavorable.
El Cartonero Báez
El 1º de marzo de 1988, el cartonero Rafael Crisanto Báez hizo su estelar aparición. Se trataba de un ex boxeador, vecino del periférico barrio Caracú, vivía en calle 188 y Río Negro, fue hasta el estudio del abogado y concejal socialista Juan José Anastassia y preguntó por Rodolfo Vega Lecich, uno de los abogados de la familia Muñiz Calatayud, contó que había presenciado los para entonces publicitados sucesos del 14 de febrero en el barrio Las Flores.
En sus declaraciones ante la Policía contradijo las versiones de Monzón, asegurando que éste le había pegado a Alba Alicia y la arrastró de los cabellos ni bien bajaron del taxi; luego le aplicó “1-2” a la mujer, la tomó del cuello, la cargó “como una bolsa de papas” y la arrojó. El ciruja se había convertido en testigo de cargo.
“Odiado papá”
La disputa por Maximiliano tuvo mucha relación con el dinero y principalmente haya sido uno de los principales desencadenantes de la tragedia del 14 de febrero de 1988, hace 25 años.
Maximiliano nació en 1981, poco después de un supuesto casamiento en Miami (al cual Monzón desconocía en la época de crisis señalando que él se había casado una sola vez en la Argentina). El natural de San Javier no lo volvió a ver después del drama de Mar del Plata.
Tras la pérdida de su madre, el chico quedó bajo la custodia de sus abuelos: Alba Calatayud y Héctor Muñiz García. En 1997, la apoderada de esta familia, Dra. Alejandra Mastricardi, dijo que la protección legal tendrá vigencia hasta que Maximiliano cumpla la mayoría de edad o se emancipe.
La relación entre Monzón y Maximiliano fue buena durante mucho tiempo; hay fotos en los que se observa al otrora incomparable monarca de los medianos y Juan Carlos Lectoure, probándole guantes de boxeo al pequeño.
En la cárcel, Monzón se lamentó una y otra vez de haber sido alejado de su hijo menor, resultando conmovedora una carta adjudicada al chico y publicada en la revista Caras: “Odiado papá, no te pienso ver nunca en la vida y no te voy a mandar ni media foto mía. No te quiero...”, aseguran que escribió mientras Monzón estaba entre rejas.
Seguramente, la muerte del “odiado papá” y el paso del tiempo habrán tenido algún efecto en estos sentimientos. También, la Dra. Perelló se refirió al estado de Maximiliano señalando que merece ser recuperado de su situación actual y alejarlo definitivamente de una supuesta adicción que padecería el más pequeño de los hijos de Carlos Monzón...