“EL VENENO DEL TEATRO”

Conjuro del mal

Miguel Ángel Solá y Daniel Freire subirán a escena en el Teatro Municipal el viernes 15, para desplegar una historia intensa en la que la intriga mantiene a la platea en vilo hasta su desenlace.

La pieza, estrenada en Madrid el 30 de noviembre pasado con buena recepción de crítica y público, llega a Santa Fe tras realizar una exitosa temporada de dos meses en el Teatro Maipo porteño.

La pieza, estrenada en Madrid el 30 de noviembre pasado con buena recepción de crítica y público, llega a Santa Fe tras realizar una exitosa temporada de dos meses en el Teatro Maipo porteño.

Foto: Gentileza producción

 

De la redacción de El Litoral

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Una singular comedia dramática se convierte poco a poco en un thriller teatral que mantiene al espectador en tensión desde el comienzo hasta el final. Con Miguel Ángel Solá y Daniel Freire como únicos protagonistas, ésa es la propuesta de “El veneno del teatro” que subirá a escena el viernes 15, a las 21, en la Sala Mayor del Teatro Municipal (San Martín 2020).

La pieza, estrenada en Madrid el 30 de noviembre pasado con buena recepción de crítica y público, llega a Santa Fe tras realizar una exitosa temporada de dos meses en el Teatro Maipo porteño. “El veneno del teatro”, del valenciano Rodolf Sirera, se ofrece en una versión de José María Rodríguez Méndez dirigida por el catalán Mario Gas, ex director artístico del Teatro Español de Madrid.

Aquí Miguel Angel Solá -quien filmó en Santa Fe “¿Quién mató al Bebe Uriarte?”- interpreta a un misterioso personaje de excéntricas costumbres que invita a su magnífica residencia a Gabriel de Beaumont, un actor reconocido, para ofrecerle una obra de su autoría que trata sobre la muerte de Sócrates. Comparte el escenario con el actor argentino Daniel Freire, quien se pone en los zapatos de otro actor y pronto descubrirá que se trata de una trampa para someterlo a un cruel experimento sobre realidad, ficción y representación llevadas al extremo. Ambos personajes entablarán una relación peculiar, desplegando una historia intensa en la que la intriga mantiene a la platea en vilo hasta su desenlace.

En escena

La obra “es como un conjuro del mal y hechiza al espectador”. Así expresó en su crítica en El Litoral Roberto Schneider, quien plasmó su impresión en tinta, en días del estreno porteño de “El veneno del teatro”.

A sus ojos, “el texto va tejiendo la malla que permite apreciar el desbordante talento de Solá, con su imaginación que corre a torrentes por los rincones del escenario, con su capacidad creadora que no sabe de un solo desmayo, transformada en una celebración. Y con la solidez de Freire a su lado, ambos deslumbrando con una magia interior que crepita largamente y que se exterioriza en un juego de luces secretas y atroces y también fulgurantes”.

“Si estar en el mundo sin poder dar testimonio de él, o si ese testimonio es el de las llagas abiertas por la incomprensión, la maldad de los demás o su dureza es síntoma de locura, con su interpretación Miguel Angel Solá la experimenta, marcada a fuego sobre su carne y sobre su sangre, sobre su desesperanza, su tortura, su desvelo -indicó Schneider-. Daniel Freire es el perfecto contrincante. Su torturado personaje, ese actor convidado a representar la muerte, advierte que ni el amor prevalece en esa habitación clausurada para el tiempo. La invitación a tomar un licor, que es en realidad la plata fundida y líquida de los siniestros recuerdos y de las contradicciones, se transforma en una ceremonia macabra y fúnebre”.